Duelo fratricida europeo marcado por el arbitraje

Sevilla y Valencia se miden hoy en el primer asalto por conseguir un puesto en la ansiada final de la Europa League. Muchos son los condicionantes, incluido un arbitraje que no ha dejado de ser mentado desde el bando che en las últimas horas. Porque desde la óptica blanquinegra su equipo se ha visto seriamente perjudicado en los últimos enfrentamientos en tierra hispalense. No gana bajo la mirada de la Giralda desde hace diez años, cuando se proclamó campeón de Liga entre los aplausos de la afición nervionense a la conclusión. La prueba que aportan es la última disputa entre ambos en el Pizjuán. Lograron sacar, con más esfuerzo del deseado, un valioso empate a cero tras errar Rakitic una pena máxima y Pizzi entonó un discurso lamentándose del trato recibido desde el trío arbitral.

Quizá debido a que sabe cómo se las gasta la UEFA cuando un club quiere presionar al árbitro antes de que dé comienzo la contienda, el ahora entrenador de los sevillanos no quiere imitar a su homólogo en el banquillo rival. El vasco prefiere correr un tupido velo sobre esta polémica y centrarse en lograr un resultado que lleve a los suyos a una nueva final europea: «Si nos relajamos nos pasará igual que contra el Betis, donde nos creímos los mejores y sufrimos más de la cuenta».