El fútbol modesto, en pie de guerra

Este lunes no será un lunes cualquiera para el mal denominado fútbol 'no profesional'. La Federación Española de Fútbol se reúne con los presidentes de las territoriales para acordar el comienzo de las competiciones, previsto para finales de septiembre en algunos casos pero que la negativa evolución de la pandemia en España ha trastocado. Hay miedo, y mucho, con los datos de contagiados y rebrotes de las últimas semanas, por lo que se barajan escenarios que no son nada halagüeños para el fútbol modesto, mientras Primera y Segunda no se moverían del 12-S. Según han avanzado medios nacionales, sobre la mesa habrá tres opciones: comenzar en diciembre, hacerlo en enero, e incluso posponerlo a la primavera. Ninguna es del agrado de este gremio, muy castigado ya por el confinamiento y la ausencia de público en las gradas desde el estado de alarma.

Futbolistas, técnicos, preparadores físicos, clubes, etc., alzan la voz y han mandado un mensaje de socorro pues se temen que una suspensión prolongada suponga la puntilla de una crisis que se agrava con el paso del tiempo. Hay que recordar que las taquillas y los abonos de los socios suponen buena parte de los ingresos en Segunda B, Tercera o el femenino y el fútbol sala. Otro parón haría estragos a las debilitadas economías de los clubes. Si Real Madrid o Barcelona se vieron obligados a recortar los salarios de sus estrellas y de aplicar un ERTE, imaginen qué sucedería, por ejemplo, en la Tercera extremeña.

O en el Santa Teresa pacense, cuyo entrenador Juan Carlos Antúnez, no daba crédito por las palabras que escribió en su Twitter. «Con protocolos y medidas de seguridad por supuesto. ¿Por qué diciembre? ¿O enero? Ninguna de estas dos fechas se sustenta en nada seguro si no en dejar pasar el tiempo y va esto mejor. Mis jugadoras se dejan la vida en cada entreno y son profesionales. Trátenlas así por favor».

Muchas de las quejas de los protagonistas del fútbol extremeño hacen alusión a una condición de profesional de facto que no parece advertirse. No es necesario jugar la Champions y cobrar millones de euros para que te califiquen como 'profesional'. En Segunda B, Tercera y Primera Femenina hay numerosos clubes que están profesionalizados y que van más allá de las diez fichas reglamentarias. Es una cuestión más de dedicación y de la necesidad de no perder un sueldo que en muchos casos es el sustento de una familia. «El fútbol es nuestra profesión, nuestra fuente de ingresos y la de nuestras familias. Pero también es nuestra forma de vida, nuestra pasión y nuestros sueños. Poned medidas, buscad soluciones pero no nos dejéis en la mierda a cientos de familias @rfef!», significaba Carlos Andújar, el primer renovado del Cacereño para la 2020/21.

En idéntico sentido se expresaba Javi Chino. «Desde marzo sin competir y sin poder entrenar en grupo y ahora dicen que hasta enero no empezará la liga, que alguien nos explique a los 'no profesionales' de qué vamos a comer. Somos miles de familias @rfef», apostilla el excapitán del Mérida ahora en las filas del ambicioso nuevo proyecto del Montijo. Solo en Segunda B trabajan unas 4.000 personas, y la cifra se eleva a 15.000 si se cuentan otras categorías nacionales.

Más allá va el serón José Ángel, que cree que el abandono federativo respecto a estas categorías debe combatirse con medidas más drásticas. «Ahora queréis que estemos sin comer hasta enero, algunos llevan desde marzo sin ver un euro. Esto solo lo paramos con una huelga, compañero, ya está bien de hacer de los futbolistas y los clubes no profesionales unas marionetas y reíros de nosotros».

Un colectivo que además se muestra incrédulo ante la probable amenaza tras ver algunas imágenes de otros espectáculos que no salen mejor paradas que las del deporte rey. Algunos aluden precisamente a la visita del Rey Felipe VI al Teatro Romano de Mérida o algunas ferias taurinas en las que el graderío nada tenía que ver con la nueva normalidad en los estadios. La pelota está ahora en manos de la FEF, si bien lo acordado debe pasar por la Comisión Delegada y después por el CSD.