El guardameta recibe atención sanitaria tras la agresión. / LUCHO. SOCIEDAD DEPORTIVA LEIOA

Un portero pierde el conocimiento al ser pateado por un hincha

Ángel Díez, guardameta del Leioa, fue agredido cuando recogía el balón de la red tras marcar el Mensajero el 1-0

IÑIGO SÁNCHEZ DE LUNA | elcorreo

Martes, 29 de marzo 2016, 12:00

Ángel Díez, guardameta del club vasco Leioa, se recupera en su domicilio de la agresión de la que fue víctima el domingo por parte de un aficionado del Mensajero, que desde la barrera que separa el césped de la grada le propinó una patada en la cara cuando se disponía a recoger de la red el balón tras encajar en el minuto 74 el 1-0 que finalmente supuso la derrota del equipo vizcaíno en el estadio Nuevo Silvestre Carrillo. Nada más aterrizar en el aeropuerto de Loiu, el portero acudió al servicio de Urgencias del Hospital de Cruces donde se le diagnóstico una «pequeña contusión craneoencefálica» y recibió curas en «un ojo que presenta muy dañado», según fuentes del club.

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El presidente de la entidad vizcaína, Javier Landeta, denunció la pasividad del Mensajero. «No tuvieron ninguna reacción ni durante ni después de la agresión», asegura el máximo dirigente del Leioa, quien en la mañana de ayer no tenía conocimiento «de que se haya producido alguna detención por este hecho deleznable que condenamos rotundamente».

El incidente ocurrió cuando el conjunto canario logró el único tanto del partido. A falta de 16 minutos para la conclusión del duelo del grupo II de Segunda B ante un rival directo y obligados, al menos, a empatar para evitar caer en los puestos de descenso, Ángel Díez se apresuró a recoger el esférico de la red. En su camino se interpuso un recogepelotas al que trató de apartar con el brazo. En ese instante, según el relato del guardameta a sus compañeros, «recibió una patada en la cara, y ya no recuerda más». De inmediato el pánico se adueñó de la expedición azulgrana al ver al jugador tendido en el suelo «sin moverse». «Perdió la consciencia unos segundos», recuerda Landeta aún impresionado por la escena.

Los futbolistas del Leioa fueron los primeros que acudieron en su auxilio, «ante el temor de que se hubiera tragado la lengua». El colegiado detuvo el partido durante seis minutos para que los servicios sanitarios atendieran al futbolista, que siguió bajo los palos el poco tiempo que restaba, «en una muestra de pundonor», ensalza Landeta.

El ambiente ya estaba enrarecido al «prohibirnos a última hora grabar el encuentro para lo que días antes habíamos recibido autorización», aseguran en el Leioa. El cambio de actitud, según el club de la margen derecha, pudo deberse a unas declaraciones realizadas a este periódico por Igor Gordobil, técnico del conjunto de Sarriena: «Nos tememos una encerrona», lanzó.

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