Los 'presis' apuestan al blanco y negro

Ellos saben lo que cuesta llegar hasta las puertas del cielo. Como presidentes han disfrutado de los buenos momentos y sobre todo sufrido cuando un proyecto no cumplía las expectativas o un presupuesto no cuadraba. A Félix Castillo, Adelardo Rodríguez, Antonio Guevara, Carlos Uriarte, Fernando Valbuena y Pablo Blázquez les ha tocado vivir épocas difíciles, pero también de felicidad por logros importantes. Sobre todo Félix Castillo, inquilino del palco en el último ascenso del Badajoz a Segunda en 1992, aunque de los nervios no pudo mantenerse sentado y se fue al coche aquella mágica tarde de Cartagena hasta que empezaron a caer los goles. «Joaquín (Parra) siempre me dice que voy a ser el presidente que suba a Segunda dos veces», comenta con gracia por su condición de presidente de honor del club blanquinegro.

29 años después, el Badajoz está a un partido de alcanzar la gloria. Los seis comparten las buenas sensaciones que les transmite el equipo de Estévez y muestran una confianza absoluta en el ascenso, aunque con máximo respeto y extrema cautela. «Soy optimista y vamos a ascender, pero el fútbol es un juego y puede pasar cualquier cosa», señala el presidente que ostenta el último ascenso de plata. «El Badajoz ha demostrado que tiene equipo para ascender», remarca el mítico Adelardo Rodríguez. «Creo que el sábado nos acostaremos en Segunda», sostiene convencido Fernando Valbuena. «Sería el colofón a una gran temporada y que la guinda se ponga en nuestro estadio», añade Antonio Guevara. Carlos Uriarte subraya que todos los factores confluyen para dar el salto al fútbol profesional. «Lo tiene todo para subir, el año que ha hecho, jugar en casa, la ciudad volcada y el público de su lado». En esa línea se manifiesta Pablo Blázquez. «Estamos ante un escenario y una oportunidad única».

Todos coinciden que jugarse el ascenso en el Nuevo Vivero otorga aún más el papel de favorito al Badajoz y carga de mayor responsabilidad. «El gran peligro puede ser el exceso de confianza», advierte el presidente que entregó el testigo a Joaquín Parra. Aunque el vestuario le da todas las garantías. «Creo que tenemos un entrenador que sabe gestionar muy bien eso y la presión, además de una plantilla comprometida y unos capitanes que saben manejar este tipo de situaciones», continúa Blázquez. Ninguno se imagina otro final que no sea feliz. «El fútbol da muchas sorpresas, pero los jugadores tienen que darse cuenta de que tienen todo a favor y jugarse la vida», precisa Adelardo. «Un resbalón sería especialmente doloroso», asume Valbuena. Pero ejemplos hay muchos en el deporte, los más sonados el 'maracanazo' de Brasil en su Mundial y el 'centenariazo' del Real Madrid en la Copa. «Para mí no sería un fracaso, pero sí una decepción porque se ha generado algo muy bonito en la ciudad y para mí eso es más importante que un ascenso», expone Pablo Blázquez. Pero Félix Castillo espanta de un plumazo cualquier conato de gafe. «En nuestro ascenso nos tocó el equipo más peligroso, pero no nos pasó como el año anterior en Compostela que fue fuera de casa». En ese sentido, el presidente de honor considera un plus que la eliminatoria se decida en el Nuevo Vivero. «Si tienes que jugártelo todo a un solo partido, mejor en casa y más con el ambiente que va a haber el sábado». Uriarte confía en el equipo de Estévez. «Veo al Badajoz con un potencial fuerte, pero en el fútbol todos sabemos que te pueden pitar un penalti en el 93 y venirse todo abajo».

Antonio Guevara también sabe lo que es un ascenso. Llevó al Badajoz a Segunda B en la 1986-87. Pero nada imaginable como lo de ahora. «El club ha cogido un nivel grande y el momento que vivimos es de locura», subraya. Lo mismo que Pablo Blázquez, que colocó al Badajoz en la casilla de salida en 2017 para llegar hasta aquí. «Lo más bonito es lo que está sucediendo en la ciudad y lo importante es que permanezca».

Uriarte aún se lamenta por la liquidación de la SAD. «No lo acabo de comprender porque con todos los demás clubes no hubo problemas y la deuda del Badajoz era menor», se martillea todavía. Fernando Valbuena tuvo que recoger las cenizas y conseguir que ese sentimiento brotara de nuevo. «Me tocó la etapa de los campos de barro y que en nueve años podamos vivir esto se me antoja increíble». Ese sentimiento blanquinegro tuvo su punto de inflexión en Calahorra. «Pero antes, con el Bergantiños, fue cuando creo que nos ganamos el ascenso. En Calahorra la gente estaba volcada y se dio el salto. Con la llegada de Joaquín Parra el crecimiento del club ha sido exponencial con un buen trabajo para fidelizar a la afición», expone Pablo Blázquez. Valbuena va más allá y sigue soñando. «Siempre he dicho que no me gustaría morir sin ver al Badajoz en Primera y ahora que vamos lanzados hay que aprovechar este momento», desea.

Sobre el Amorebieta todos coinciden en que será complicado y no hay que fiarse. «Tiene mucho mérito porque no es un club profesional y están en los mismos 90 minutos que nosotros», valora Valbuena. Precisamente Uriarte cuenta que conoció al actual presidente del Badajoz en la eliminatoria copera en Amorebieta. «Me hizo ilusión». El vasco les conoce bien. «Es un rival duro de roer», avisa. Adelardo, que el sábado puede vivir su particular doblete con el título del Atlético y el ascenso del Badajoz, transmite un mensaje a los jugadores. «Que tengan fe y no se fíen de nada. Le deseo lo mejor al Badajoz y se logre ese ascenso que toda esa gente lleva esperando tanto tiempo». Consejo de leyenda atlética y del fútbol español.