La clase realista puede con la ilusión del Santa

Poco pudo hacer el Santa Teresa ante la puesta en escena de la Real Sociedad que mantenerse en pie lo máximo posible. Y ese aguante le duró 27 minutos antes de caer a la lona verde de El Vivero. El tiempo que la colegiada señaló un penalti muy protestado de Raquel Ayuso sobre Baños y que Bárbara se encargó de subir al marcador. A partir de ahí, las donostiarras cogieron el balón y no lo soltaron.

Antes de recibir el primer golpe, las pacenses buscaron las cosquillas a su rival con varios arreones en los saques largos de Yoli Aguirre con Mascaró muy hábil para ganarle la espalda a la defensa y buscar puerta en un disparo que salió rozando el poste y un lanzamiento de Estefa desde la media luna que se marchó ligeramente por encima del larguero al ver a la portera realista adelantada. Pero Eizaguirre mostraba su afilada cuchilla por la banda de Marta Parralejo. Casi todo el peligro de la primera mitad salió de sus botas. Poco a poco la Real metía al Santa en su campo y solo era cuestión de tiempo que derribara el muro. Aunque llegó antes de lo esperado y de forma imprevista.

La Real acabó con la resistencia pacense a balón parado. Un penalti y una falta lateral desnivelaron un duelo de partida desigual por la diferencia de potencial en ambas escuadras. La Real quiere ser de Champions, pero el Santa Teresa aceptó el desafío con empuje y valentía. Las de Juan Carlos Antúnez le pusieron coraje y piernas, pero siempre a expensas del dictado 'txuri urdin'. La Real sometió a las pacenses al primer toque y un control del juego exquisito. En ese monólogo, Nayadet quedaba en tierra de nadie y Belén desasistida.

Mendoza ejecutó una falta con maestría para colocar el segundo pasada la media hora. El Santa tiraba de corazón para no arrojar la toalla. En una de sus sacudidas al filo del descanso, Lordemann obligó a Quiñones a lucirse en una gran estirada.

Con el carrusel de cambios, Antúnez trató de presionar más arriba y aunque pisó más el campo donostiarra que en la primera mitad fue su rival quien terminó de rematar el encuentro. La Real percutía por bandas y se asomaba cada vez con mayor presencia a los dominios de Aguirre. La portera del Santa realizó algunas intervenciones de mérito como el paradón que le hizo a Gemma o la manopla que sacó para enviar a córner un centro-chut de Bárbara en el segundo tiempo. Pero en el 0-3 se le escapó el balón de las manos y Amaiur muy atenta no perdonó. Nahikari salió lo imprescindible para anotar su gol y cerrar el partido.

La Real dejó muestras de su calidad a unas gradas vacías. Una pena que el retorno del Santa a una Primera Iberdrola en crecimiento haya pillado en plena pandemia y el público pacense no lo pueda disfrutar.

No es su liga, pero la ilusión por los buenos resultados en los campos del Betis y del Deportivo le permitía la licencia de soñar. En casa, en cambio, se le sigue resistiendo la victoria. También es verdad que por El Vivero han pasadao pesos pesados com la Real, Atlético o el Sevilla, al que consiguió arañar un punto. Pero el Santa Teresa ya tiene a buen recaudo 7 puntos en su hormiguero para el duro invierno.