El momento de Agustín Izquierdo

Estaba destinado al banquillo del CD Badajoz y por fin le ha llegado la oportunidad. El club blanquinegro encomienda la misión de reconducir el proyecto deportivo a uno de los héroes del último ascenso a Segunda en el 92. La llegada de Agustín Izquierdo es una apuesta sobre seguro para alcanzar el objetivo de clasificar al equipo para la fase de ascenso. Después de tantas veces tocando la puerta del Nuevo Vivero le llegó su momento de volver a su casa. «Es cierto que en tres o cuatro ocasiones me he reunido con la directiva y nunca había salido. Las sensaciones del viejo Vivero son diferentes a todo. Estoy muy ilusionado y con ganas de empezar ya a entrenar. Espero devolver esa confianza con trabajo y resultados».

El técnico murciano, pero afincado desde su etapa de jugador en Badajoz, llega avalado por su experimentada trayectoria en Tercera y un pleno de participaciones en eliminatorias de ascenso en los tres equipos a los que ha dirigido. «Espero mantener ese procentaje, pero lo más importante ahora es empezar a entrenar y preparar el partido de Azuaga», apuntó durante su presentación como nuevo entrenador blanquinegro. Con Don Benito, Jerez y Extremadura UD llegó cinco veces a los playoffs, cuatro hasta la ronda final, aunque en ninguna logró subir a Segunda B. Su espina clavada y el gran lunar a una hoja de servicios intachable.

Agustín Izquierdo dejó como carta de presentación que no se fija en los nombres. «Conmigo quien no corre no juega». Y añadía. «El rendimiento en el campo se ve en los entrenamientos». El Badajoz pone en manos de uno de sus jugadores históricos (140 partidos entre Segunda B y Segunda más 11 de Copa del Rey) la tarea de reanimar a un equipo deprimido las seis últimas jornadas ligueras, que en cuestiones estadísticas suma nueve partidos consecutivos sin ganar contando los tres de Copa Federación con la vuelta de Granada B (1-1) y los dos del Mérida (6-0 y 2-2). Agustín Izquierdo coge al equipo en una dinámica descendente que le ha llevado a caer al cuarto puesto, pero no se plantea fijar el título como una exigencia del club ni tampoco se marca metas más allá del siguiente partido. «Vamos a intentar coger la tercera plaza, ese es el objetivo más inmediato. Aunque el partido de Azuaga es lo más importante y lo que me preocupa ahora mismo. Cuando acabe la temporada se podrá valorar el trabajo realizado», expuso. Al entrenador blanquinegro no le preocupa la exigencia del Nuevo Vivero. «La presión ya la tengo en mi casa. Mi hija se puso ayer la camiseta del Badajoz. Mi familia, mis amigos... me llaman. Estar en el Badajoz es diferente».

Sobre el bache del equipo no quiso entrar a valorar las causas por respeto y cariño hacia el entrenador saliente, además de querer poner el foco de atención en lo que queda por delante. «No voy a hablar de lo que ha pasado atrás. Quiero aprovechar esta ocasión para enviar un abrazo muy fuerte a Óscar de Paula porque no es un momento agradable para él, es un amigo y una excelente persona. Ahora tengo que mirar al futuro e imponer mi metodología de trabajo». Sobre ese punto, señaló que su filosofía de juego es la victoria, sin ser resultadista. «Tengo claro lo que quiero y considero que el equipo cuanto mejor juegue más posibilidades tendrá de ganar. Pero si el equipo no juega bien o en los días menos buenos también quiero ganar. Ya lo resumió muy bien Luis Aragonés con esa célebre frase de 'ganar y ganar y ganar y volver a ganar'». En ese sentido trató de desmitificar su cartel de técnico defensivo. «No voy a vender humo. A mí me gusta el orden y el equilibrio. La parcela ofensiva y la defensiva van unidas. Si el equipo defiende bien va a atacar bien. Voy a intentar que los jugadores asimilen los conceptos rápidamente». El nuevo entrenador del Badajoz llega con su hombre de confianza Julio Gómez como segundo y preparador físico, cuenta con Poli, que se queda como entrenador de porteros, y quiere mantener al equipo de fisioterapeutas formado por José Cortés y José Quintana.

Lateral izquierdo y medio

Agustín Izquierdo no parte desde cero porque es habitual en la grada del Nuevo Vivero y tuvo a sus órdenes a Copito en el Jerez y en su último año en el Extremadura a Abraham Pozo y Nando Copete. «Conozco a los jugadores, pero no he trabajado con ellos, no tengo ese roce de estar cerca de ellos en los entrenamientos». Suficiente para reconocer que hay base para alcanzar los objetivos. «Hay mimbres para hacer un buen trabajo». También admitía que le gustaría reforzar la plantilla en puestos claves. «Hemos hablado para intentar incorporar algún jugador. Los tiros pueden ir por un lateral izquierdo y un mediocentro, pero depende del mercado y lo que entre». Aunque se mostró satisfecho con lo que recibe. «Con esta plantilla se puede trabajar y hacer grandes cosas».