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JAVI PÉREZ
BADAJOZ.
Miércoles, 16 de octubre 2019, 09:05
Una nueva generación de 'los marcagoles' sigue escribiendo la historia del Sanvicenteño. La saga de los Pacheco continúa y esta temporada de una forma más especial que nunca. Dos parejas de hermanos y un quinto primo hermano coincidieron el pasado domingo en el once formando casi la mitad del equipo corchero. Pike y Rubén Pacheco Pilo, Raúl y Antonio Arnelas Pacheco y Álvaro Pacheco Sánchez dan el sentido amplio de familia al Sanvi. Son los herederos de los históricos Enrique, Martín y Andrés, los tres varones de cinco hermanos del clan Pacheco Bautista.
José Enrique 'Pike' y Rubén son hijos de Enrique, exjugador y que fuera presidente del club durante cuatro años. Martín es el padre de Álvaro, el mayor de los primos. Raúl y Antonio descienden de Cándida, una de las dos hermanas que completan el apellido Pacheco Bautista. «Nos llaman 'los marcagoles'. Se lo pusieron a mi hermano mayor Martín porque, la verdad, las enchufaba todas», cuenta Enrique que desde hace doce años es concejal de deportes de San Vicente de Alcántara. De su etapa como presidente del Sanvi, Enrique rescata una anécdota curiosa con su hijo mayor. Peke jugaba en la UD Badajoz y en el estreno del año 2011 visitaba al equipo de su pueblo que llevaba casi un año sin perder en su campo, desde enero de 2010. Su padre tenía hasta previsto invitar a la plantilla del Sanvi a una parrillada para celebrarlo. Peke marcó el 1-2 en el minuto 80 y dejó al equipo de su padre y de su corazón sin el récord de completar ese año invicto y sin barbacoa.
Hermanos Arnelas Pacheco Hijos de Cándida Pacheco Bautista.
Antonio 23 años, defensa.
Raúl 19 años, extremo.
Pacheco Sánchez Hijo de Martín Pacheco Bautista.
Álvaro 35 años, delantero.
Hermanos Pacheco Pilo Hijos de Enrique Pacheco Bautista.
Rubén 23 años, delantero.
José Enrique 'Pike' 31 años, mediapunta.
Los hermanos Pacheco Pilo han coincidido juntos cuatro temporadas, aunque llevan más tiempo en las filas corcheras. «Estuve dos años sin jugar y Rubén siguió. Después jugué otra temporada al fútbol sala y el año pasado cuando volví al Sanvi mi hermano se fue al fútbol sala», comenta Pike, de 31 años. «Es la primera vez que jugamos todos los primos juntos una temporada completa», apunta Rubén, de 23 años. Por edad algunos de los cinco parientes han podido compartir vestuario más tiempo. «Mi primo Antonio y yo somos de la misma edad y llevamos bastantes años jugando juntos», expone Rubén. Antonio Arnelas Pacheco, de 23 para 24 años, es de la quinta de Rubén y es la primera vez que coincide con su hermano Raúl en el primer equipo. «Soy mayor que Raúl cinco años y este año le han subido al primer equipo. Otras temporadas hemos coincidido en los entrenamientos. Con Rubén he jugado siempre desde las categorías inferiores porque es un año más pequeño», recuerda. Esta temporada es la primera vez que los cinco forman parte del primer equipo y este domingo por fin jugaron todos juntos sobre el césped ante el Badajoz Promesas de la Primera Extremeña. Álvaro empezó el curso lesionado y no se había podido dar antes. En el regreso del primo mayor hace dos jornadas ante el Guadiana, Antonio estaba de guardia y el pleno al 5 se retrasó. Este quinteto tan familiar salió de titular, pero la jornada histórica para los Pacheco tuvo un sabor agridulce porque el Sanvi perdió 2-3 y eso que Álvaro abrió el marcador.
Raúl Arnelas Pacheco es el benjamín de los cinco primos. «La verdad es que me cuidan mucho. Me dan muchos consejos, me dicen que trabaje mucho y sobre todo que tenga buen comportamiento». Raúl, de 19 años, tiene en su primo mayor un referente y ejemplo a seguir. «A quien más respeto le tengo es a mi primo Álvaro. Es el mayor y más veterano», dice. Es la primera vez que juega con Antonio, su hermano mayor. «Con mi hermano solo he coincidido este año. Con mis primos Pike y Álvaro una vez cuando era cadete y me subieron al primer equipo», remarca Raúl. Álvaro Pacheco Sánchez a sus 35 años es el 'abuelo' del Sanvi y de los Pacheco. «A mi primo Raúl casi le doblo la edad y no esperaba jugar con él. No me imaginaba estar tanto tiempo jugando y que él subiera tan rápido», sostiene.
«Es una alegría para la familia que es muy futbolera», señala Pike. «No tenemos problemas para montar un quinteto bueno de fútbol sala», añade entre risas su hermano pequeño Rubén. De su padre Enrique y sus tíos heredaron la pasión por el fútbol. «Cuando nació mi hermano Rubén yo tenía 8 años y me empeñé en que le gustara el fútbol. Siempre hemos estado muy unidos», comenta Pike. La generación 5.0 de los Pacheco de momento no tiene versión femenina, tan en auge en la actualidad. «Las chicas todavía no se han prodigado. A ninguna prima le ha dado por jugar al fútbol, aunque Cristina, la hermana de Álvaro, nunca falla en la grada. Es la fan número uno de Álvaro», relata Pike. Y tampoco está por venir una tercera generación. «De momento no tenemos familia, pero intentaremos no tardar mucho. Si viene y le gusta el fútbol, pues estupendo, aunque tampoco pasaría nada, pero por herencia debería gustarle», reconoce Álvaro. Pero apoyo no le falta al Sanvi en la grada. «La familia está aquí pinchada todos los domingos. Está muy ligada al club y las madres son las primeras que van con las camisetas», cuenta Rubén.
En la casa de los abuelos Pacheco Bautista siempre había un balón por medio. «Cuando nos reunimos hablamos de fútbol todo el rato. En el pueblo nos dicen que tenemos a toda la familia jugando al fútbol. Hay un buen rollo entre los cinco y también con todo el equipo», apunta Antonio. A pesar de los genes no todos llevan el gol en la sangre. «La saga de 'los marcagoles' nunca se acaba. El gol lo hemos heredado Álvaro y yo porque somos los dos delanteros», precisa Rubén. Antonio es el único defensa del clan. «Ellos se reparten las posiciones de arriba», asume.
Pike solo ha salido de San Vicente una vez. «Cuando acabé mi etapa juvenil me llamó Juan García porque quería hacer un proyecto joven en la UD Badajoz y tengo muy buen recuerdo de aquella temporada». Rubén también probó de forma fugaz en la capital pacense. «Hice la pretemporada con el Flecha y me vine porque no podía ir a entrenar. El año pasado jugué en el equipo de fútbol sala de Tercera», sostiene. Antonio también se pasó al fútbol sala hace dos años con Pike. Álvaro ha tenido más recorrido. Sanvi, UD Badajoz, Mérida, Jerez, Pueblonuevo y Deportivo Pacense figuran en su historial deportivo. «Ángel, Carlos y yo somos los más veteranos del equipo. Llegamos siendo juveniles. Este último año no iba a jugar por las lesiones, pero decidí continuar un año más», comenta Álvaro, que además ejerce de maestro. «Intento ayudarles y darles consejos a todos. Lo más importante es que disfruten. Al ser el mayor tengo más jerarquía». Raúl como buen Pacheco es otro fiel a los colores corcheros desde la escuela de fútbol. Álvaro piensa que al vivir en San Vicente propicia que se dé este caso tan peculiar. «La misma sangre en un mismo equipo. Pero también las circunstancias lo han puesto más fácil porque todos somos del mismo pueblo, aunque yo vivo ahora en Badajoz».
Las bromas entre la segunda generación de 'los marcagoles' son inevitables y saben dirigir los dardos. «Álvaro es el que más se pica», se ríe Antonio.
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