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Jesús Muñoz, Fernando Sánchez y Eloy Jiménez, en el Nuevo Vivero. :: CASIMIRO MORENO
Los dos ángeles de la guarda de Fernando
SEGUNDA B

Los dos ángeles de la guarda de Fernando

Jesús Muñoz y Eloy Jiménez se encontraban en el piso cuando el portero del Badajoz se tragó la lengua y actuaron con rapidez

Javi Pérez

Badajoz

Viernes, 13 de abril 2018, 08:50

Fernando Sánchez tiene dos ángeles de la guarda en casa. Comparte piso con Jesús Muñoz y Eloy Jiménez y eso le salvó la vida. Acababan de cenar y se disponían a pasar un rato relajados de sofá antes de acostarse como cada noche de sábado previa a un partido. Una rutina alterada por un tremendo susto que acabó con el portero del Badajoz en el hospital. Fernando relata esos momentos previos antes de perder el conocimiento. «Después de cenar empecé a encontrarme mal, me dolía la barriga, tenía fatiga y lo último que recuerdo es estar vomitando. Al parecer al tercer esfuerzo me desmayé, eso ya no lo recuerdo, y lo siguiente es ver la cara de Jesús y Eloy socorriéndome e intentando sacarme la lengua de la boca».

Su novia Noelia se encontraba con él y alertó a sus compañeros. Fue un instante de tensión interminable. «Estábamos viendo una película como solemos hacer cuando tenemos partido al día siguiente y escuché un golpe. No fue un golpe normal, de tropezarse, sino de caer desplomado y su novia que estaba con él empezó a gritar. Salimos Jesús y yo y entre los dos le socorrimos. Lo hicimos rápido y salió mejor de lo que podíamos esperar», cuenta Eloy Jiménez.

Eloy lo vivió con su hermano

El jugador de Hellín lo supo enseguida. Reconoció de repente ese sonido del impacto de un cuerpo caer inerte y le vinieron imágenes en 'flashback' de unos meses atrás. Eloy Jiménez fue consciente de la gravedad de la situación de inmediato porque ya lo vivió hace casi un año con su hermano. «Nos fuimos a hacer una analítica. Hay mucha gente que tiene pánico a las agujas, se desmayó y prácticamente pasó igual. Mi padre y yo escuchamos un golpe. Subió primero mi padre y al escucharle gritar salí corriendo. Del golpe se había tragado la lengua y entre mi padre y yo se la sacamos. Esta experiencia me sirvió para saber lo que hacer con Fernando». Ese trágico episodio familiar le permitió intervenir con celeridad. Lo importante era conseguir que Fernando pudiera respirar. «Me vino todo lo que me pasó hace unos meses con mi hermano y sabía que había que sacarle la lengua», explica.

Jesús Muñoz, en cambio, no había pasado por un suceso tan límite, pero también tuvo una rápida reacción. «Nunca me había encontrado con un caso parecido. Entre los dos supimos sacarle la lengua». Esas náuseas fueron provocadas por un corte de digestión, según comentaron los médicos. Fernando pasó 24 horas en observación en el Hospital Infanta Cristina y el domingo por la noche se marchó a Sevilla para descansar unos días junto a su familia.

Fernando llegó al Badajoz este verano procedente del Alcalá. En el vestuario blanquinegro se reencontraba con una cara conocida. «Conocía a Jesús porque estuvimos los dos en la cantera del Betis y este año al compartir piso con Eloy la relación ha sido mayor y hemos cogido más confianza». Este incidente les ha unido para siempre y el 7 de abril estará siempre presente en sus vidas. «Ahora tenemos una relación más estrecha. Y por suerte tenemos una anécdota para contar los tres y que celebrar», apunta Jesús Muñoz.

Tanto Eloy como el central sevillano pasaron una noche complicada, sobrecogidos por el susto y les costó conciliar el sueño. Apenas doce horas después tenían partido. Jesús Muñoz salía de titular y lo afrontó con una entereza y una serenidad asombrosa. «Te tienes que abstraer un poco de la situación. Sabíamos que Fernando estaba ya estable, que no había ningún problema y que estaba controlado en el hospital a la espera de realizarle algunas pruebas. Si hubiese sido peor habría sido más complicado jugar el partido. Al saber que estaba tranquilo afrontas con otra cara». La noticia de lo sucedido por la noche a su compañero se la habían comunicado al club, pero la plantilla no lo supo hasta la citación esa misma tarde de partido al llegar al vestuario.

Fernando, ya sobrepuesto del sobresalto y sin secuelas, pasó la tarde del domingo en el hospital pendiente del Badajoz y se enteró por las ondas de la dedicatoria del técnico y sus compañeros. «Estuve escuchando por la radio el partido. Estaba en observación y tranquilo con el móvil. Muy contento porque era un partido importante y a pesar del susto el equipo estuvo bien y supo sacar el partido adelante».

El portero sevillano de 22 años ya se ha incorporado a los entrenamientos con normalidad. «Me encuentro bien. El miércoles me entrené con el equipo y me sentí genial. Estoy perfectamente para lo que el míster quiera».

Fernando no gana para sobresaltos esta temporada de blanquinegro. En Marbella acabó conmocionado en el hospital por un choque fortuito en la cabeza con su compañero Álex Rubio. El meta del Badajoz sufrió un traumatismo craneoencefálico. «Es el segundo este año y esperemos que ya no se repita más», expone Fernando, que el sábado 7 de abril volvió a nacer.

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