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¿Qué ha pasado hoy, 8 de febrero, en Extremadura?
Llegada de los jugadores al estadio a las 18.40 horas. J. V. ARNELAS

A morir en el césped por una afición así

Ambientazo ·

La hinchada blanquinegra se desplegó durante todo el día por terrazas aledañas al estadio antes de dar la bienvenida a la plantilla dejándose la garganta

Lunes, 17 de mayo 2021

Oscuro, entre la niebla, a diez por hora, precedido de policías y saludado con una desordenada salva de bocinazos y cientos de bufandas al aire como molinillos. La llegada del autobús del CD Badajoz ayer al estadio al filo de las siete de la tarde fue una visión tan intensa como efímera. Más de uno se preguntaría de qué sirvió aquella hora de espera cuando el sol rebotaba con saña contra la esquina sur del Francisco de la Hera.

Pero había que hacerla. Primero porque eran más de las seis de la tarde y ya tocaba levantar el culo de las terrazas de los bares de Almendralejo, que ayer recibieron calurosamente a la hinchada blanquinegra. Pero sobre todo porque cuando la plantilla pacense vio lo que se cocía al otro lado de la ventanilla, con niños y padres dejándose las gargantas, todos a una siguiendo los cánticos que entonaban los ultras, con esas más de mil personas envueltas en una nube de humo de bengalas, sería imposible que ese jugador no saliera a morir por ellos en el césped hora y media después.

El sorteo quiso que el campo del Extremadura acogiera ayer el duelo CD Badajoz-Zamora CF, semifinal del playoff que se resolvió del lado extremeño (2-0). Hoy se sabrá si la final tiene lugar en el mismo sitio o en Badajoz.

Si le preguntas a un hostelero a los almendralejenses no les importaría repetir. Juanma, del bar Cachanga, situado en la calle Suárez Bárcenas que desemboca en la plaza de la Libertad, antesala del estadio, decía que el ambiente de ayer le recordaba al que había cuando el Extremadura estaba en Segunda, que es la categoría a la que aspiran ahora los blanquinegros.

El Trotamundos, el Aljibe, el Teresita, el Horno San Marcos... después del año más duro que se recuerda en el sector, la hostelería resucitó en domingo mientras desde las ventanas los almendralejenses hacían fotos y vídeos con sus móviles cada vez que la multitud arrancaba con un cántico. Y así, entre ¡Badajoz oé, oé! y ¡Badajoz te vengo a ver ascender!, transcurrió la tarde de un domingo que hubiera sido anodino de no haberse inventado el fútbol.

«Hoy va a marcar Aquino»

Hubo gente, como Ramón Prieto, que se plantó en el Bar Estadio a las once de la mañana. Desayunó y luego cogió seis mesas para su cuadrilla. La suya estaba a reventar de botellines que acompañaron a las alitas de pollo, los rejos, «y lo mejor, el secreto ibérico», decían antes de posar todos juntos en la que fue la salida más numerosa para animar al equipo. «Esto ya se parece a una peña». Y se reían.

Otros como José Luis García, con sus hijos Pablo y Álvaro, a las once y media salían de Badajoz cada uno ataviado con una prenda del club del que son abonados desde hace años. «Hoy va a marcar Aquino», predijo con acierto el pequeño de diez años y que recita sin esfuerzo la alineación del equipo de su ciudad, algo impensable hace década y media.

«Si ascendemos será este año, no hay otra igual. El ambiente es espectacular», comentaba una hora antes de ocupar su asiento en la grada Eduardo Blanco, otro aficionado pacense que con su hijo de quince años llegó a las cinco. A su lado, Javier Marcelo, en Almendralejo desde la una, apuntó un par de detalles para entender la dimensión del momento que atraviesa el club: «mucha gente se ha desplazado a Almendralejo incluso sin tener entrada solo para arropar al equipo cuando llegara en autobús. Y en Badajoz ahora mismo hay plazas a tope para animar al equipo como nunca se había visto antes en la ciudad».

Se puede decir que ahora mismo cada jugador blanquinegro es una estrella del rock en su mejor momento, y que el presidente del club, un Joaquín Parra que solo recibe elogios entre los aficionados, es un manager que ha dado en el clavo eligiendo artistas, estilo y momento.

Quedan noventa minutos aún para llegar a Segunda, pero es unánime la sensación entre la afición blanquinegra de que esta aventura, resaca incluida, ya ha compensado.

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