Otro gol de Carlos Cinta hace que el Mérida sume un valioso punto en Ferrol

El cuadro emeritense salió muy pujante al césped de A Malata, dominando por completo en los primeros minutos. Su empuje se tradujo en varios córners consecutivos que a duras penas pudo achicar el Racing. En uno de ellos, en el minuto seis, llegó la primera ocasión clara: Carlos Cinta ganó el esférico por alto y remató nítido pero fuera, junto al palo diestro de Gazzaniga.

Poco a poco fue despertando el equipo de Cristóbal Parralo, que, con todo, carecía de precisión en la creación de juego. Pese a ello, generó una acción que pudo haber desequilibrado el marcador, porque un regate de Carlos Vicente tocó en la mano, separada del cuerpo, de Álvaro Ramón. El colegiado no la vio punible.

Pese a esos minutos de cierta presencia del equipo departamental en campo del cuadro emeritense, la respuesta no pudo ser mejor. Felipe le comió la tostada a Brais en un balón por la derecha y su pase al primer palo se convirtió en asistencia porque Carlos Cinta le ganó la partida a Quique y Gazzaniga para rematar a la red.

El Racing se quedó cual boxeador sonado durante varios minutos, en los que incluso Aitor Pascual tuvo que ganarse una cartulina para parar una contra con buenos pronunciamientos para el Mérida. La reacción la puso Carlos Vicente, en una andanada individual que culminó con un zurdazo que no embocó por un pelo en el arco de Palomares. Ya el minuto 41 la volea fue de Dani Nieto, aunque no la agarró bien y el cancerbero atrapó bien por bajo.

Muy emocionante, de lado a lado del campo, arrancó la segunda parte. Lo intentó primero Meléndez con un buen disparo desde la frontal al que le faltó potencia para dificultar a Gazzaniga. Y respondieron entre Heber y Dani Nieto, cuyo disparo tocó en un zaguero y acabó en córner. Estaba dentro del área. De inmediato, llegó una jugada para la polémica, en una caída de Carlos Vicente que se reclamó como penalti en su forcejeo con Felipe. Pudo serlo por un pisotón del defensor.

El Mérida no quería acularse en su campo y rápidamente volvió a cargar sobre el área ferrolana. Sandoval tuvo un par de buenas posibilidades, una cortada por Quique y otra, en el mismo córner que se generó, en la que se enredó él solo con el balón. Cristóbal Parralo no esperó más para hacer cambios. Metió doble punta de lanza con Joselu entrando por un central, Quique, con lo que por momentos la defensa se quedaba con tres hombres. Jaume Jardí suplió a Heber y el zurdo, a pase de Bernal, la mandó arriba al poco de entrar, en el minuto 65.

Poco a poco, el equipo de Juanma Barrero sí dio un paso atrás y se parapetó buscando mantener su ventaja, algo en lo que estaba acertado hasta que llegó la tercera acción discutible de la tarde. Esta vez Velasco Arbaiza sí apreció derribo de Meléndez a Carlos Vicente, cuando no lo hubo porque el atacante fue el que buscó el contacto y simuló. Joselu no perdonó desde los once metros.

Cristóbal Parralo deshizo el camino y metió a Bourdal por Manu Justo, además de dos hombres de refresco más, Del Pozo y Luis Chacón, que de inmediato tuvo el 2-1 en un zapatazo raso que sacó muy bien abajo Palomares. En esos minutos posteriores al gol Joselu también lo intentó con la izquierda, sin encontrar en su caso el arco rival.

Juanma Barrero buscó reactivar a su equipo con las balas de Akito y Lolo, que nada más entrar recibió un codazo por el que tuvo que ser atendido. La protesta de esa acción le costó la roja al estratega emeritense.

El Racing puso precio a la meta de Palomares. Carlos Vicente llegó en ventaja al área en una jugada en la que se entretuvo en exceso y dio ocasión de intervenir a la defensa. Más tarde Jaume Jardí lo intentó con un lanzamiento alto. El Mérida dio por bueno el empate y empezó a jugar con el cronómetro.

Velasco Arbaiza decretó cinco minutos de añadido, tiempo en el cual Carlos Vicente cabeceó arriba una falta botada desde mitad de campo del Mérida de Jaume Jardí. Una acción similar tuvo Joselu, desde el otro costado, pero remató demasiado cruzado.

Ya en el minuto 96 llegó la opción más clara del tramo final, en la enésima pelota al área del Racing, y que acabó en las botas de Del Pozo. Con todo a favor, su disparo acabó estrellándose contra Felipe, providencial para salvar ese punto tan trabajado.