Copito acude al rescate del Badajoz

Copito tenía que ser. El capitán tuvo una reaparición soñada después de tanto tiempo lesionado. El Nuevo Vivero le ha echado de menos en esta sequía de victorias y de goles. Agustín Izquierdo entró con buen pie en el Badajoz y a pesar de tener que reponerse en dos ocasiones sacó un triunfo necesitado y a base de corazón. No se lo puso fácil el Azuaga con ua propuesta muy valiente en el Nuevo Vivero.

El Badajoz salió decidido a reivindicarse y soltar esa ansiedad que le atenaza las piernas y le nubla de cara a puerta. Apretó los dientes, imprimió una mayor velocidad al juego y peleaba los balones como si fuera la última jugada. El mejor ejemplo fue el primer aviso de Adri que llegó de buscar una pelota que cualquiera hubiera dado por perdida. Pero el Azuaga sacudió viejos temores pegando el primer golpe. Luisito protagonizó una jugada espectacular dentro del área, escurridizo en el regate en una individualidad que bien hubiera firmado el mismísimo Messi, se fue con gran habilidad de los marcadores que le salieron al paso hasta apurar la línea de fondo y casi sin ángulo batía a Sergio Arenas en el primer palo. Un golazo que dejaba al Badajoz consumiéndose en sus dudas.

Si el equipo tenía otro ritmo y hacía las transiciones más rápidas cuando armaba un ataque, atrás seguía adoleciendo de cierta fragilidad. El equipo de Antonio Cobos supo aprovecharse de esas fisuras y sus dos extremos, Luisito y Alvarito, crearon muchos problemas por su velocidd y verticalidad. Una pérdida de balón en la salida provocó un nuevo susto del Azuaga en una contra de tres para dos que Arenas resolvió sin problemas.

El Badajoz poco a poco recuperaba el aire. Se recuperó del sofoco, controló los nervios y volvió a manejar la situación como si no hubiera pasado nada. Parada pondría el empate al cabecear a gol una falta botada por Rober. Fueron los mejores minutos de los blanquinegros, que asedió al Azuaga con varias ocasiones. Las más claras un tremendo disparo de Parada desde lejos que despejó como pudo Carlos y cuyo rechace no llegaría Carreño cuando estaba con la caña preparada. Y otra del goleador sevillano en un remate en semifallo. Pero de nuevo se adelantó el Azuaga ante la pasividad de la defensa pacense en un saque de falta del visitante Kiko que se le escapó a Arenas y Alvarito se encargó de remachar. Otra vez los fantasmas regresaban al Nuevo Vivero. Agustín Izquierdo no podía estar contento con los despistes defensivos de su equipo. Demasiadas concesiones. Mucha tarea le queda por delante para construir una defensa sólida alrededor del portero.

El Badajoz no bajó los brazos y por segunda vez respondió para igualar el marcador. Pero antes de que el oportunismo de Álex González nivelara el encuentro, Carlos se había lucido con un paradón a una volea de Abraham. Luego sería Rober desde la frontal, pero la defensa logró desviar ligeramente lo suficiente para que el balón saliera rozando el poste a córner. El Azuaga seguía con su habitual descaro y se plantaba con peligro en las inmediaciones de Sergio Arenas. Aunque el Badajoz no estaba dispuesto a tomar el túnel de vestuarios con el resultado en contra. Rober volvió a intentarlo desde el borde del área, el balón pegó en el poste y Álex González muy atento puso las tablas en la misma boca de gol. La grada del Nuevo Vivero suspiraba y pudo tomarse el bocadillo con cierta tranquilidad ante el derroche de pundonor de los suyos.

Los pacenses no querían volver a ir a remolque. Buscó su oportunidad, pero se topaba contra una línea acorazada imposible de penetrar. Agustín Izquierdo metió gente de refresco en busca de romper ese hermetismo y le dio resultado. Sobre todo con la entrada de un aclamado Copito que volvió a demostrar su don natural para el gol para rescatar a un Badajoz que de nuevo se marchaba sin los tres puntos. El capitán voló para rematar en un espléndido cabezazo a gol y sacar a su equipo de su particular travesía por el desierto.