![Cabeza alta y un horizonte halagüeño para el Cacereño Femenino](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2025/02/12/Reina-RGTBW3OAKtN7TVIcnefROUK-1200x840@Hoy.jpg)
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M. Gª Garrido
Badajoz
Miércoles, 12 de febrero 2025, 21:02
Los hados del fútbol jugaron con cierta crueldad con los designios del Cacereño Femenino en la tarde-noche de este martes. Le permitieron acariciar los laureles de las semifinales de la Copa de la Reina hasta sentir su aterciopelado tacto, pero cuando ... agonizaba su insolente desafío a la lógica al forzar la prórroga, el demiurgo esférico dictó sentencia y cercenó el arrebato insurgente cuando la tanda de penaltis parecía el desenlace escrito. Habría sido lo más justo que pudieran paladear el anexo de un sueño tan vívido.
Sin embargo, reza un aforismo que «no existe el fracaso, salvo cuando dejamos de esforzarnos», y las verdiblancas acuñaron esa máxima hasta sublimarla. Nunca hincaron la rodilla, independientemente de lo que refleje el luminoso de Pinilla tras los 120 minutos con un 0-2 algo ficticio. Porque bregaron de manera abnegada, se vaciaron, fueron fieles a una filosofía innegociable con el sacrificio por bandera y solo los detalles le privaron de una gratificación mayor que protagonizar un dignísimo papel en un escenario de excepción. Difuminaron las fronteras que les separan de un coloso de la Liga F. «Orgullo y satisfacción por el trabajo de las jugadoras y este cuerpo técnico», ponía en solfa Ernesto Sánchez en sala de prensa.
Pese al suicidio que podría intuirse al porfiar sin complejos contra un rival con los recursos del Atlético de Madrid, no se dejaron intimidar. «Ha sido el partido más especial, me ha encantado jugarlo y ver al equipo tan echado adelante, con tanta energía», relataba la portera de la escuadra cacereña Delia Baz.
Las extremeñas fueron fieles a su estilo y pusieron en el tapete las armas tácticas que les han catapultado a los puestos de playoff en Primera RFEF y brindado los cuartos del torneo del KO. Además, se aprovisionaron de una munición inagotable de pundonor que permitió mitigar los efectos de la fatiga. «Cuando no nos respondían las piernas tirábamos de corazón, ya lo hicimos contra el Valencia y el Athletic de Bilbao y hoy también».
La convicción férrea en una idea articuló una fortaleza colectiva que tapaba las carencias físicas que iban manifestándose por la exigencia de un duelo de esas características y el transcurso de los minutos. «Hemos llegado a la prórroga y seguíamos corriendo cuando las piernas no respondían, con jugadoras a las que se les subían los gemelos, teniendo que hacer cambios obligados».
El tanque anímico aportó una reserva extra de combustible que insufló una dosis ingente de competitividad a un grupo que mentalmente es inquebrantable. «Es muy difícil de conseguir que se crea en los imposibles y las jugadoras están en ese momento en el que creen que pueden hacer todo». Delia Baz corrobora con su testimonio la magnitud de la esa consigna, «hemos intentado dar la mejor versión y ha salido hasta el minuto 116, en el que meten el primero; las hemos tenido ahí, me quedo con eso».
El resto lo aportó la grada, que abarrotó el feudo cacereño y que aportó colorido y banda sonora a una obra maestra del fútbol humilde. «La afición ha estado de diez. Cómo animaba, cómo estaba con el equipo, tanta gente apoyando. Ha respondido, a pesar del mal día con la lluvia estaba lleno, no tengo palabras para describir lo que se siente».
Las colchoneras tuvieron sus opciones, apretaron y trataron de imponer su superioridad teórica, pero el Cacereño no se amedrentó, resistió a los arreones y se mantuvo firme en su planteamiento. Eso le concedió un contexto en el que pudo asestar un golpe certero cuando expiraba el tiempo reglamentario, pero la árbitra no señaló el penalti que lo habría cambiado todo. «Yo lo veo claro, lo protesto y me dicen que ha tocado el balón con la mano, pero antes hay un derribo, una zancadilla por detrás de la defensora, para mí es clarísimo», relata Ernesto Sánchez.
Para entonces, el legado del Cacereño ya se había enriquecido de manera exponencial. «Pese al resultado, hemos ganado mucho a nivel de afición, de que se reconozca lo que hacemos y eso es muy importante». El preparador verdiblanco augura «hitos muy grandes y bonitos esta temporada» si mantienen el rumbo.
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