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Marco A. Rodríguez
Domingo, 17 de abril 2016, 19:36
No fue el último, pero ya quedan menos. David Copito celebró su partido cien con el Badajoz a lo grande, como el mito de la NBA Kobe Bryant esta misma semana en su despedida de las canchas. Anotó dos de los siete goles blanquinegros al colista Sanvicenteño en un encuentro que fue de menos a más en la emotividad del aficionado, respetuoso con un icono de este club que volvió a la vida. Un Badajoz que prosigue la racha pese a que el de ayer, menos exigido, no fuera el mejor de sus partidos. La filosofía competitiva de Izquierdo sigue calando en el plantel y ya suma la octava victoria consecutiva para continuar la caza de un líder Extremadura que esta vez no falló, como Copito en dos de las tres ocasiones de que dispuso ante el Sanvi.
A sus 38 años, David Gascón dirá adiós al fútbol cuando termine esta temporada y su nombre quedará grabado en la memoria albinegra. Máximo goleador histórico y futbolista clave en el resurgimiento hace cuatro años. Se apostó por él y él aceptó el reto de conducir al nuevo Badajoz hasta que el DNI se mostró implacable. Este domingo el mister cumplió con la palabra dada y el capitán disfrutó de cerca de 25 minutos aprovechados como sólo los grandes lo saben hacer.
Aunque el encuentro era propicio para ello, Agustín Izquierdo apenas rotó a sus jugadores de inicio. La baja de Chechu en el lateral diestro la esquivó situando a Javichu en su posición, con Jairo en el lugar del propio Javichu en la izquierda. En el Sanvi, Javi Sáez se decidía por Uva en la punta de lanza, un viejo conocido de la afición pacense.
Mal comenzarían las cosas para el Sanvicenteño. Apenas cinco minutos de juego y Guri, uno de los fijos en la zaga, tiene que retirarse lesionado. Moratino fue el elegido para el cambio. En el minuto 11, primer aviso serio de los locales. Vertiginosa combinación por el carril zurdo entre un retrasado Carreño con Lolo y el pase de la muerte lo envía a las nubes Copete cuando todo el estadio cantaba el uno a cero. Hasta entonces, el Badajoz había dominado sin atosigar demasiado la meta de José. Los pacenses estaban más aletargados que en otras ocasiones durante la victoriosa racha e incluso eran sorprendidos por la presión arriba de un valiente cuadro corchero. También en algún saque de esquina como el del 18, en el que el esférico se paseó por varias cabezas sin que ninguna lograra conectar.
La lata la abriría Abraham Pozo en el 19 con un lanzamiento que en principio no debía suponer demasiado riesgo pero las blandas manos de José permitieron que el balón penetrara la red. Aunque el daño ya estaba hecho, acto seguido el guardameta solventaría su error con dos intervenciones de mérito. La primera ante Carreño, que remató cuando se estaba resbalando un pase medido de Copete; y la segunda, de más mérito si cabe, al atajar el penalti lanzado por Carreño después de una pena máxima cometida por Luis, que pareció llevarse las manos a la cara para evitar un balonazo. De haber culminado con éxito esas jugadas, el Badajoz habría finiquitado un envite cuyo resultado era todavía incierto.
Omnipresente Lolo
Los blanquinegros seguirían a la carga y justo a la media hora ampliarían la ventaja. Enorme centro de Javichu tras apertura de Pozo que Lolo aprovecha a la perfección con un remate sin paliativos. Omnipresente Lolo. Aparecía por cualquier metro cuadrado del verde e incluso se llevaba la amarilla por protestar al colegiado. Y si las cosas estaban complicadas para los de Javi Sáez, peor se pondrían. En el minuto 40 Luis no logra rematar con claridad y en la pugna con Javichu ve la segunda amarilla y es expulsado. Con uno menos la cuesta se empinaba más para el modesto Sanvi. Y eso que Carreño no tenía su día más inspirado y fallaba el tercero -tanto de su cuenta como la de su equipo- con la testa en una posición inmejorable. Con el 2-0 en el electrónico los futbolistas se fueron la vestuario.
Tras la reanudación, Izquierdo deja en la caseta a Javichu y lo sustitute por Adri. El encuentro no ofrece demasiados problemas y el lateral derecho está pendiente de pasar por el quirófano para ser intervenido de una hernia. El primer acercamiento local es casi involuntario por un extraño bote del balón en el área pequeña tras centro de Copete que acaba impactando en el travesaño. Más voluntariedad hubo en el inapelable testarazo de David Parada en un saque de esquina en el minuto 52 para anotar el 3-0. Por entonces Adri ya estaba haciendo de las suyas por el flanco diestro y Lolo rondaba el cuarto por dos veces.
El Sanvi quería acortar distancia, pero el cabezazo de Carlos no tuvo la suficiente contundencia. Sí lo lograría en el 61, cuando José Ronaldo -que acaba de entrar en el campo- era derribado en el área. El penalti comenzó fuera del área y acabó dentro, como el disparo de Javito desde el fatídico punto para el 3-1. El Badajoz continuaba el goteo de llegadas, pero los arietes no estaban finos. Y cuando los delanteros no están finos es momento de mirar al banquillo y llamar a Copito. El capitán entró en el minuto 67, Edu Torres le devolvió el brazalete y Agustín Izquierdo unos 25 minutos para celebrar su partido número 100 como albinegro. Aunque los primeros aplausos fueron para Juampe por su espectacular cabalgada driblando contrarios. Nada que reprochar a la actitud de los sanvicenteños pese a los obstáculos que encontraron este domingo. Luchando así al menos pelearán por la salvación.
Nando Copete firmaría el cuarto en el 75 después de la enésima internada de Adri y el rechace del meta José. Copito tardó unos cuatro minutos en protagonizar el de su conmemoración. Nueva galopada por la derecha y el artillero histórico del Nuevo Vivero se estira para sumar el quinto del Badajoz, sexto en su cuenta de una liga en la que ha vivido momentos complicados. De estar en el foco constantemente a la sombra de las lesiones, el inexorable paso del tiempo y el banquillo. Copito casi marca un doblete en el 87, pero su remate golpea el palo izquierdo y es un atento Álex González quien sube el tanto al marcador. Pero Copito es un depredador y en el 90 ejecutó una fantástica vaselina para salvar la salida del meta visitante y firmar el 7-1 definitivo. Cada aplauso recibido tras el pitido final fue merecido y el estadio blanquinegro se volvió loco con su héroe. «No tengo palabras para describir tanto cariño. Es un cariño mutuo», diría después en sala de prensa.
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