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RAÚL PEÑA
ALMENDRALEJO.
Jueves, 9 de julio 2020, 09:11
El Extremadura va a descender a Segunda División B con la sensación de que ha estado desbordado en todos los aspectos esta temporada. El equipo ha sufrido sobre el terreno de juego y el club también lo ha hecho en los despachos. Todos los problemas deportivos y extradeportivos se han traducido en una mala temporada para los azulgranas, que ya solo esperan a que el descenso sea matemático.
Los partidos después del parón sirven como síntesis para la temporada azulgrana. El equipo compite en gran parte de los partidos, pero le cuesta un mundo conseguir los tres puntos. Por eso Manuel Mosquera, técnico del Extremadura, cree que tras la reanudación la competición ha sobrepasado a su equipo, que no ha sabido reaccionar a tiempo y que ve como a tres jornadas del final se despide del fútbol profesional.
«Esta liga exprés a nosotros nos ha venido grande. Esperábamos que nuestras bajas no fuesen tantas y tan importantes y no hemos logrado eso. Al final nos ha lastrado mucho tener a tantos jugadores importantes fuera», explicó Manuel Mosquera tras la derrota de su equipo ante el Cádiz en el Francisco de la Hera.
El problema futbolístico del equipo durante la primera mitad de la temporada estuvo en la falta de gol, que con la llegada de Álex Alegría el Extremadura consiguió paliar. Aún así, el equipo no reaccionó durante la segunda parte del curso y los resultados no llegaron. El Extremadura desciende de categoría por deméritos propios y ya piensa en la confección de plantilla y cuerpo técnico para la temporada que viene.
Pese a que Manuel Mosquera ha sido el entrenador con el que el Extremadura ha descendido a Segunda División, el técnico admite que le gustaría seguir dirigiendo al cuadro azulgrana la próxima campaña en la categoría de bronce del fútbol español. El gallego tiene un año de contrato y quiere cumplirlo.
«Tengo un año más de contrato y mi idea es quedarme aquí y crear otro proyecto para que seamos un equipo que pueda recuperar la categoría. Esa es la forma que tengo de pensar», sentencia Manuel. Así, si la dirección deportiva del Extremadura quiere continuar con el mismo técnico ya tiene el sí del preparador gallego para la próxima campaña.
Aparte de los problemas sobre el terreno de juego, el Extremadura ha pasado por malos momentos en los despachos. Los continuos cambios de presidente y la ruptura de las relaciones entre los dos accionistas han propiciado que los cimientos azulgranas se tambaleasen. Esos problemas también calaron en el vestuario, que ha tenido que lidiar con ellos.
«Los problemas institucionales que tuvimos a según qué jugador le puede afectar, porque somos todos totalmente diferentes. Hay que asumir todo con la mayor naturalidad posible y de la mejor manera», explicó el capitán Gio Zarfino en la radio oficial del club.
El descenso matemático del Extremadura a Segunda División es cuestión de tiempo. Si hoy el Albacete empata o gana en su partido en casa ante el Sporting de Gijón o el Numancia gana su encuentro ante el Rayo Vallecano como visitante, el Extremadura descenderá matemáticamente a Segunda División B.
Si Albacete pierde y el Numancia no gana el Extremadura vería como su agonía se prolonga hasta el fin de semana, cuando se tiene que enfrentar al Deportivo de la Coruña en el estadio de Riazor. Aún ganando ante el cuadro gallego el Extremadura podría descender, ya que ahora ya no depende de sí mismo, sino de los resultados de los rivales.
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