Hoy no es un domingo cualquiera para muchos aficionados al fútbol en Badajoz. José Luis García con sus dos hijos o Raúl Andrades, con sus amigos de la peña Escuadrón Blanquinegro, ya tienen la mochila lista y el depósito lleno para conducir ... hacia Almendralejo. Abonados «de toda la vida» al equipo de la capital pacense, quieren ser testigos de cómo empieza a consumarse otro ascenso a Segunda. El primer acto es esta tarde a las 20.15 horas en el estadio Francisco de la Hera de la capital de Tierra de Barros, pero ellos llegarán antes de la hora de comer para no perderse el ambiente de una jornada única.
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«A mí me gusta Tomás Sánchez, el lateral, pero creo que hoy marcarán Aquino y Pablo Vázquez», vaticina Pablo García, de diez años y abonado desde hace dos. Sigue así la estela de su padre José Luis y su abuelo Jesús. Ellos también estarán en la grada, igual que su tío David. Al pequeño Pablo los acompaña su hermano Álvaro, de 14 años, pero este no tiene entrada y se quedará con su madre. Según explica el padre, «cuando en el sorteo salió Almendralejo nos alegramos porque mi mujer es de allí, el estadio es el segundo más grande del playoff y jugar ahí es como hacerlo en casa porque con la afición del Extremadura estamos hermanados». Este aficionado comerá en Almendralejo, pero no se meterá mucho en el ambiente previo porque le tiene «respeto» al covid y prefiere evitar aglomeraciones. «En el campo, al aire libre y con la distancia entre asientos, ya no hay problema», decía esta mañana este padre de 45 años antes de arrancar su coche camino de una tarde de tensión que puede ser la antesala de algo histórico. «La gran temporada que hemos hecho no cuenta. Ahora hay que jugar noventa minutos contra once y ya se ha visto que ha habido sorpresas en este playoff. Va a haber que luchar este ascenso, no ya por el CD Badajoz, que lo merece, sino por la ciudad, que le va a venir muy bien».
Con la misma ilusión y cautela se tomaba la última cerveza antes de dirigirse a Almendralejo Raúl Andrades, de 42 años. Pertenece a Escuadrón Blanquinegro, peña fundada en 1998 ahora con una veintena de miembros que incluye también gente de Olivenza, Zafra o Campanario. «Salimos desde Badajoz unos diez en dos o tres coches y comemos allí. Hemos quedado en el restaurante La Silera, que está a quince minutos del estadio y luego sobre las seis iremos a ver llegar el autobús de los jugadores al hotel Acosta», relata a modo de plan previo. «Había ganas de vivir un ambiente así porque hace 21 alños del último ascenso, el cual vivimos todos cuando éramos niños y ahora toca disfrutarlo como padres. La afición está volcada después de unos años dormida, pero ahora se nota que hay ganas de fútbol. Somos los favoritos, pero vamos a ver qué pasa», decía esta mediodía este aficionado antes de salir hacia Almendralejo.
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