Un vivero de goles

Cada uno en su casa es un rey y el Deportivo Pacense empieza a serlo. Las instalaciones municipales El Vivero eran un destino plácido para cualquier visitante, pero la historia ha cambiado. Los azulinos se están ganando el derecho a que se reconozca su feudo como una plaza muy complicada, de esas donde su inquilino suele sumar más que restar. Y dando espectáculo. Nada menos que siete goles en los dos últimos encuentros, fruto del 4-1 endosado al Sanvicenteño y el 3-0 de este domingo ante el Atlético San José, un choque en el que Parry anotó un 'hat-trick' antes del descanso que le sitúa con once dianas.

La última derrota en El Vivero data del 22 de noviembre, ante el Don Benito por 2-3. Desde entonces, cuatro victorias (Valdivia 3-2, Valdelacalzada 3-1, Sanvicenteño 4-1 y Atlético San José 3-1), y dos empates (Moralo 2-2 y CD Badajoz 0-0). Una buena racha en casa que contrasta con los resultados anteriores en ese mismo escenario, donde las derrotas se acumulaban (Azuaga, Iberitos, Coria...). La realidad es que el equipo ha mejorado en todo. El rendimiento es mayor, la competitividad en el vestuario crece. Basta señalar que una baja sensible como la del central Javi Pérez este domingo pudo suplirse sin dramatismo, algo que antes no ocurría dada la carencia de efectivos. Manu Beato, uno de los refuerzos, ocupó la posición en el eje de la zaga y su desempeño fue muy positivo. Las prestaciones son superiores, pero no únicamente en su estadio, también fuera pese a que ahí los resultados no acompañen tanto. Rogelio Palomo defiende las actuaciones de sus pupilos en campos muy difíciles donde el Deportivo no pudo arañar punto alguno pero sí dejó buenas sensaciones. Calamonte, Arroyo o Jerez son paradigmáticos. «Fuera lo hacemos muy bien. Contra el Calamonte tuvimos dos mano a mano en la primera parte que si estamos acertados se hubiera hablado de otro resultado, pero aquel día no se podía jugar al fútbol porque más que viento lo que había era un huracán. Mi equipo no me desagradó nada», recuerda.

Sin ser un sargento de hierro, Rogelio Palomo es exigente incluso cuando las cosas pintan bien ya que el 3-0 al descanso contra el cuadro almendralejense no le terminaba de convencer. «El partido empezó genial. En el segundo 54 ya íbamos 1-0. Pero a raíz de ahí el equipo no me estaba gustando y se lo dije en el descanso. Perdíamos muchos balones, aunque entiendo que ellos salen al campo angustiados por la necesidad de sumar puntos y eso a veces hace que la calidad no salga a flote. En la segunda parte sí hemos jugado mejor. El resultado ha sido más que justo», resume el encuentro.

Exigente, pero también agradecido. El técnico pone por las nubes a su máximo artillero, Parry, el indiscutible 'MVP' de la cita. «Hay que agradecerle su actuación porque ha estado sublime. Y no sólo por sus tres goles», valora el entrenador. «La verdad es que las cosas han salido desde el minuto uno, cuando aprovecho un fallo del defensa para marcar el 1-0, pero lo importante es que el equipo necesitaba la victoria ante un rival al que había que ganar sí o sí. Sólo nos quedan finales», apunta el delantero, quien coincide con su entrenador en que el equipo no estuvo fino en ese primer acto pese al marcador. «Puede que tras el primer gol nos confiáramo un poco». El ariete defiende que la permanencia pasa por los choques en feudo propio, donde reconoce que se están cosechando grandes resultados consecuencia de grandes partidos. Parry avisa de la dificultad de la próxima cita en Zafra, un rival que en la ida remontó un 3-0 a los pacenses.

Manu Beato también pasó por la rueda de prensa tras debutar como titular en El Vivero. «Deseaba tener esta oportunidad en casa porque hasta ahora los centrales están inmensos. Tanto Pérez como Dávalos son unos padres que están encima mía y me ayudan mucho».