Demasiada galaxia blanca para un Badajoz terrenal

El talento blanco decantó el primer acto con un Badajoz muy atrevido. El equipo pacense salió decidido a por el partido y se vio desde el calentamiento en la apuesta en escena de David Tenorio. El Castilla se adueñó del balón, pero a los blanquinegros no le importaba pirque afilaban sus garras a la contra. El Badajoz dejó al filial madridista hacer, confiando su suerte al contragolpe. Con una fuerte presión en la zona ancha robaba para armar rápidos ataques en busca de sorprender la meta de Mario de Luis. Calderón trataba de romper por el carril diestro, pero tenía un hueso duro de roer ante Marvel.

Pudo adelantarse a los diez minutos en un tres para tres entre Adilson, Gorka y Zelu que acabó con un disparo del jerezano golpeando en la espalda de la defensa. Seguidamente Nico Paz sacó a relucir su calidad para ser testigo de los milagros de Kike Royo en un vuelo espectacular. Dotor también la tuvo en un tímido remate de cabeza solo y con todo el tiempo del mundo para haber metido pausa y encañonar la portería blanquinegra. Fueron los mejores minutos del Castilla culminados con un ejercicio de malabarismo con la pelota de Nico Paz, controlando con el empeine en tres toques y sorprender con un potente chut que despejó de nuevo bien atento Kike Royo.

A partir de ahí, el Badajoz apretó los dientes y se encomendó a Adilson. El público cargó contra el árbitro al señalar una falta de Zelu cuando encaraba solo al portero en una contra iniciada por Alfaro y que terminó en gol anulado. Después del tiempo de refresco debido al sofocante calor, Adilson se inventó un regate a la media vuelta que puso sobre Calderón al segundo palo, pero con toda la portería a su favor le pegó en semifallo, el balón le cayó sin esperarlo a Gorka Santamaría y casi sin margen de reacción se le escapó en su intento de remate.

Y cuando mejor estaba el Badajoz llegaría el mazazo blanco en una jugada que define la calidad del filial. Mario lanzó un pase preciso sobre Peter, que recibió solo y ajustó su disparo que entró tras pegar en el poste. Inalcanzable para Kike Royo. Un destello de clase del filial blanco fue suficiente para declinar la balanza ante un Badajoz insistente

El Badajoz no se descompuso y mantuvo su plan. Trataba de encontrar la fisura entre las alineadas líneas merengues, pero no había manera.

No le quedaba otra a David Tenorio que asumir más riesgos, pero tampoco innecesarios y protegió la medular dejando a Mancuso, con amarilla, en la caseta y dando entrada a Jannick Buyla. La segunda mitad arrancó con el Badajoz mordiendo arriba. Zelu lo intentó desde la frontal, pero su disparo fue desviado a córner. De ese saque de esquina, el portero madridista se lució con un paradón imposible en un remate del propio Zelu. El Badajoz lo buscaba con empeño y su mayor peligro llegaba a balón parado. En otro córner, Pérez Acuña cabeceó ronzando el palo. La rabia y la desesperación se apoderaba de los blanquinegros tanto en el césped como en la grada.

Calderón conseguía zafarse de Marvel, pero a su centro se anticipaba De Luis cuando Gorka ya estaba dispuesto con la caña. Después, Adilson volvería a levantar al público de sus asientos con ese zigzagueo eléctrico dentro del área y tras salir del segundo regate caía al suelo ante una nueva protesta monumental de la grada reclamando penalti.

En ese quiero y no puedo, Tenorio decidió quemar todas sus naves y juntó a Gorka y Ferrón arriba en el ataque y David Soto como escudero. Pero el Castilla controlaba la situación a su antojo y permitía pocas alegrías a los pacenses. Mientras más insistía el Badajoz, más sujetaban los de Raúl las acometidas locales. El filial blanco respondía con algún susto que otro como la parada de Kike Royo en plan portero de balonmano a un tiro de Álvaro. Un aviso a navegantes de que el Castilla no estaba para fiestas. Gorka y Ferrón se buscaban sin encontrar ese balón que prendiera la chispa. Y en esas estaban los blanquinegros adelantando líneas cuando Álvaro Marín sorprendía a Kike Royo y dejaba prácticamente sentenciado el encuentro.

El Badajoz nunca se rindió y se resistía a tirar la toalla. Pero su coraje y pundonor resultaron insuficientes para conquistar la galaxia blanca. El equipo de Tenorio vuelve a caer al descenso en otra semana con final a la vuelta de la esquina en Ceuta.