:: J. M. ROMERO
Tercera

A noventa minutos del título

El Mérida, de menos a más, doblega a un buen Pueblonuevo gracias a los goles de Perera y a los agitadores Borja, Cristo y Jorge Caballero

FERNANDO GALLEGO

Lunes, 27 de abril 2015, 08:31

Al Mérida le faltó un gol del Badajoz para cantar anoche el alirón. Pero salvo sorpresa mayúscula lo cantará el próximo domingo. Le basta con sumar un punto en el Romano ante el colista Plasencia para finiquitar el primer paso y ponerse a pensar en el segundo, la final de campeones. La afición y el equipo tienen tan asumido el destino que el choque de ayer no guardó un rasgo diferenciador, nada especial. Fue otro trámite del grupo de Alcázar, que fue de menos a más.

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Al Mérida le sobra fútbol para esta Tercera. Su calidad está muchos peldaños por encima de la mayoría. Se siente tan superior que sabe que acabará resolviendo, más tarde o más temprano. Y encara los partidos en modo ahorro de energía. Posiblemente en el playoff tenga que meterle varias marchas más a su juego. Posiblemente. Ayer, sin rapidez e intensidad, el partido se tiró los primeros treinta minutos como si en realidad aún no hubiera comenzado. Era de un juego lento, espeso, aburrido. Solo la lesión del rojillo José Luis (rotura de abductores, o sea que se pierde lo que resta de temporada) obligó a apuntar en las libretas.

Bien plantado, serio y solidario, el Pueblonuevo alejó al Mérida de su área toda la primera parte. Solo disparos lejanos de Perera, Dani Alonso y Joaqui Flores. He ahí un problema: le cuesta al Mérida abrir defensas de muchos hombres por detrás del balón. Sufre. Le crea cierta ansiedad. Como no acertó ni en el enganche ni en el punto de velocidad, apenas creó ocasiones claras de gol.

Con los extremos intercambiándose de bandas constantemente, la mejor le llegó al Mérida tras un desmarque de Cristo a la espalda de Tala en el 30', y que cruzó más de la cuenta. Sin embargo, la mejor oportunidad de la primera parte se la adjudicó el Pueblonuevo pocos minutos después: armó una contra rapidísima que acabó con Quini en el área de Sebas Gil poniéndosela en el segundo palo a Adri, que llegaba desde atrás solo. Con todo a favor la tiró fuera. Fue lo único mal que hizo Adri en el partido, porque todo lo demás que se le vio fue de jugador que apunta alto.

Sin embargo, otra cosa no tendrá, pero en artillería, gol, peligro y todo lo que ustedes quieran el Mérida anda sobradísimo. En el único error a nivel de espacio que concedió en toda la primera parte el equipo de Juan García, el Mérida le castigó con el gol más psicológico de toda la temporada. Balón en largo para Toni, que se frena al llegar al área, la pone perfecta en horizontal para Jesús Perera, que se incorpora desde atrás como un avión y la rompe como un bestia. No se sacó ni de centro. Descanso.

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Con espacios es diferente

La segunda parte ya fue otra cosa. Aunque el Pueblonuevo salió con la misma intención (líneas bien juntas y solidaridad y tal), poco a poco se fue desfondando. No físicamente, que también un poquito, sino sobre todo psicológicamente. Los de Juan García cada vez se desplegaban peor en un campo tan grande y los jugadores se percataron de ello. Y eso provocó los espacios. Y no hay mejor equipo a los espacios en muchos kilómetros a la redonda que el Mérida.

Se adueñó de la posesión con mucho más criterio que en la primera parte, jugó casi siempre en la zona de tres cuartos, pisó mucho área y comenzó a encadenar ocasión clara tras ocasión clara de gol. La salida de Jorge Caballero y otra nueva exhibición de Jesús Perera tuvieron mucho que ver en este nuevo guión. Cada vez que el canterano emeritense salta al campo suceden cosas, y buenas para el espectáculo. Y en cuanto al delantero oliventino... qué decir: está llegando de una forma al tramo final de la temporada que es mejor ni soplarle, que haga lo que quiera. Todo el fútbol del Mérida en la segunda parte pasó por Borja en la salida de balón y por Jesús Perera en el último pase.

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Así que, tras tiro al palo de Joaqui Flores, jugada de fútbol sala de Jorge Caballero, disparo con rosca de Perera, chut peligroso de Cristo (tenía razón Alcázar, está recuperado para la causa)... acertó de nuevo Perera para sentenciar a ocho minutos del final. Mérida sabe que será el próximo domingo, en la segunda bola de partido... salvo, ya decimos, sorpresa mayúscula.

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