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Corría el minuto 66 del partido entre el Eibar y el Madrid CFF de la jornada 3 de Liga F en Ipurua, con 0-3 ... para las visitantes, e ingresaba con el 37 a la espalda una joven delantera corpulenta que sustituía a Ana González, autora de uno de los tantos. Pocos conocían de quién se trataba, pero tardarían apenas unos instantes en descubrirlo.
Porque Paula Díaz (Talayuela, 23/01/2001), en la media hora que disputó, dejó su tarjeta de visita con un sello muy personal, aquel que mejor la define y que la lleva acompañando toda su carrera, el gol. «Cuando me llaman para ir a calentar no me puse nerviosa, pensé que tenía que hacerlo como siempre y que era un partido más y salí muy metida y motivada», narra. Tanto que en el 91 rescata un rechace de un primer intento suyo tras un servicio desde la izquierda para inaugurar su cuenta y, siete minutos después, ejerce de 'killer' para remachar de cabeza un esférico que sale escupido por el larguero tras el lanzamiento de una falta. «Dos goles es un debut soñado».
No hay mejor definición de las cualidades de la futbolista extremeña, oportunismo, anticipación y mucho olfato. «Soy una jugadora de área, busco mucho el primer palo y la segunda jugada, son goles que suelo meter habitualmente». Le brindaron la oportunidad y no la desaprovechó, dando un paso más en una carrera de fondo no exenta de obstáculos: «Contenta, porque me está costando muchos años llegar a Primera y asentarme». Quizás chirría leer que una chica de 22 años, con una larga carrera por delante, sienta que se le está resistiendo su sueño, pero es que hace un lustro ya acarició con los dedos una meta que el destino le arrebató de manera abrupta.
Porque su aparición el 4 de octubre de 2023 en la máxima categoría no supuso su estreno en Primera, ese listón lo rebasó en 2017 cuando el Santa Teresa la promocionó de su filial para reforzar un ataque rojiblanco muy mermado por la lesión de Sofía Melchor. Su 'descubridor' fue Carlos Flores, vicepresidente deportivo del Santa, matiza Juan Carlos Antúnez, preparador de la entidad extremeña en aquella época, pese a ser él quien la subió al primer equipo, otorgándole la titularidad ante el Betis en la jornada 7 (jugó 78 minutos).
Recaló tras brillar en el Femenino Cáceres, ir con la sub-16 de España y ser una habitual con el combinado extremeño. Su progresión iba en imparable ascenso, pero un revés físico disipó su efervescencia. «Tuve mala suerte porque ese año me rompí el cruzado y tuve que apartarme un poco de los terrenos de juego para volver a tope». Antúnez sostiene que «tenía una proyección tremenda, si no es por la lesión estaríamos hablando de una jugadora de 3-4 años en Primera a estas alturas». Algo que ella nunca llegó a asimilar. «No era consciente de todo lo que podía haber conseguido en ese momento», reconoce.
Aquel grave contratiempo le vino, al igual que el éxito, de manera muy prematura, con multitud de clubes de Primera llamando a su puerta. Le costó digerir toda esa vorágine: «Era muy pequeña y no supe gestionar bien todo eso. Mi ilusión por el fútbol desapareció ahí». Volvió a Talayuela y se apartó del balompié por un tiempo, pero el interés del Badajoz le hizo recobrar cierto entusiasmo y recuperó su juego y la chispa. Fue su salvoconducto a la cantera del Atlético de Madrid, donde recaló en el verano de 2021 tras hacer una prueba en la que cautivó a los técnicos. Anotó 14 dianas con el 'C' en Primera Nacional, convirtiéndose en una de las máximas artilleras del grupo 5.
El curso siguiente dio el salto al 'B' en Segunda RFEF y, aunque fue la pichichi del equipo en el año del ascenso, gozó de menos protagonismo y su mayor evolución fue en cuanto a madurez. «Me enseñó muchas cosas, a no tener minutos y a sentirme pieza clave como suplente, a aceptar el rol y no venirme abajo y ser constante. Fue duro, pero me vino muy bien». Allí coincidió con otra extremeña, Alba Zafra, con la que atesora una gran relación, «es una grandísima persona y futbolista, tiene mucho potencial para estar en Primera».
Paula León se incorporó al Madrid CFF este verano y realizó la pretemporada en la dinámica del primer equipo, con el que continúa ejercitándose. Cuando llega el fin de semana, compagina su papel con el filial y las mayores, «es gente muy veterana y con experiencia de las que aprendes día a día, son mis referentes», comenta. Admite que le sorprendió cuando le comunicaron que estaba en la lista ante el Sevilla en la jornada 2, «no me lo esperaba y no me lo creía». No saltó al verde, pero después del doblete en Eibar, volvió a jugar el tramo final en el triunfo frente al Granada.
Fantasea con la selección, con una Copa de la Reina e incluso con una Champions, pero, con los pies en el suelo, asegura que su meta a corto plazo es afianzarse en Primera. «No he hecho nada y hay que seguir trabajando para poder quedarme ahí, tener un sitio y para que sigan llegando las cosas buenas».
Posee un perfil muy demandado y que escasea, según analiza Antúnez. «Es una nueve de las que no hay en el fútbol femenino, existen pocas en España; de área, con corpulencia, juega bien de espaldas, no es lenta, muy potente en el golpeo». El actual entrenador del Sport Extremadura la asemeja a la ariete del Sevilla Martín Prieto, «rematadora de centros laterales, va bien de cabeza, de aguantar la pelota en la ultima línea para ponerla a banda».
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