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La Primera División femenina, también llamada recientemente Liga F, hará que este año Extremadura presuma de varias futbolistas en la élite. La más 'veterana' será ... Carmen Menayo, que jugará una temporada más, la séptima, en el Atlético de Madrid, equipo en el que se espera también el debut de la joven Alba Zafra. También el Villarreal cuenta en sus filas con dos extremeñas, Estefa y Belén Martínez, mientras que en solitario está en el Sevilla la prometedora Ana Franco.
Un acento extremeño que este año desembarca también en el recién ascendido Alhama ElPozo y lo hace por partida doble en una particular fusión de Don Benito y Villanueva de la Serena. Y es que en el conjunto murciano volverán a coincidir la dombenitense Raquel Morcillo y la serona Patri Hidalgo, que ya compartieron vestuario en La Cruz Villanovense que hace años saboreó la Segunda División.
«Saber que Raquel venía también al Alhama me hizo ilusión porque compartí con ella años muy bonitos», dice la villanovense sobre el reencuentro. Después de tres temporadas en el Rayo Vallecano, quiere olvidar un año que define como complicado en el club rayista. «Estoy muy contenta de poder seguir en Primera después de año que fue bastante duro por una lesión, pero también a nivel de equipo y de club», afirma ya mirando a una nueva temporada con ilusión: «mi objetivo es volver al 100% de la lesión, ayudar al equipo en todo lo posible; vengo de un año muy duro y necesito volver a disfrutar en lo colectivo».
En ese sentido, la centrocampista se muestra contenta por el ambiente que ha encontrado en el Alhama, «tanto con las jugadoras como con el cuerpo técnico, las sensaciones son muy buenas». También en lo individual se encuentra bien, ya recuperada de la lesión, y deseosa de sumar minutos «porque el año pasado jugué muy poco». Por eso ya tiene marcadas algunas fechas en el calendario «por jugar contra los equipos más duros como Real Madrid o Barcelona» y con la 'espinita' de no tener ninguna en una Extremadura que echa de menos, «pero ahora es lo que toca y, por suerte, estoy viviendo del fútbol». Algo que posiblemente no imaginaba cuando pegaba sus primeras patadas al balón en Villanueva, «era un sueño, pero parecía muy complicado».
El Alhama será para ella una nueva oportunidad en una trayectoria que arrancó en La Cruz Villanovense, equipo al que dice «le debo todo y son años de los que solo guardo buenos recuerdos». Fueron, eso sí, inicios más difíciles. «Ahora tienen más medios y no tiene comparación, pero igual que yo también tuve más medios que las que estuvieron antes que yo», reconoce sobre una época en la que el espejo para mirarse estaba únicamente en futbolistas masculinos, «conocía a algunas jugadoras, pero no era tanto como ahora».
Entonces, coincide Raquel Morcillo, era difícil tener una Alexia Putellas en la que inspirarse, «mis referentes eran hombres». Pero hoy, a sus 23 años, la dombenitense sí que mira con emoción a la propia Alexia o a la veterana Jenni Hermoso. Al igual que ellas, ha cumplido un sueño por el que se siente «muy afortunada» y del que quiere disfrutar una temporada más, esta vez, en la élite.
La dombenitense es una de las futbolistas que ha conseguido hacer de este deporte su profesión y reconoce que actualmente vive del fútbol gracias al convenio firmado recientemente. «No lo podemos comparar nunca con el masculino, pero al menos podemos sobrevivir y centrarnos solo en el fútbol». Lo hace en una pequeña población murciana de la que destaca su tranquilidad, pero también el calor en estos últimos coletazos del verano.
«Era una oportunidad que no podía dejar pasar», reconoce Raquel Morcillo que volverá a disfrutar así de una categoría que apenas saboreó con el filial del Zaragoza, llegando a debutar con el primer equipo, aunque será su primera vez con ficha en esta Liga F. Una liga ya profesional con problemas en su inicio por la huelga en el arbitraje femenino español, que hace que la dombenitense aproveche para mejorar su forma física tras una lesión en pretemporada.
Sin embargo, el camino recorrido también ha sido largo tras marcharse de La Cruz Villanovense con 17 años para poner rumbo al Zaragoza, después al Aldaia y, por último, al Granada donde ha jugado las tres últimas temporadas en Segunda. «Si miramos hacia atrás, he conseguido muchísimas cosas, ahora es más fácil que una chica juegue al fútbol que existen categorías desde benjamín», recuerda, «yo empecé a jugar con los niños hasta cadetes y luego ya sí que pude estar en un equipo femenino».
Avanza el deporte al mismo tiempo que lo hace una sociedad para normalizar una situación que nunca debió ser una rareza: ver a una niña jugar al fútbol. «Ahora está mejor visto, no es como antes que eras 'la niña rara que juega al fútbol'», dice Raquel Morcillo, a la que le tocó convivir hace años con esta situación, «porque al final eres una niña y ves que solo juegan niños al fútbol; pero te adaptas porque si es lo que quieres, lo que digan los demás te da igual».
La atacante de Don Benito no esconde su orgullo por la presencia de extremeñas en la categoría. «Ojalá que vayamos aumentando la cifra y cada día seamos más», dice sobre un deporte que sigue en auge, «esperemos que esto no pare, que cada día sea más gente la que se enganche y que quite también a muchos algunos mitos de la cabeza».
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