El Zamora cuenta en sus filas con acento extremeño. El central Asiel Mateo nació en Navalmoral de la Mata en 1990 y pasó por equipos como el Moralo, Coria, Arroyo y Cacereño antes de poner rumbo a tierras leonesas, primero en el Astorga ... y desde 2018 en la capital zamorana. La eliminatoria contra el Badajoz tiene un sabor especial para Asiel, aunque no la podrá disfrutar del todo por culpa de una nueva lesión.
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«Me rompí el tendón de Aquiles a finales de marzo en Riazor. Estoy con la rehabilitación y la recuperación y de momento tengo que andar con muletas y la férula», cuenta. La mala suerte se ha cebado con el futbolista moralo, ya que este nuevo contratiempo le llega justo cuando salía de otro túnel. «Ha sido un año complicado. En junio me rompí el peroné y el año pasado no pude jugar el playoff de ascenso a Segunda B. Y cuando empezaba a entrar otra vez en el equipo me llevé otro palo, en otro momento importante y bonito», asume.
De nuevo, el fútbol le golpeaba a las puertas de una fase de ascenso. «Es jodido. Nunca había tenido una lesión grave y ahora ha venido una detrás de otra», lamenta. Y en esta ocasión con un aliciente extra para Asiel por enfrentarse a un equipo extremeño y por todo lo que supone regresar a casa. «Era bonita la opción de volver a jugar en Extremadura. Jugar contra el Badajoz es especial por ser de la tierra y por la rivalidad sana de cuando estaba en el Cacereño».
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No podrá participar en el terreno de juego, pero no se perderá la oportunidad de estar en Almendralejo. «No podré estar, pero sí viajaré para animar al equipo. Somos varios los lesionados de larga duración, pero viajamos todos por ser una eliminatoria especial y alentar al máximo al equipo». Siempre lo hacen. Como la semana pasada en el Reino de León siendo testigos de una clasificación épica el Zamora. «Estábamos allí todo el equipo animando. Fue maravilloso. Era un sitio complicado porque no dependíamos de nosotros mismos ni ganando. Además, empezamos perdiendo 2-0 y se puso muy complicado, pero metimos dos goles pronto y en el último minuto el 2-3. El equipo se vacío y no perdió nunca la fe. Fue apoteósico, es algo que se te quedará para siempre por la importancia que tenía», recuerda. En la grada lo vivieron con muchos nervios y pendientes de los móviles. «Sabíamos que Valladolid se puso por delante y cuando hizo el 2-0 nos beneficiaba más todavía si conseguíamos hacer el 2-3 porque era más difícil que Unionistas empatara», señala. Asiel se queda con las ganas de aportar su granito al Zamora en una cita histórica. «Tenía la ilusión para empezar y ayudar al equipo. Había jugado unos minutos en febrero, pero no estaba a mi nivel. Esta lesión viene un poco de la otra», sostiene.
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Sobre la eliminatoria con el Badajoz avisa. «Iremos sin presión. La presión y aspiraciones de los dos clubes es diferente. Para nosotros es un partido muy bonito y mostraremos la rebeldía que siempre nos ha caracterizado. Somos un equipo que se lo curra mucho y se deja todo en el campo por el escudo». De hecho, el Zamora fue el primer equipo clasificado para la segunda fase en un subgrupo 1A que se podía bautizar de la muerte, aunque en la última jornada entraba como tercero por el triple empate a puntos con Celta B y Unionistas de Salamanca y dejando sin opciones de ascenso a clubes históricos. «Era un reto esta temporada por ser un recién ascendido y también complejo porque nuestro grupo era muy fuerte con el Deportivo, Racing de Ferrol, Pontevedra o Celta B». De ahí que aspirar al ascenso no se contemplara en verano. «Por la dificultad de nuestro grupo el objetivo era mantener la categoría y a partir de ahí no ponernos techo. Conseguimos clasificarnos para Primera RFEF, pero este premio parecía inalcanzable. A falta de dos jornadas íbamos los últimos, pero no teníamos techo como grupo. Meterse en un playoff no es suerte, hay mucho trabajo detrás. Estamos contentos y con ilusión», apunta Asiel.
Asiel Mateo Jugador moralo del Zamora
El jugador moralo reconoce el papel de favorito del equipo pacense. «El Badajoz tiene un potencial enorme, pero a un partido todo puede pasar». Por su trayectoria en el fútbol extremeño conoce el estadio almendralejense. «En el Francisco de la Hera he jugado muchas veces. En mi primera etapa en el Moralo coincidió con la fundación del Extremadura UD y sus primeros años en Tercera». Por eso estos días sus compañeros además de darle ánimos le preguntan. «Por el Badajoz no me preguntan mucho porque ya saben de su potencial y la dinámica que llevan, pero sí por el campo y sus dimensiones. Es un gran escenario para un partido como este. Deseamos que haya cordialidad entre las aficiones y reine el buen ambiente».
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