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¿Qué ha pasado hoy, 14 de marzo, en Extremadura?
Álex Jiménez, en el entrenamiento de ayer del Miajadas. CELIA GARCÍA
La mascarilla, la otra batalla del capitán Álex

La mascarilla, la otra batalla del capitán Álex

Evitar contagios. El futbolista del Miajadas jugó el domingo la Copa con ella y afirma que no piensa quitársela en los partidos salvo que se tomen medidas

Martes, 22 de septiembre 2020, 08:32

Dice que los demás le miran como si fuese un 'bicho raro', pero en su interior medita sobre si no serán los dueños de esas miradas los que merecen ese calificativo. El capitán del CD Miajadas, Álex Jiménez, sorprendió a todos portando una mascarilla en el encuentro de la Copa Federación que su equipo perdió el domingo ante el Trujillo (0-1), si bien él charla sobre ello con tanta naturalidad que debería servir de reflexión para el gremio del fútbol modesto. «No tiene sentido que haya más medidas de seguridad sanitarias fuera del campo que dentro. Cuando acabó el partido fui a por un refresco y tuve que pasar varias vallas, controles, mascarillas, etc., cuando en un corner estoy forcejeando con un rival», ahonda el miajadeño, quien considera que las instituciones están evitando la responsabilidad sin que nadie coja el timón. Por eso, y por su salud y la de los demás, ha decidido que, además de en los entrenamientos y en el día a día de su club, la usará también en los partidos, aunque cueste.

Jiménez se protege con la mascarilla desde que comenzó la pretemporada, en los entrenos, por lo que asegura que el partido fue un día más y que no iba a cambiar de actitud. «Mientras no haya otras medidas, tendré que mirar por mi salud. No le tengo demasiado miedo al coronavirus por eso de que a los jóvenes les afecta menos, pero miedo a contagiarte siempre hay un poco porque nadie está exento».

El capitán del Miajadas, que lleva toda la vida futbolística en su club salvo un año en la Preferente de Salamanca por cuestión de estudios, estima sorprendente que sea el único jugador que utilice este artilugio y va más allá. «Me sorprende mucho, me parece surrealista. Que sea yo el bicho raro cuando tendría que ser al revés. Debería preguntarle yo a los demás por qué no la llevan cuando no tenemos ningún tipo de control y saltamos a los terrenos de juego. Me señalan y eso, pero no tengo problema», comenta Álex Jiménez González.

Desde que comenzó la pretemporada no han pasado ningún tipo de test –no están obligados a hacerlos–, aunque curiosamente sí se lo hicieron ayer antes del duelo ante el Villanovense, que lo había exigido. Está a la espera de que la Federación Extremeña de Fútbol apruebe un protocolo de actuación, porque de momento afirma que todo lo ha dejado en manos de los clubes y antes desde el Consejo Superior de Deportes se pasó la patata caliente a las federaciones, de ahí que argumente que las instituciones se están desentendiendo.

«Entiendo que los clubes no quieran afrontar el gasto de los test. Una PCR tiene de media unos 150 euros. Multiplica eso por 25 entre jugadores y cuerpo técnico durante nueve meses. Es inasumible, pero hay otras alternativas como los test serológicos, que son rápidos, de 6 o 7 euros y se los están haciendo los jugadores del Moralo, costeándoselos ellos», afirma el defensa del Miajadas, quien no tiene grandes esperanzas de que la actual situación de la pandemia permita un desarrollo normal de la competición. «Yo no le doy más de un mes antes del primer parón».

El primer día

A sus 31 años, Álex, titulado en Magisterio con el grado de Ciencias del Deporte, teme más al contagio que al riesgo o incomodidad de la mascarilla pese a que el nivel del ejercicio sea elevado. «Hay esfuerzos explosivos que te demandan más oxígeno y es más difícil, pero cuando hay alguna parada aprovecho para bajarla y repirar», apostilla Álex, criado futbolísticamente en el Servicio Municipal de Deportes miajedeño, donde pasó por todas las categorías hasta el primer equipo.

Según recuerda, el primer día de preparación se presentó a la sesión con la mascarilla y nadie de la plantilla la vestía. Les convenció y al día siguiente sí las utilizaron, pero después se relajaron y en los últimas días se ha notado mucho. En los momentos previos al choque copero del domingo sí estaban protegidos, pero con el pitido inicial él era el único. «Ya saben que se puede jugar con ella –jugó 66 minutos–. Supongo que debe ser contraproducente a nivel fisiológico en pleno partido, pero prefiero eso que arriesgarme al contagio de la covid. Les digo a mis compañeros que a mi me cuesta respirar, pero seguro que a los que están en la UCI les cuesta mucho más. Llevo más de siete años como capitán e intento inculcar unos valores».

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