ALEJANDRO VILLALOBOS
Viernes, 18 de abril 2014, 13:17
El Don Benito cayó derrotado por 1-0 en Almendralejo ante el Atlético San José Promesas, que se sirvió de un gol de Lauri en la recta final del encuentro para firmar los tres puntos. Las botas de Lauri son como la lámpara de Aladino. La frotas y sale un gol, el que ayer le redimió las penas de la semana previa en Plasencia y que brindó los tres puntos a su equipo diez jornadas después.
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Mucho ruido, porque de fútbol fue otro cantar desde el silbido inicial. La tropa morada se ajustó el capirote, y con paso firme y decidido desde el inicio no tardó en asomar al balcón de Luis en un centro de Pildo al segundo palo que por centímetros no enganchaba Asensio en el minuto siete. Replicaba Pantoja en un furioso testarazo tapado por Gil. Los calabazones abrían su libro de estilo a base de rápidas transiciones desde la medular a las bandas. Pichi se marcaba una filigrana sacando los colores y vergüenzas a Juanlu, pero Gil evitaba el posible disgusto. Volvió a sacudir el árbol el Don Benito en un centro envenenado desde la izquierda de Kiko, pero a Pichi le faltaron las botas de siete leguas para engatillar el servicio. Y a tomar el sol, porque ambos cuadros dejaron de aplicarse, al menos físicamente, con un toma y daca sin horizonte que pareció contentarles. Mendo echaba sus boletos con disparos desde 30 y 40 metros, pero cuando llegaban a los guantes de Luis, a éste ni se le subía el pulso. A Pichi, el verdadero pulmón visitante, le temblaron las piernas y tuvo que retirarse a sus aposentos. Pasaban los minutos y seguía el tono sordo en el césped. Ya en la recta final de la primera mitad, un susto que no pasó a mayores en un testarazo de Quintana que Luis enviaba a córner.
La hidratación colectiva no mejoró el rendimiento global. Quiso lucirse Alonso pero tapó Gil sin pestañear a los tres minutos de la reanudación. Contestó Quintana un suspiro después pero con idéntica suerte. Y ése era el triste y desangelado panorama. Los protagonistas aplicándose con más corazón que mente a la tarea, pero su esfuerzo era equivalente al desacierto. Hubo que esperar al ecuador para ver una chispa que despertase a la parroquia.
Una letal cabalgada de Lolo levantó a todos de sus butacas, pero su recorte en el mano a mano se topó con las piernas de Luis. Restaban 20 minutos y saltaban Lauri y Carmona a la hierba. Una apuesta que salió a pedir de boca, porque el viejo rockero insufló alma y brío a los suyos, que despertaron de su letargo y tras una gran jugada individual de alto linaje de Santos fue abortado por Luis a siete minutos para la conclusión, cayendo de forma flagrante Mendo dentro de la cal. Laurino dudó, se afiló bien los tacos y de un derechazo eléctrico ajustado a la base del palo izquierdo taladró el gol de la victoria, redimía su error en Plasencia y sellaba un triunfo que casi sella la tranquilidad violeta.
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