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Fausto Tienza está de vuelta en su Talavera la Real natal. Alterna unos días de descanso en la playa con los últimos preparativos del campus que organiza a finales de este mes en su tierra y que cumple su sexta edición con pleno de inscripciones. ... Ha regresado a tierras extremeñas con un ascenso a Segunda debajo del brazo, el billete para un fútbol profesional que conoce sobradamente, pero que no transitaba desde que se marchó del Extremadura al final de la campaña 2018/19, cuando logró la permanencia.
Ahora, con contrato en vigor hasta el 30 de junio de 2023 con el Racing de Santander, que quedó campeón del grupo 1 de Primera RFEF, vivirá su quinta experiencia en la categoría, sumando casi un centenar de encuentros con Osasuna, Alcorcón, Cádiz y el conjunto almendralejense. Y todo apunta a que no se mueve del Sardinero. «Estoy a gusto allí y ellos están contentos conmigo y así me lo han hecho saber estos meses, así que encantado de seguir».
Reconoce que vive con mucha ilusión a sus 32 años la nueva oportunidad que se le brinda tras un par de temporadas con un balance menos halagüeño pasando por el Panathinaikos de la liga griega y con su posterior cesión al Nàstic de Tarragona antes de recalar en el club cántabro. «Con muchas ganas de disfrutarla, sabiendo que es exigente y que hay que apretar mucho, pero cuando vuelves después de uno o dos años que no han sido buenos, eso te ayuda a valorarlo más».
Orgulloso, saca pecho como verdiblanco recalcando el carácter histórico de la entidad en la que milita, con más de cuatro décadas de bagaje en la élite, además de ser uno de los fundadores de la liga. Y admite que desde su llegada quedó prendado por lo que se respiraba. «Desde el primer día te das cuenta de que no es un equipo normal, es un grande. Se nota en las instalaciones y en la masa social, e impresiona, en los momentos buenos te lleva en volandas». Y no se pone techo. «Con las declaraciones del presidente y del entorno de que tendremos un presupuesto de unos 10-11 millones de euros, el objetivo tiene que ser ambicioso, de ir a por las cotas más altas». En el foco, Primera, cuyas mieles ya saboreó hace un lustro con Osasuna, disputando 20 partidos.
La edad permite ver tanto los éxitos como los fracasos con una óptica distinta, desde un prisma más sosegado y con la razón como bastón de apoyo para caminar con firmeza entre las emociones, pero relata que ha vivido «sensaciones bonitas. Hay sitios especiales para ascender y uno de ellos es el Racing, porque ese día metieron a más de 20.000 personas, había mucha gente por las calles, con el ayuntamiento lleno».
No eran los máximos favoritos y han roto los pronósticos porque, si bien el conjunto cántabro integraba la bicefalia de aspirantes por el primer puesto, el Deportivo partía de un peldaño superior en cuanto a proyecto, «por presupuesto y nombres de la plantilla, porque han firmado bastante bien. No ha sido demérito de ellos, es que lo que hemos hecho no ha sido normal». Y no le falta razón, porque han sacado ocho puntos a los gallegos, con una segunda vuelta espectacular firmando 45 puntos de 57 posibles, con 33 goles a favor y 14 en contra. En ese tramo decisivo, Fausto Tienza identifica un momento clave. «El punto de inflexión fue el partido aplazado que jugamos entre semana en un Riazor casi lleno. Les ganamos y el equipo cambió la mentalidad, nos dio confianza». El Racing acumuló desde diciembre hasta mayo 20 encuentros sin conocer la derrota.
El centrocampista extremeño ha sido un pilar básico del esquema de Guillermo Fernández Romo, disputando 37 partidos, 28 de ellos como titular, para un total de 2.428 minutos entre el campeonato liguero, la Copa del Rey y la final para determinar el campeón de la división de bronce, en la que se impusieron por 3-0 al Andorra. «A nivel personal ha sido una gran temporada, además, no he sufrido ninguna lesión, que eso ayuda a tener más continuidad y buscar mi mejor versión». Se ha prodigado en una faceta poco habitual en su carrera por la demarcación que ocupa, la de mediocentro defensivo, logrando tres tantos. «Es el año que más goles he metido. Es un poco anecdótico, pero es bonito por poder dedicárselos a mi familia, a mi pareja y a la gente que va a verme».
Pese a que le contempla un currículum envidiable y le queda cuerda para rato aún, no se esconde a la hora de afirmar que vestir la camiseta del Badajoz es uno de sus sueños. «Es una espinita que tengo clavada y espero poder quitármela algún día. A todo futbolista le gusta jugar en su tierra, delante de los suyos». Y sigue con inquietud todo lo que acontece en el seno del Nuevo Vivero. «Lo vivo como un aficionado blanquinegro más, con mucha incertidumbre y preocupación, ahora está todo en el aire y no sabemos lo que va a pasar ahí». Sobre Luis Oliver, que encabeza el grupo que está cerca de hacerse con las riendas del conjunto pacense, habla con reservas. «Seguro que firmará buenos jugadores e ilusionarán a la gente, pero es importante que se hagan las cosas bien y que sea todo transparente. El club debe prevalecer sobre todo lo demás».
La cabeza visible de Lanuspe SL es un viejo conocido en Almendralejo. De estos polvos, estos lodos y Tienza lamenta lo ocurrido con el Extremadura el pasado curso. «Da mucha pena. Cuesta mucho llegar al fútbol profesional y descender por una mala gestión es muy grave y hace daño a toda la región. Esperemos que en el Badajoz no se cometan los mismos errores».
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