Javi Asensio pone la rúbrica nazarena in extremis

Con tres disparos contados a puerta no se puede soñar con el triunfo y ayer fue lo que ofreció el Hernán Cortés ante un Atlético San José que puso corazón y fútbol tras el empate y selló la justicia final con todo honor.

El San José no tardó en exhibir pecho. En el minuto 6, Víctor pisaba la frontera visitante y firmaba un pase casi de la muerte que se paseaba delante de Pedro Jesús y un Asensio que nada pudo pescar. Respondió Sergio buscando el milagro desde 20 metros, pero el balón se marchó directamente fuera. La banda diestra era una autopista para el bólido nazareno y las gradas se deleitaron con un recorte de Hipólito que sacó las vergüenzas de Charli, pero su centro no tuvo remite.

A falta de disparos a puerta, el árbitro era el auténtico y triste protagonista. González era arrollado por el tren rojo Herrero, pero Paredes Carrasco cerró los ojos.

Del vestuario salió un Atlético con la mente, alma y botas bien engrasadas. Una máquina que salvo un testarazo de Fran a leguas de Isi en el 48 y no dejó de acelerar hasta lograr su destino final. Un balón muerto en el área foránea lo aprovechaba Hipólito para marcar el primero del día. Se fue a por todas el once de Bayón, pero un despiste en la zaga lo aprovechaba Javi Melli para igualar el marcador. Se las prometían felices los de las Vegas Altas, pero el San José, consciente de que un triunfo ante un rival de su liga era un diamante de muchos quilates, puso todo lo que estuvo de su parte.

Se dejó los pulmones y músculos en nueve minutos de infarto y González ponía el 2-1 en el 90, tras mil y un rechaces defensivos. No hubo tiempo ni para respirar. En la siguiente acción, Javi Asensio se limpiaba las botas desde la frontera del área y clavaba por toda la escuadra el tercero, que cerraba un justo triunfo morado que puede valer oro para los locales.