El Betis reina en la locura de San Petersburgo

El Betis se impuso al Zenit de San Petersburgo después de una primera parte trepidante en la que los verdiblancos se adelantaron 0-2 y vieron cómo les empataban enseguida tras una reacción extraordinaria del campeón ruso. Pero el cuadro andaluz sacó fuerzas para cobrar ventaja de nuevo con un gol de Guardado antes del descanso que vale su peso en oro.

El conjunto de Manuel Pellegrini, siempre valiente y atractivo, reinó en la locura que se desató en la ciudad de los zares y regresó con un buen resultado que supone un nuevo golpe de moral en una temporada notable que tiene rendida a la parroquia de Heliópolis. Tendrá la oportunidad de rematar el pase a octavos la próxima semana en el Benito Villamarín. Pero la escuadra de Sergei Semak no ha dicho su última palabra y mantiene las espadas en alto.

Pellegrini aplicó siete cambios en su once respecto al duelo liguero con el Levante. Es el peaje que tiene que pagar el Betis por ser el único equipo español que sigue vivo en tres competiciones. Sin Canales ni Fekir, sus dos principales genios creativos, el Ingeniero situó a Joaquín de enganche junto a Ruibal y Juanmi, con Willian José en punta.

El impacto del incombustible extremo del Puerto de Santa María fue inmediato, porque de sus botas partió el centro que permitió al Betis adelantarse a un Zenit que llevaba 67 días sin competir por el parón invernal de la liga rusa. Botó Joaquín una falta desde la derecha y encontró la cabeza de Guido Rodríguez, que ganó por alto a los centrales rusos y estampó el remate en la red. Pese a la ventaja tempranera, el Betis mantuvo pisado el acelerador. Al conjunto verdiblanco le va el rock n' roll y enseguida dobló el premio a su empuje con una sensacional cabalgada y certero disparo junto a la cepa del palo de Willian José que pintaba de rosa la eliminatoria. Es una delicia cómo juega este Betis lleno de futbolistas de pie fino y ambición máxima. Tienen la moral por las nubes y se sienten capaces de cualquier empresa.

Con todo, el Zenit era un adversario poderoso que llegaba procedente de la Champions y tenía armas de sobra para plantar batalla. Tiró de la envergadura de Dzyuba para recortar ventaja y devolver la esperanza a la parroquia local que se congregó en el Gazprom Arena, el escenario escogido por la UEFA para albergar el próximo 28 de mayo la final de la Liga de Campeones. El espigado delantero, un viejo conocido de la selección española, remató demasiado solo y a bocajarro un centro desde la derecha de Karavaev. Imposible para Rui Silva. El tanto de Dzyuba espoleó al cuadro de Sergei Semak, que puso las tablas antes de la media hora. Wendel, uno de sus jugadores más desequilibrantes, conectó con Malcom y el ex del Barça mandó el zurdazo a la tronera. Máxima efectividad en un choque sin cadenas.

La meritoria respuesta del Zenit al arrollador inicio del Betis estuvo a punto de ponerle por delante antes del descanso en otro testarazo de Dzyuba a centro de Malcom, pero el cuero se marchó lamiendo el travesaño. Fue sin embargo el tercer clasificado de la Liga española el que volvió a alterar el tanteo con un golazo de Guardado tras un pase al espacio de Ruibal.

Después de tanto frenesí, se comprende que bajasen revoluciones ambos equipos a vuelta de vestuarios. Pasó a cerrar el Zenit con tres centrales para protegerse mejor y dar vuelo a sus carrileros frente a un Betis más conservador que jugaba con la ventaja. El travesaño impidió que Kuzyaev nivelase de nuevo el marcador con un descomunal trallazo. Rozó Ruibal la sentencia con un disparo desde la derecha que se fue demasiado cruzado y también Tello en una contra que no resolvió bien el extremo de Sabadell. Pero el resultado no se movió más y el Betis tendrá el Villamarín a su favor para resolver el cruce

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