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javi lairado
Domingo, 15 de septiembre 2019, 18:44
Amaro respondía el viernes con convicción a una pregunta de un periodista: «Ansiedad siempre hay porque los puntos son los que nos dan de comer. La clave es convertir esa ansiedad en algo positivo». Necesitaba el entrenador romano que sus pupilos convirtieran en puntos las buenas sensaciones que habían mostrado en los tres primeros duelos. Buenas sensaciones, sí, pero puntuales, porque uno de los grandes debes de este primer mes de competición en el Mérida ha sido la falta de constancia. Ser competitivos, pero no solo durante un rato.
Pero claro, cuando antes de los cinco minutos ya has sumado el que es el cuarto penalti en contra en otros tantos partidos y estás por debajo en el marcador, las dificultades se recrudecen. Y eso que el Mérida había salido bien al verde, pero, de nuevo, el primer directo del rival lo había enviado a la lona. Acusaron el golpe los romanos, que durante unos minutos permaneció mareado sobre el campo, sin poder sacudirse el dominio local, que manejaban el cuero a su antojo, atacando mucho por fuera, encarando. No consiguió el Marbella traducir ese dominio en disparos a puerta, y eso permitió al Mérida, muy poco a poco, despertar de su letargo. Lo consiguió a base de que Pino y Espinar ganaran duelos y conectaran con Poley y Gaspar. Mediada la primera mitad, Poley hizo estirarse a Santomé en una falta muy lejana para enviar a córner. En ese lanzamiento de esquina, Pino conectó de cabeza al borde del área pequeña, pero su remate encontró el poste derecho cuando ya elevaban los brazos los visitantes. Las dos ocasiones seguidas voltearon el partido. Dieron alas al Mérida, que se adueñó del cuero. El Marbella lo fiaba a salidas rápidas de Mustafa y Samu. Pero el Mérida encontró el premio en una jugada de fe de Miguel Ángel Espinar, que la puso atrás para que Pino se adelantara a su marcador e igualara el choque. El gol igualó no solo el marcador, también juego y fuerzas, que fueron semejantes hasta el descanso.
MARBELLA
Santomé; Saúl (De los Reyes, 86'), Lolo Pavón, Dani Pérez, Redru; Samu Delgado (Juergen, 71'), Elías, Faurlín, Añón (Yaimil, 59'), Mustafa; Óscar García.
3
-
2
MÉRIDA
Curro Harillo; Cubo, Jiménez, Mario Gómez, Héctor; Gaspar (Santi Villa, 55'), Curro (Dani Espinar, 70'), Poley, Mena (Cristo, 70'); Miguel Ángel Espinar, Pino.
GOLES: 1-0 Añón p. (Min. 4), 1-1 Pino (Min. 33), 2-1 Óscar García (Min. 51), 3-1 Mustafa (Min. 79), 3-2 Miguel Ángel Espinar (Min. 85)
ÁRBITRO: Campos Salinas. Amonestó a Samu Delgado, Lolo Pavón y Faurlin, del Marbella; y Jesús Mena, Mario Gómez, Curro, Cristo, Poley y Cubo, del Merida.
INCIDENCIAS: Estadio Antonio Lorenzo Cuevas, alrededor de 1000 espectadores.
Salió bien el Mérida tras el descanso, en campo rival, combinando bien con sus puntas y, sobre todo, tratando de mejorar sus prestaciones defensivas. Era urgente para los romanos tapar la espalda de Curro, dónde Añón golpeaba con facilidad, y cerrar las alas. Como lo segundo le cuesta todo y más, volvió a verse muy pronto por detrás en el marcador. Fue en una internada de Redru por la izquierda. Se vio el balón en los pies y una avenida por delante. Y arrancó. Y así hasta línea de fondo. Balón atrás y Óscar adelanta a su equipo. Todo el trabajo realizado hasta ese momento volvía a la papelera. Y a volver a remar.
La primera premisa era recuperar definitivamente la pelota. Lo logró con facilidad porque el Marbella no la disputó, quería robar y salir. Una vez con el cuero en los pies, necesitaba dotarla de criterio cerca de la media luna y de facilidad para el gol. Lo buscó Amaro introduciendo a Dani Espinar y Cristo. Pero no. El equipo estaba muerto y solo aspiraba a llegar con el marcador abierto a los últimos minutos buscando la heroica. Y, aún siendo un plan rudimentario, la tuvo. Fue tras un rechace, cuando Pino se encontró solo ante Santomé, pero erró. Y aunque el equipo desapareció tras ese error, y de ahí llegó el gol de Mustafa que finiquitaba el partido, el Mérida tuvo el alma como para, en una última oleada, reducir distancias y rozar el empate. Pero no, los puntos se recogen en las áreas. Y ahí el Mérida necesita crecer. Y hacerlo rápido.
Santi Amaro, técnico del Mérida
El técnico romano, Santi Amaro, se lamentó de que «el plan de partido se nos cae muy pronto. Lo igualamos, pero, de nuevo, muy pronto nos hacen daño con el segundo. Nos rearmamos y estuvimos cerca de lograr el segundo. Pero con el tercero ya nos costaba todo mucho psicológicamente. Estuvimos en el partido hasta el final pero fue imposible». Sobre el penalti, «difícil volver a ver cuatro penaltis en cuatro jornadas, pero ya no importa, era innecesario hacer el penalti, pero se ha hecho y hay que asumirlo». Admitió que «preocupa todo. Hay que ser exigentes y llevar dos puntos en cuatro partidos es mal registro, pero queda mucho por delante».
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