Badajoz tiene ganas de Primera

El Badajoz se mira en el reflejo de Cáceres para seguir soñando con las estrellas. Lo pasó mal el Eibar en el Príncipe Felipe y esa angustiosa victoria armera en el descuento alimenta las esperanzas pacenses para intentar protagonizar una de las sorpresas de la Copa. En la ciudad no se habla de otra cosa y el Nuevo Vivero se situará esta noche en el centro neurálgico de la actualidad pacense. A falta de día y medio ya se llevaban vendidas más de 10.000 entradas, un hecho sin precedentes en Badajoz. Una ilusión desbordada para una afición deseosa de grandes gestas para el recuerdo. «El partido contra Las Palmas nos ha dado más ganas de seguir compitiendo. Los dos últimos partidos en casa con nuestro público animando, dándonos fuerza y gasolina, han sido todo un espectáculo. No estamos cansados de vivir ese tipo de fiestas y queremos más», apunta Mehdi Nafti.

El técnico blanquinegro es consciente de la diferencia de categoría, pero coquetea con explotar la magia de un torneo donde a veces el pez pequeño se come al grande y colarse en octavos. «Haremos un equipo competitivo para intentar molestar y si no ganar al Eibar». Aunque sabe que ante un rival de toda una Primera División a su equipo le tiene que salir el partido perfecto. «Necesitamos tener un gran día y que ellos no tengan el mejor día posible».

Si semanas atrás Nafti insistía que su prioridad era la liga, ahora ha virado su discurso hacia la Copa, una competición que le está dando muchas alegrías y sobre todo ha desatado la locura en la ciudad. «El Eibar sigue siendo un equipo grande, pero me gustaría pensar que la gente viene a ver al Badajoz y no al rival. La venta de entradas es por nuestro equipo».

Al contrario que ante Amorebieta y Las Palmas, se esperan pocas sorpresas en el once y saldrá un equipo más reconocible en liga. «Todos queríamos la Copa y aquí estamos para pelearla hasta el final. Iremos con todo», avisa Nafti. Así, mantener a Juanjo Garrancho en la portería como viene siendo habitual en el torneo copero sería la única licencia que se permitirá en la alineación ante un Eibar plagado de bajas y que podría salir con solo cuatro de sus titulares en liga y varios del filial. José Luis Mendilibar tiene lesionados a Ramis, Arbilla, Escalante, Diop y Kike García y además ha dejado en casa a Inui, Orellana y Cote. Nafti no podrá contar seguro con Chris Ramos, Kike Pina y Adilson, mientras que Iván Casado es duda. De esta forma, Kike Pina se perderá un encuentro que le hacía especial ilusión por enfrentarse al equipo al que pertenece. Al contrario que el pacense Rober Correa, en las filas del Eibar, que jugará por primera vez en el Nuevo Vivero. En cambio, los flamantes fichajes Federico Bikoro, Dani Aquino y Kevin van Kipperluis ya tienen tramitadas sus fichas una vez concretadas las salidas de Héber Pena, Dani Segovia y Jairo Morillas y probablemente esperen su oportunidad para debutar desde el banquillo.

Sobre el Eibar, Nafti se deshizo en elogios de un club con un perfil que encaja en su filosofía. «Es un equipo con el que yo me identifico y tiene a uno de los mejores entrenadores de España. Tiene un modelo de juego, con jugadores intensos, que corren y pelean cada balón». También en el plano institucional. «Para mí es un espejo donde me puedo mirar y aprender y también para el club. Hace unos años estaba en Segunda B y se ha consolidado en Primera».

La Copa ha propiciado el reencuentro 17 años después de dos clásicos de Segunda como Badajoz y Eibar. Los equipos que más temporadas consecutivas se mantuvieron en la categoría de plata (18 los azulgranas desde 1988 a 2006 y 11 los blanquinegros de 1992-2003) y que tradicionalmente eran conocidos como los reyes del empate. Y la única vez que ambos equipos se enfrentaron en una eliminatoria con algo en juego fue en la segunda ronda de promoción de ascenso a Segunda B en 1986 y se decantó para el Eibar tras ganar 2-0 en Ipurua y empatar en la vuelta 1-1 en El Vivero con gol del Tigre Valverde. Como curiosidad, en la última visita del conjunto armero al Nuevo Vivero en el Badajoz jugó Guzmán con 17 años.