El Badajoz aparca el traje de etiqueta

Sufrió más de lo deseado el Badajoz para sacar los tres puntos del Nuevo Vivero cada vez con menos verde. Quizás haya sido el partido que más sudor le ha costado sacar a los de Óscar de Paula, quien por otra parte perdió los nervios al final por la tensión vivida y acabó expulsado. Esa tangana que empezaron Pintado y Juanito junto al banquillo y acabó con el técnico oliventino y el mediocentro del Moralo en el túnel de vestuarios fue lo más reseñable de una segunda mitad triste y gris. El Badajoz supo rentabilizar al máximo el gol de penalti de Carreño en el ecuador de un primer acto que mereció dejar sentenciado por las ocasiones desperdiciadas y el Moralo mostró su atrevimiento al verse salir ileso de los primeros zarpazos blanquinegros e incluso contrariado al reclamar también un penalti en el área de Sergio Arenas.

El Badajoz juega con una marcha más. Distinta velocidad, mayor ritmo y aceleración, sobre todo cuando combina arriba. Prestaciones tiene para revolucionar las defensas contrarias y si además jugadores como Adri, Abraham Pozo y Nando Copete alternan sus posiciones provocan un cortocircuito a la zaga rival difícil de restablecer. Los blanquinegros tuvieron veinte minutos que fueron un auténtico vendaval sobre el área de Luis. Las ocasiones se sucedían casi sin respiro. Carreño estuvo presente en casi todas y de todas las maneras posibles, pero tuvo que ser de penalti donde encontró el premio para abrir la lata morala. La jugada ya de por sí lo merecía en una fabulosa pared con Adri dentro del área que fue frenado por un empujón de Pintado cuando encaraba como un rayo al portero del Moralo. Carreño no falló en su cita con el gol para inaugurar un marcador que el meta Luis se había encargado hasta entonces de mantener a cero.

Pero a pesar del incesante acoso del Badajoz, el primer aviso lo dio el Moralo nada más empezar en un remate a cara descubierta de Rulo que Sergio Arenas despejó a córner a pie cambiado. La irrupción de Rulo solo en el área pequeña dejó al descubierto nada más empezar la vocación ofensiva de los laterales pacenses. Y es que el Badajoz juega prácticamente con tres defensas, ya que Javichu y especialmente Chechu se convierten en extremos puros y permiten alguna que otra aproximación al rival. Concesiones que son bien resueltas unas veces por Kiko y Jesús Muñoz con Parada como guardaespaldas y otras con mayor susto por el portero blanquinegro.

Aunque mientras arriba quede munición poco tiene que preocuparse el Badajoz. Después del gol, el bombardeo se acrecentó. La más clara el remate casi sin querer de Carreño al travesaño precedido de un semifallo del portero y el central. Antes la había tenido Abraham Pozo e inmediatamente después los dos como protagonistas en una doble oportunidad en la que Luis sacó su instinto de felino y demostrar tener unos reflejos espectaculares. Primero sacando una milagrosa mano al delantero sevillano en un disparo a bocajarro y en el rebote rehacerse para responder con la misma manopla al de Pueblonuevo para desviar a córner.

Pese a la insistencia del Badajoz, el Moralo no se encogió de hombros y buscaba su oportunidad. Viti, Pintado y Sergio trataban de sacudirse de las acometidas blanuinegras para asistir a Rulo. Poco a poco la intensidad fue decayendo hasta perderse en un dominio estéril de los de Óscar de Paula. En uno de esos intentos del Moralo, Sergio probó la inspiración de Sergio Arenas en un lanzamiento lejano tras un saque de falta que obligó al cancerbero blanquinegro a lucirse en una gran estirada para despejar a córner.

El mismo guión de los últimos minutos se repitió en el segundo acto. El Moralo dio un pasito más y obligó al Badajoz a trabajar un poco más de lo habitual. Pero sin hacer excesivo daño. Parada y Rober supieron controlar ese descaro moralo y pudo sentenciar en las escasas ocasiones del segundo periodo como la de Parada tras un robo en la frontal del área o la de Chechu en su enésimo contragolpe y que se marchó desviada cuando le salió Luis.

Fueron las escasas y únicas oportunidades que se vieron tras la reanudación y que precedieron a la tangana que formó al lado del banquillo del Badajoz. Pintado y Juanito prendieron la mecha, De Paula lo desató el incendio al salir del área técnica y tenerlas con el jugador moralo. Se formó un gran tumulto con jugadores y técnicos increpándose unos a otros y que el colegiado Del Río Lozano resolvió con las expulsiones del preparador oliventino y de Pintado. Con esta trifulca se murió el partido y el Badajoz salió airoso con tres puntos que le mantienen en el liderato.