Gorka Santamaría imparte justicia

El Badajoz ya está preparado para todo. Ante el UCAM dio una lección de bravura, buen juego y fe en una idea para llevarse un partido en el que sufrió más de lo debido por una pifia clamorosa. El equipo de Munitis supo levantarse de un mazazo inesperado a los cuatro minutos y darle la vuelta a un marcador que no merecía. Gorka Santamaría impartió justicia con la ayuda inestimable de Guzmán, cada vez más rejuvenecido y con una chispa que arranca de los asientos al público. El cuadro blanquinegro logra su tercera victoria consecutiva con las mejores de las sensaciones y metido ya de lleno en la pelea por el liderato al que ya vuelve a tener a 5 puntos.

Toda la preparación del partido explotó por los aires en un error monumental de Iván Casado en la cesión sobre Kike Royo que se coló en la portería. La jugada tonta de la temporada. El central no miró que su portero estaba a su espalda fuera de la portería y se la pasó al medio sin que la angustiosa carrera del meta riojano impidiera que traspasara la línea de gol. Tocaba remar contracorriente una vez más. Pero ahí apareció Guzmán para tirar de galones y de su equipo. El capitán asumió el mando, agarró la pelota y miró al frente. De sus botas nació el empate tras abrir sobre Candelas, que caracoleaba dentro del área, vio a Toni Abad en boca de gol y le asistió para que batiera a Iricibar. Los dos laterales dentro del área pequeña, lo que da una idea de la vocación ofensiva del conjunto pacense. Las cosas volvían a estar en su sitio. Y la verdad es que el Badajoz no se merecía este esfuerzo extra. Un desgaste imprevisto para nivelar el marcador. Era el dueño y señor de la pelota, siempre iniciando jugada, sin rifarla y acelerando en tres cuartos de cancha. Los blanquinegros proponían un juego más vertical, abierto en bandas, con transiciones rápidas y cuando podía armaba su munición para golpear desde la frontal. Con posición de disparo no se lo pensaba dos veces. Así lo intentaron Aquino nada más iniciarse el encuentro y después del empate Guzmán y Candelas sin fortuna. Gorka Santamaría iniciaba la fuerte presión desde arriba con la que provocaba imprecisiones en su rival. El Badajoz se había comido al UCAM con un ritmo alto y exigente. En una arrancada de Guzmán, cambiaba el juego ante la aparición de Adilson por la derecha irrumpiendo dentro el área, pero el portero Iricibar evitó un gol cantado en dos intervenciones seguidas, la segunda con un paradón que envió a córner.

El Badajoz se gustaba. Tenía claras sus armas y cómo explotarlas. Munitis parece haber dado con la tecla y este equipo juega con otra alegría, más exquisito en el trato al balón y decidido en ataque.

A Toni Abad le tocó vérselas con un viejo conocido como Carlos Portero, hasta hace poco más de un mes su compañero. Frente a frente. Como en los partidillos de entrenamiento.

El colegiado Ruiz Aguilera era el más rápido del Oeste sacando tarjetas para el Badajoz ante la aireada bronca del Nuevo Vivero. Pero en las faltas del UCAM, especialmente sobre Álex Corredera, era más permisivo. Ahí se fue apagando el encuentro y el Badajoz aminorando su marcha. El Badajoz acabó la primera parte con prácticamente medio equipo apercibido. A ese ritmo el Badajoz no acababa el partido con 11. La amarilla de Traoré rebosó la capacidad de aguante e hizo estallar a la grada contra el árbitro. Había puesto el listón muy alto. Y claro, ya cada falta llegaba acompañada de amonestación. Tampoco se escapó de la pañolada al descanso.

Al Badajoz le costó entrar en la segunda parte, pero se enchufó en una contra liderada por Aquino y que Guzmán habilitó sobre Gorka, que se encontró con un sensacional Iricibar. En el rechace de ese córner, Candelas la empalmó desde lejos con un soberbio disparo que blocó sin problemas el portero universitario.

Entonces el equipo de Munitis tocó zafarrancho de combate y empezó a asediar sin tregua la meta del UCAM. El duelo entró en una fase en la que un equipo quería ganar y el otro que se conformaba con el valioso punto. Y es que los pacenses pusieron todo para llevarse su tercera victoria consecutiva. Trató de desequilibrar con el insistente Adilson, pero no encontraba la fórmula.

Pero el Badajoz tiene recursos y alternativas en su plantel para intentar dinamitar el choque. Munitis recurrió a Sergi Maestre y Chris Ramos en busca de esa remontada que se acariciaba, pero que no llegaba. El UCAM también movió el banquillo. Y dio lugar a una curiosidad en el Nuevo Vivero con sus ex porque Carlos Portero fue muy aplaudido en su sustitución y Dani Segovia, recibido con tímidos pitos.

Chris Ramos la tuvo en un gran combinación entre Adilson y Toni Abad que el delantero gaditano remató desde el punto de penalti rozando el palo. El 2-1 se mascaba en el ambiente. Y llegó con Guzmán de nuevo en protagonista en una gran jugada que le sacó Iricibar, pero en el rechace ahí estaba bien atento con su caña como siempre Gorka Santamaría para remachar a la red y culminar la remontada. El Nuevo Vivero era una auténtica fiesta. El capitán pudo rubricar su gran actuación con un gol que habría sido de bandera, pero su chut algo escorado golpeó en el larguero. Guzmán sigue teniendo cuerda para rato y la afición cada día le adora más. Su ejemplo conduce al Badajoz hacia los playoff.