El drama más allá del terreno de juego

En el Extremadura hay trabajadores que lo están pasando realmente mal. Empleados que no tienen la posibilidad de subsistir a base de sus ahorros y que han tenido que pedir dinero a sus familias para poder afrontar sus gastos. El cuerpo técnico tampoco cobra y algunos de sus miembros también viven situaciones límite en su vida privada.

Los trabajadores del club eran los otros afectados que estaban siendo eclipsados por los jugadores. El Extremadura tampoco ha pagado en estos últimos meses a los empleados por los trabajos realizados en los distintos departamentos. Algunos han podido aguantar y se han quedado con la esperanza de ir cobrando, pero otros no podían más y se han tenido que marchar. Para estos últimos –aunque no para todos, ya que algunos acabaron contrato– existe la posibilidad de cobrar a través del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) si la entidad entra en liquidación, pero si un grupo inversor aterrizara en el Extremadura será el club el que tenga que abonar el dinero que se les debe.

El personal de administración, los encargados de la cantera, el responsable de la tienda oficial, la jefa de prensa, el responsable de redes sociales, el encargado de mantenimiento o el delegado de equipo han tenido que abandonar el Extremadura acuciados por las deudas que el club mantenía con ellos. Algunos de ellos se han tenido que buscar otro empleo y apartarse del Extremadura, club en el que trabajaban, pero que también era su pasión.

Ahora el Extremadura sigue adelante con los trabajadores que continúan en la entidad azulgrana pese a la mala situación. Los jugadores y el cuerpo técnico están entrenando día a día en la Ciudad Deportiva de Almendralejo, mientras que en taquillas y en las oficinas hay personal que intenta multiplicarse para sacar adelante el trabajo que correspondería a más personas.

Empleados como Juan Soria, que antes enfocaba su trabajo a la relación con los aficionados y en taquillas y que ahora hace de todo, o como Carlos Díaz, aficionado que ahora se encarga de las redes sociales del equipo.

Los seguidores del Extremadura no son ajenos a todo el problema que rodea al club. La afición también sufre desde la grada y lo hace viendo cómo el club se descompone poco a poco.

Uno de los aficionados más fieles, Loren González, tiene claro que los seguidores del club de Almendralejo están sufriendo mucho durante estos meses, mientras ven cómo se desmorona todo. «Me está doliendo cómo se está tratando a la afición. Cierran las cuentas de redes sociales y están haciendo con el Extremadura lo que les da la gana. Cuando llega la hora del partido y podrías disfrutar de tu equipo pues no se presenta, le quitan tres puntos y a nivel nacional estamos saliendo por las cosas que están pasando, y eso duele», asume Loren, que manda ánimos a toda la afición a la vez de que se muestra seguro de que Almendralejo volverá a disfrutar del fútbol tarde o temprano.

La masa social no es ajena a todo lo que están viviendo los futbolistas, el cuerpo técnico y los trabajadores. «Estamos muy cansados, no estamos disfrutando del fútbol», sentencia Loren.

Por otro lado, el presidente en funciones de la Federación de Peñas del Extremadura, Juan Carlos García, se muestra apenado por la situación, ya que el club tiene una carga muy emocional para muchos aficionados que ven cómo el barco se hunde. «El Extremadura no es una empresa al uso, hay muchos sentimientos de gente de Almendralejo y de otros ciudadanos de la región», explica.

Las peñas mantienen la manifestación para el sábado por la tarde, pero si hay algún cambio en positivo podrían desconvocarla. Y mientras, el club subía ayer a su Twitter un mensaje con una promoción de entradas para el choque del sábado por la que cada abonado podrá retirar dos entradas por 10 euros, algo que no sentó muy bien en la masa social a juzgar por algunas respuestas.