César Morgado deja el derbi en tablas

El Mérida casi resucita en el paraíso blanquinegro, pero consiguió un empate que le sabe a gloria de cara a recuperar la confianza y deja al Badajoz descolocado. Lo mejor del derbi se vio en unos últimos minutos de auténtica emoción. La pasión del fútbol condensada en un último cuarto de hora trepidante. Revoluciones a mil, miedo, decepción, ilusión, angustia, impotencia, defensa numantina, zafarrancho de combate... El toque de queda lo dio el Mérida dejando helado al Nuevo Vivero en su primera y casi única aproximación al área de Kike Royo. El Badajoz no llegaba con sus mejores sensaciones y confirmó su preocupante caída con un empate que salvó in extremis. El equipo emeritense buscaba esa vida que siempre dan los derbis para creer en sí mismo y a punto estuvo de salir por la puerta grande con un triunfo que le habría revitalizado. Lo tuvo muy cerca, pero la ambición del Badajoz es mucha como para dejar a su eterno rival profanar su templo. César Morgado se encargó de poner las tablas a la desesperada como en las tardes de las remontadas imposibles. Esta vez no se culminó del todo porque reaccionó demasiado tarde, aunque el propio César Morgado y Héber Pena pudieron dejar con dos arreones en el descuento sin su pequeño tesoro a los romanos.

Era un partido para aquellos que tienen el sentimiento blanquinegro impregnado en su piel y Nafti tiró de esas pulsaciones que se aceleran con el ADN. De ahí la gran sorpresa de Guzmán en su primera titularidad de la temporada. Lo mismo Diego Merino en el otro bando con guerreros bien instruidos en esta apasionada rivalidad como Javi Chino, Cristo, Santi Villa, Gaspar o Mario Gómez. La otra gran irrupción en el once fue la presencia de Chris Ramos en el ataque junto al goleador Gorka Santamaría.

El Mérida esperaba muy recogidito atrás al Badajoz. Sus urgencias eran mayores y las precauciones también. Se limitó a contener las andanadas blanquinegras que llegaban de forma incesante, pero sin pólvora. Guzmán fue el arma secreta reservada para este derbi y su posición también. El capitán pacense se movía incansable por toda la zona de tres cuartos sacando a la defensa romana y provocando alguna que otra falta en la frontal. Del Mérida las noticias llegaban por Melchor queriendo meter mecha por la derecha y apenas un intento desde lejos de Cristo.

En el primer minuto Candelas ya había pisado el área contraria pero su centro no encontró rematador. Y a los tres Gorka probó a Javi Sánchez que respondió con grandes reflejos. El Badajoz llevaba el ritmo y el control del juego. Aceleraba lo suficiente para enjaular al Mérida, pero seguía con balas de fogueo. En una de las caídas a banda de Guzmán puso un centro sobre la cabeza de Gorka que se marchó ligeramente alto. A la media hora irrumpía Chris Ramos dentro del área con dos recortes a su marcador y su disparó lo desvió Javi Sánchez a córner. Poco después el Nuevo Vivero reclamó un posible penalti por manos dentro del área emeritense.

El Mérida se defendía bien. Agazapado con los once en su campo. El Badajoz trataba de perforar sin encontrar el punto más vulnerable. Una falta provocada por Guzmán fue botada por Álex Corredera y sacada de puños por Javi Sánchez. El Mérida poco podía hacer si en su mínimo avance aparecía 'terminator' Maestre para destruir cualquier intentona antes de llegar a la última línea de seguridad pacense.

Y a los cinco minutos de la reanudación llegó la primera tensión fuerte entre los dos técnicos. Discusión acalorada que encendió el Nuevo Vivero. Guzmán tuvo el derbi en sus botas. Como hace año y medio, pero su remate, habilitado por una gran jugada de Chris Ramos, se le escapó por poco con todo a su favor. Era el momento de darle un giro al partido. Julio Gracia y Héber Pena aportaron más frescura y Del Castillo más contención. Con el paso de los minutos el Mérida se fue creciendo y ganando en confianza. Poco a poco ganaba terreno. Así llegaría un córner de Gaspar que fue rematado por Álex Jiménez a la red. Alta definición. Euforia desatada entre los 500 del Fondo Sur y mazazo general en un Nuevo Vivero lleno de incredulidad. La estrategia le daba un resultado excelente a un Mérida en su primer remate entre los tres palos.

Al Badajoz le entraron las prisas y obligó a Nafti a jugársela al ataque con Dani Segovia en lugar del central Iván Casado. Tocaba remar otra vez contracorriente. El Mérida había conseguido serenarse. Y si antes había sido un muro infranqueable ahora gozaba de una posición inmejorable y no perdió la concentración defensiva. El Badajoz insistía buscando ese resquicio por el que respirar. Gorka se revolvió en la frontal y a la media vuelta se sacó un fuerte disparo que salió rozando el poste. Después en un córner Dani Segovia no pudo rematar un balón suelto. El partido se le escapaba a los blanquinegros. Minutos eternos para los romanos.

César Morgado ya estaba de palomero con Sergi Maestre cubriéndole la retaguardia. Y tuvo que ser el capitán pacense quien igualara un derbi de altas revoluciones en el 89. César cogió un balón en la frontal y no se lo pensó para enganchar un soberbio disparo que hizo vibrar al Nuevo Vivero. En la siguiente incluso tuvo la victoria pero esta vez se marchó lamiendo el palo. Sin tiempo el Badajoz se lo creyó. Y a punto estuvo de hacer saltar por los aires la simetría romana. Héber Pena casi sale a hombros del Nuevo Vivero si su disparo llega a ver puerta.