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David Vizcaíno en la presentación de Miguel Núñez como jugador del Badajoz. PAKOPÍ
El arquitecto de un equipo campeón
OBJETIVO SEGUNDA

El arquitecto de un equipo campeón

David Vizcaíno es el responsable dar un salto más de calidad a la columna vertebral de una plantilla que ya el curso pasado llamó a las puertas del ascenso

Javi Pérez

Badajoz

Jueves, 22 de abril 2021

Llegó en enero de 2020 y ha dado forma a un equipo de scouting de relumbrón. David Vizcaíno se encontró con una columna vertebral perfectamente diseccionada por Óscar de Paula hace dos veranos, pero a la que ha sabido potenciar este curso con fichajes que han puesto al Badajoz en la órbita del ascenso. Es el arquitecto de un equipo campeón.

Kike Royo, César Morgado, Adilson, Guzmán, Álex Corredera, Gorka Santamaría, Sergi Maestre, Pablo Vázquez, David Concha y Dani Aquino ya estaban de la campaña pasada. Algunos como Corredera y Aquino tenían dos años de contrato, mientras que otros fueron renovados con la liga en marcha (Royo, Morgado, Guzmán y Adilson), al ir cumpliendo objetivos (Gorka) o tras el playoff (Maestre, Concha y Vázquez).

Tras no consumar el intento de ascenso en Algeciras, de la mano de Vizcaíno fueron llegando al Nuevo Vivero Tomás Sánchez, Dani Fernández, Otegui, Jesús Clemente, Forgas, Alayeto, Cedenilla, Aitor Pascual, Saldaña, Yeiber, Barri, Armenteros, Isi Ros y Sergio Chica, además de Miguel Núñez, Tahiru y Martelo en el mercado invernal. Antes, también había aterrizado en febrero del pasado año Pedro Munitis en un golpe de timón muy cuestionado por lo que suponía de inesperada la salida de Mehdi Nafti. Su incorporación se justificó por el salto de nivel que había dado el equipo en busca de asegurar el playoff tras una mala dinámica de resultados y juego. «Con la plantilla que tenemos pensamos que va a ser más productiva con Munitis», declaraba entonces el director deportivo tras la destitución del preparador franco-tunecino.

Pero la decisión más acertada de David Vizcaíno fue precisamente encontrarle sustituto al técnico cántabro tras dar la espantada a una semana de empezar la liga. La fuerte presión externa en torno a un proyecto ambicioso terminó por asfixiarle. «Tenía la sensación de tener las escopetas apuntando sobre mi cabeza y en un proyecto de esta envergadura no es bueno para nadie y lo mejor era separar los caminos», reconocía Munitis en su despedida.

Sin margen de reacción, la dirección deportiva activó todos sus mecanismos en busca de un entrenador que reuniera el perfil y estuviera capacitado para dirigir una plantilla diseñada para aspirar a lo máximo. Vizcaíno le encontró haciendo guardia como médico de urgencias en la sierra granadina. José María Cidoncha dirigía al equipo de forma interina en Socuéllamos, pero el nuevo técnico ya estaba en la grada. Fernando Estévez asumió el reto sin pensarlo y tras asegurar el playoff con la victoria frente al Castilla agradecía la oportunidad brindada en aquellos primeros días de octubre. «Gracias a quien en su momento decidió que estuviera aquí», exponía el granadino.

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