La Tribuna del Nuevo Vivero se llenó de aficionados en un fenomenal

Más que fútbol, acontecimiento social

Con cerca de 6.000 personas en las gradas, el derbi entre Badajoz y Cacereño evocó un aroma de nostalgia de décadas pasadas

J. CEPEDA

Lunes, 13 de febrero 2017, 07:35

Ni siquiera la desapacible tarde, casi fantasmagórica en cuanto a lo meteorológico, pudo enturbiar la fiesta del fútbol regional entre Cacereño y Badajoz. En medio de un ambiente de gala, casi 6.000 personas coparon buena parte del graderío de un Nuevo Vivero que rugió con fuerza para apoyar a los suyos. Cifras meritorias y difíciles de ver en una categoría como la Tercera División, máxime tratándose de un mero partido de liga sin ascenso directo en juego. Una cita que evocó un cierto aroma de nostalgia.

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En un reducido sector de Preferencia aguardaban antes del encuentro un puñado de aficionados cacereños. Fieles que, con el desplazamiento fallido organizado por el club, decidieron desplazarse hasta la capital pacense por sus propios medios, al igual que otros situados en la zona de Tribuna. Algunos de ellos llegados de regiones tan lejanas como la Comunidad Valenciana. Un hecho que volvía a poner de manifiesto la idiosincrasia de la afición visitante, siempre tan pintoresca y fiel como tan reducida en cuanto a su masa.

Pero el decorado definitivo no se instauraría hasta el minuto seis de partido, cuando medio centenar de animosos aficionados del Cacereño hicieron acto de presencia para dar mayor colorido a dicho emplazamiento de Preferencia. Y fue ahí, con el intercambio de 'piropos' por parte de unos y de otros, cuando realmente el derbi extremeño comenzó a subir de temperatura para alcanzar el punto de ebullición característico de este tipo de duelos con todo en juego.

Antes del choque, los alrededores del feudo blanquinegro ya presentaban un extraordinario ambiente, con seguidores locales que exhibían sus bufandas blanquinegras por las ventanas de los vehículos y regalaban altos niveles de decibelios con sus bocinas. Entretenimiento más que justificado, a tenor de la larga cola de coches para acceder al Nuevo Vivero. Todo hacía presagiar, como posteriormente quedó demostrado, que la jornada sería en Badajoz como la de las grandes tardes de fútbol, tan manidas en décadas pasadas más dulces y con más caché.

El palco de autoridades también evidenció que el encuentro de ayer era más que un partido de fútbol, llegando a la categoría de acontecimiento social en la región. Además de los dos mandatarios de Badajoz y Cacereño, Pablo Blázquez y Antonio Martínez Doblas, tampoco el alcalde de Badajoz, Francisco Fragoso, ni el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, quisieron perderse el duelo entre los equipos de las capitales provinciales.

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Los avatares del partido llevaron la alegría a la afición visitante. A algunos, incluso, no les importó vivir gran parte del choque a pecho descubierto, pese a la lluvia. La otra cara de la moneda cayó del lado local, cuyos aficionados desistieron en el empeño con el gol del argentino Kevin Levis en el minuto 90 (1-3), abandonando por centenares las gradas de un feudo que hasta ayer era territorio inexpugnable para los adversarios que habían visitado al Badajoz.

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