Sevilla busca a su príncipe

Betis y Sevilla se volverán a ver las caras esta noche en Europa (21.05 horas), pero esta vez serán los últimos 90 minutos del famoso 'euroderbi'. Un choque entre los dos eternos rivales que ha mantenido en vilo a la ciudad durante una semana. A los de una parte de la localidad les dejó sin dormir soñando todavía con aquel 0-2 sorprendente que lograron los béticos en el Sánchez Pizjuán. En el otro bando, la angustia y las cábalas han sido las peores consejeras para las divagaciones infructuosas de los sevillistas, abocados al destierro de las sombras durante unos pocos días. Punto final para una hazaña que será recordada.

Pero la fábula del Villamarín debe ser otra distinta. Sólo queda un encuentro que dictará sentencia sobre quién será el club sevillano que represente la idiosincrasia de la capital en el Viejo Continente. «Vamos camino de hacer historia y no podemos desfallecer ahora», es la frase más repetida por Calderón, técnico verdiblanco, desde que los suyos empataran en el campo del Elche. Las dudas han provocado que aparezcan fisuras en un equipo que pareció un gigante sin debilidades en la ida de la eliminatoria de octavos de la Liga Europa. Saben en Heliópolis que por primera vez van a jugar un derbi en el que ellos son los que tienen todas las de perder. Ahora son los favoritos. El resultado que tienen es una ventaja inusitada y juegan en casa.

Entre los puntos débiles de los heliopolitanos están las bajas. Pero Unai Emery cuenta con los mismos problemas en cuanto a la enfermería. De hecho, su hándicap es mayor. «No hay excusas, es lo que tenemos y con ello vamos a ir a remontar», dice el vasco. La realidad es que el guipuzcoano ha encontrado del mismo modo que Calderón una coartada inesperada para intentar otro más de sus planes arriesgados. Uno de esos planteamientos que son conocidos de sobra por los aficionados en Nervión y que llevarán a más de un parroquiano a misa antes del partido para rezar por su salud y, de paso, por el ideal anarquista de Emery. Sin hombres en el centro del campo de contención y con la duda hasta última hora de M'Bia, Unai saldrá con la bandera pirata de la guerra total.