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Los jugadores celebran uno de los goles
El Badajoz desenchufa al Olivenza
Tercera

El Badajoz desenchufa al Olivenza

Los blanquinegros imponen su superioridad con goles de Marco Rosa, Gabri y David Gallego

Javi Pérez

Domingo, 20 de noviembre 2016, 19:25

El Badajoz vuelve a estar metido en la carrera. Después de varios intentos haciendo la goma, el equipo blanquinegro de nuevo se pone a rueda del líder dejando KO a la revelación de la Tercera extremeña. Los de Agustín Izquierdo desfondaron al Olivenza que aguantó valiente las acometidas pacenses hasta que pusieron una marcha más para pegar un demarraje imposible de seguir. Fueron tres ataques certeros con los que el Badajoz dejó sin aire a los de Juan García y lanzarse a la caza del Cacereño, que por la mañana había pinchado.

Sorprendía Agustín Izquierdo dejando a Joselu en el banquillo, pero al técnico le gustó el experimento de Valdivia y volvió a apostar por la inspiración de Joaqui Flores como referencia en punta. Pero duraría poco porque el extremo pacense se marcharía lesionado a la media hora de juego. Con la salida de Joselu el dibujo no varió. No fue la única variante del técnico blanquinegro, pues colocó a Álex Herrera de nuevo como escudero de Parada y dejó el extremo izquierdo a Marco Rosa. Un puzle que evidencia la necesidad de esta plantilla de disponer de un jugador creativo que organice el juego. Al sevillano se le notaba más cómodo en la banda y tuvo su reflejo en su mayor participación en la primera parte. Incluso se llevó el premio del gol tras recoger un rechace en una ocasión de Gabri y fusilar a Ciga. Ahí se derritió la solidez del Olivenza y se rompió el partido.

El equipo oliventino hizo honor a su clasificación y en su planteamiento inicial se mostró como un equipo muy serio en el Nuevo Vivero. Juan García tenía muy bien estudiado al Badajoz y había preparado a los suyos para frenar la salida en tromba de los blanquinegros. De ahí que los oliventinos se emplearan a fondo ante cualquier avanzadilla pacense. La tensión se palpaba en cada disputa del balón. El técnico oliventino colocó a Aton de tapón para impedir que el Badajoz llegara con fluidez arriba. Le costó arrancar al equipo de Agustín Izquierdo que no rehuía a ninguna escaramuza a pesar de la intensidad inicial. Los blanquinegros también saben moverse en esos terrenos más fanganosos y mantener intacta la figura. El Badajoz no se descompuso, consciente de su superioridad y que llegaría su momento. Y ese se produciría en una ocasión de un activo Gabri que rechazaba Ciga y recogería Marco Rosa a los pies del portero para poner el 1-0.

El gol crispó un poco más los nervios y las protestas por cualquier lance por pequeño que fuera se sucedían. El Olivenza sentía que de un soplo su castillo de naipes se empezaba a derrumbar. El Badajoz impuso su calidad y los visitantes se quedaron a verlas venir. Pero no todo eran buenas noticias para Izquierdo, pues veía cómo su jugador más en forma se tenía que retirar con molestias. Joaqui Flores cedió su sitio a Joselu, quien reaparecía tras su sanción de dos partidos. Desaparecía el efecto sorpresa, pero el esquema seguía siendo el mismo.

Gabri estaba pidiendo a gritos reencontrarse con el gol y se sacudía la ansiedad con un tanto que mostraba su clase al Nuevo Vivero en un control perfecto a centro de Ruano y rematar en caída a la red. Para entonces el Olivenza ya había enterrado su hacha de guerra y se había entregado a la causa blanquinegra. El Badajoz comenzaba a verlo claro. No podía ser de otra manera conociendo desde el mediodía la derrota del líder. No podía fallar. Otra vez no.

Para despejar cualquier duda y evitar sustos de última hora, el equipo blanquinegro remataría al Olivenza con el tercer tanto al filo del descanso. David Gallego sorprendería a Ciga con un soberbio disparo cruzado dentro del área habilitado en una pared con Marco Rosa.

Pero el Olivenza no tiró la toalla y tras el descanso Juan García metería más mordiente. Hizo debutar al exblanquinegro Juanito Monroy por un nervioso Borja Romero y prescindiría de un defensa, Capa, para buscar mayor profundidad de banda con Iván Cerro. Izquierdo, por su parte, aprovechó para dar minutos a José Ángel y que vaya cogiendo ritmo. Su regreso fue recibido con gran alegría por el Nuevo Vivero. El Olivenza lo apostó todo al doble o nada. Jony Sánchez trataba de dirigir al Olivenza aportando algo de claridad al juego. Pero la defensa del Badajoz no estaba para permitir concesiones.

Si en la primera parte las ocasiones se transformaron en goles, en la segunda la pelota no quiso entrar a pesar de que el Badajoz dispuso de muchas más. El vendaval de lluvia y viento que azotó con fuerza al Nuevo Vivero en esa segunda mitad coincidió con las sacudidas del Badajoz. Joselu contabilizó hasta cuatro. Una de ellas de chilena, aunque no se percató que su compañero Gabri estaba de cara para remachar tras combinar en una gran jugada de Chechu. Y otra clara encarando al portero oliventino que despejaría con el pie a córner. El Olivenza se sostenía con pundonor y también tendría su oportunidad, pero Isi Jareño lo evitó con una gran estirada al lanzamiento de Álex Romero. Álex Herrera estrellaría en el poste un zurdazo con rosca desde el vértice del área y sin respiro Ciga se lucía con un paradón a un obús de Ruano desde lejos.

El partido había empezado con los ánimos caldeados y acabó con un conato de tangana que resolvió el árbitro enviando a Juanito Monroy a los vestuarios.

El Badajoz camina con paso firme en su persecución por el campeonato y recorta a tres puntos su desventaja con el Cacereño. El Olivenza prueba la dureza de una derrota ante un aspirante al título que le devuelve a su realidad, pero que no quita méritos a su trayectoria.

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