La obra en cifras y la riada del 97

La construcción del Nuevo Vivero fue la obra deportiva más importante de Extremadura. Dragados se encargó de un proyecto en el que se invirtieron 1.500 millones de pesetas (400 puestos por la Junta) y 13 meses de trabajo. La riada de 1997 también tuvo sus efectos sobre una obra que estaba prevista entregarse en agosto con el inicio de la temporada 98-99 y que obligó a retrasarse hasta diciembre.

Guillermo Ortego, Fernando Andrés Pérez y Jorge Zapata fueron los tres arquitectos que diseñaron el proyecto. «Si en otros campos el asiento sale por 100.000 pesetas, en el Nuevo Vivero ha salido por 70.000. Eso es un reto», subrayaba entonces Ortego. Su empresa Arquisport era responsable del estadio Los Cármenes de Granada o el Palacio de los Deportes de Valladolid.

Las cifras de la obra hablan por sí solas de su gran envergadura: 1.200.000 kg de acero, 16.000 metros cúbicos de hormigón, 4.000 metros lineales de barandilla, 26.000 metros cuadrados de acerado, 40 enconfradores, 10 ferrallas, 25 oficiales, 8 soldadores, 8 alicatadores, 12 fontaneros, 15 electricistas, 12 carpinteros, 12 escayolistas, 8 gruistas...