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No quieren equivocarse. El Badajoz estudiará bien las opciones que maneja para sustituir a Patxi Salinas y por eso su presidente Pablo Blázquez reconoce que «es complicado que el nuevo entrenador pueda estar para este domingo». De esta forma sería el técnico del juvenil Miguel Espejo quien se sentaría en el banquillo blanquinegro en la Ciudad Deportiva del Granada. Una interinidad que duraría una semana porque la idea del club es confiar las riendas del equipo en un entrenador con experiencia contrastada, que conozca la plantilla y el grupo cuarto.
En ese perfil entraría Alberto Monteagudo, con quien el club ha contactado pero prácticamente queda descartado porque el técnico albaceteño está pendiente de una oferta de Segunda y les pide un margen diez días, plazo que no dispone el Badajoz. Otro buen colocado es Carlos Terrazas y que ya estuvo en el Nuevo Vivero el pasado domingo. «Hay bastantes entrenadores en el mercado, pero algunos son inaccesibles para nosotros porque esperan a un Segunda o un equipo de playoff. Pero hay una segunda línea y ahí es donde nos movemos y tenemos que acertar», expone Blázquez.
El dirigente blanquinegro explica que dada la dinámica negativa en la que había entrado el equipo era necesario un cambio que hiciera de revulsivo y por eso centra toda la atención en un técnico que conozca la categoría sepa sacar todo el potencial del equipo. «Creo que hay una buena plantilla, no para estar ahí abajo». En ese punto comentó que se habían reunido la semana pasada con los jugadores para analizar la crisis abierta y exponerles su preocupación por haber notado en algunos una falta de compromiso y rendido por debajo de lo esperado. «Hemos hablado con la plantilla esta mañana para comunicarles la noticia. Es un momento de cambio y oportunidad para ellos. Hay que resetear, hacer borrón y cuenta nueva y salir del bloqueo».
Pablo Blázquez admite que la decisión de destituir a Salinas no ha sido fácil y resalta la labor y capacidad de trabajo del técnico vasco al frente del Badajoz. «Ha sido duro y complicado. Un momento que no nos gusta a los que amamos al club. Se va un entrenador que ha trabajado muy bien y un profesional como la copa de un pino. Pero no se han dado los resultados y se ha decidido tomar esta decisión», apunta y añade que la tarde del martes fue larga y amarga. «Patxi ha dejado huella en el club y nos ha costado mucho tomar la decisión».
El presidente blanquinegro señala que primero se reunieron con Salinas para analizar la situación, que incluso se llegó a plantear su continuidad, y después, una vez que tuvieron claro que su etapa había tocado a su fin, mantuvieron otro encuentro para negociar la rescisión de contrato a la que el técnico vasco dio todo tipo de facilidades. Blázquez subrayó que la destitución consensuada y conjunta. «No distingo entre la directiva y el grupo inversor», precisó.
Patxi Salinas era la gran apuesta de Premium Sport para su proyecto de llevar al Badajoz a Segunda en tres años. Una primera apuesta fallida que coincide con la demora del convenio de cesión del Nuevo Vivero y la conversión en Sociedad Anónima Deportiva. «Es una crisis puramente deportiva. La institución no se puede mezclar con la marcha del equipo porque no tiene nada que ver. El proyecto sigue adelante y el objetivo es meter al Badajoz en Segunda en dos o tres años. Las cosas van despacio, lo lamentamos y lo sufrimos», sostiene Blázquez. En ese sentido, achaca que la aprobación en el pleno para la firma del convenio no se haya producido todavía «por culpa de la burocracia porque el Badajoz y el Ayuntamiento ya están de acuerdo. Y la Sociedad Anónima Deportiva es un proceso largo en el que hay que estar sometidos a auditorías antes de presentarlo al Consejo Superior de Deportes».
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