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Oxido por las paredes del vestuario local del Nuevo Vivero. :: ARNELAS
El Nuevo Vivero, en el centro de la polémica

El Nuevo Vivero, en el centro de la polémica

El deterioro del estadio pacense requiere de reformas urgentes, mientras el Badajoz sigue pendiente de su cesión y el Santa solicita jugar allí

Javi Pérez

Badajoz

Martes, 9 de julio 2019, 10:00

Desolador, deprimente, vergonzoso y con ciertas dudas sobre su salubridad. El mal estado del Nuevo Vivero no es lo que se ve, que también, sino el deterioro que presenta en sus entrañas. Gimnasio en estado de abandono y con aparatos rotos, paneles indicativos en los vomitorios de entrada a la grada oxidados, vestuarios con duchas tercermundistas, camillas desconchadas, azulejos caídos, puertas rotas y herrumbre saliendo por todos los rincones, asientos sin reponer, extintores caducados desde hace dos años, luces de emergenci que no funcionan, desperfectos en los baños, cajas de registro reventadas, cables de megafonía pelados a la altura del césped... La lista es interminable. Y el riesgo evidente.

El Nuevo Vivero muestra sus deficiencias, pero a pesar de ello es objeto de deseo y de polémica. Y apunta a tema estrella del verano. Como hace un año. La temporada pasada se cerró sin sacar a la luz el concurso público para su cesión y este mes de julio empieza a torcerse casi antes de iniciar contactos. El Ayuntamiento y el Badajoz se reunieron el jueves para tratar este asunto. Pero en el encuentro no salió a relucir el Santa Teresa. El club de Primera B Femenina hizo público al día siguiente su necesidad de jugar en un campo de césped natural o artificial de última generación por exigencias de la RFEF. Y solicita el Nuevo Vivero.

Juancho Pérez señaló este lunes que el Ayuntamiento está en «constantes contactos» con ambos clubes para dar con la «mejor solución para todos». El concejal de Deportes deja caer que las opciones pasa por buscar un campo para el Santa, aunque reconoce que es complicado y en ese sentido explica que están intentando «optimizar» los recursos y poder tener otros campos «disponibles». La escasez de instalaciones en la ciudad es el principal problema.

La idea de Joaquín Parra es reformar todo el estadio y para ello exige la cesión del estadio en exclusiva. La primera tarea sería tapar los fosos y pintar toda la estructura por dentro y por fuera de blanco y negro para asociar la identidad del Nuevo Vivero al Badajoz. Una obra que quiere acometer antes de renovar el césped para no estropearlo después con la entrada de maquinaria. Después cambiar todos los asientos en un difuminado de blanco, negro y dos tipos de grises, dotar a los vestuarios de taquillas para los objetos personales de los jugadores y un hidromasaje, además de modernizar los banquillos con dos filas y el túnel de vestuarios. También proyecta colocar escudos luminosos del Badajoz por fuera del estadio, un videomarcador e incluso se plantea reubicar las cabinas de prensa en uno de los fondos para utilizar las actuales de palco VIP.

Sobre la mesa está un principio de acuerdo de cesión de 25 años. El Badajoz asumiría todo el coste y el Ayuntamiento se encargaría de la reforma de los vestuarios.

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