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LUIS MIGUEL MARTÍN
Miércoles, 11 de junio 2014, 08:03
No es habitual que un futbolista de 14 años tenga una ficha tan larga. Rodrigo Sánchez Rodríguez (Talayuela, 16 de febrero de 2000) ha jugado en el Talayuela, en la Escuela de Fútbol de Navalmoral, una pretemporada en el Real Madrid que después lo envió al Canillas, uno de sus filiales, el Atlético de Madrid, el Espanyol y desde ayer mismo en el Barcelona. Un viaje de benjamín a cadete en seis paradas.
Detrás de tan largo viaje no hay más que el interés de su familia en que Rodrigo siga jugando al fútbol, un sueño que tiene a su alcance porque sus cualidades hablan por él, pero en las mejores condiciones posibles. Por eso su familia decidió en su día que Rodrigo se merecía probar suerte fuera de Extremadura.
Después tuvieron que dejar Madrid y probar suerte en Barcelona. Decidieron dejar los interminables viajes por carretera de Talayuela a Madrid por la comodidad de la estabilidad que les ofrecía la cantera del Espanyol y ahora por la proyección de La Masía. El joven jugador talayuelano es puro talento por explotar que ahora crecerá en Can Barça.
A sus 14 años, Rodrigo es de sonrisa fácil, espontáneo, muy sociable y siempre va con un balón en los pies señas de identidad que le convierten en inconfundible en las calles de su Talayuela natal. Porque Rodrigo deja huella. En su primer año en el infantil B del Atlético de Madrid ya marcó diferencias y se convirtió en el segundo máximo goleador de la categoría.
A su llegada a Barcelona la temporada pasada, Rodrigo se aclimató muy bien a la residencia periquita. Tiene la virtud de ser un niño muy abierto, conocido era el que se llevaba muy bien con todos los compañeros y al ser el más pequeño de la residencia todos ellos le tenían mucho cariño, pero la familia también reconoce el cuidado y la ayuda de los representantes del club en su adaptación a Barcelona.
El talayuelano no pasó inadvertido en Can Barça. Sus maneras son propias de un jugador diferente, que vive el fútbol desde muy pequeño, dinámico, es talento en estado puro pero con la conciencia de que hay que ir paso a paso.
Su posición en el campo ha ido variando, empezó de extremo izquierda alternando de media punta en Talayuela y Navalmoral, en el Canillas empezó de lateral izquierdo pero terminó de media punta, en el Atleti jugó de extremo izquierda y este año en el Espanyol ha jugado de media punta aunque puede jugar en ambas bandas.
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