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Mérida
Jueves, 29 de febrero 2024, 19:35
Cuando, tras el 0-0 de la última jornada en Majadahonda, David Rocha se despidió de él con un escueto «ya hablamos», Juanma Barrero asintió mientras bajaba la mirada y subía las escaleras del autocar. Ambos sabían qué sucedería en los próximos días sin posibilidad ... de marcha atrás. Lo que no sospechaban es que se cruzarían en los banquillos nueve meses después. Uno como entrenador del Mérida y el otro como entrenador de un rival directo en la lucha por la salvación. Este domingo, uno de los mejores entrenadores de la reciente historia del club y el más aceptado y querido por la grada del Romano, se sentará enfrente.
«Noto el cariño, que es mutuo. Hay gente que en unos sitios se siente tan bien que es capaz de dar lo mejor de su rendimiento. Pues eso me pasa a mí con el Mérida. Es encontrar la paz o entender muy bien las necesidades del club y lo que quiere su gente. Así que sí… sabemos que este domingo va a ser todo muy raro y muy especial», admite Juanma Barrero desde su casa de Palma, que comparte con su segundo, el emeritense Sergio Cano. Raro porque esta vez no podrán moverse por donde les apetezca del estadio y especial porque leerán pancartas, escucharán cánticos, serán ovacionados y, sin embargo, le desearán lo peor durante el partido: ambos equipos están en descenso y están medio obligados a no perder. Sobre todo los baleares, cuatro puntos por debajo del Mérida.
Con Juanma en el banquillo había comunión, buenos resultados y diversión, sobre todo en los últimos tres meses del curso pasado. Pero el dueño quería jugar y hacer las cosas de otra manera y el de Don Álvaro se vio obligado a apuntarse al paro. Poco tiempo después, unos están a mil kilómetros de sus casas y el otro sufriendo una barbaridad tras probar hasta tres entrenadores distintos en escasos meses. De hecho, el estilo que está ayudando al actual Mérida a sacar la cabeza del pozo es casi el mismo por el que se apostó el curso pasado. Pero…
«Es verdad que este Mérida de ahora tiene similitudes con el nuestro», analiza Sergio Cano. «Han dejado más de lado tener el balón para asociarse y elaborar jugada y son más directos y verticales, intentando llegar más rápido al área rival». «David (Rocha) ha entendido en esta fase que es más importante lo práctico que lo bonito. Y ha encontrado una manera de jugar que está dando sus frutos», continúa Juanma. «Se ve a un equipo más unido, con una idea fija y clara de cómo tiene que defenderse y le está sacando rendimiento. Es competitivo en cada balón dividido, agresivo en la presión y, a partir de ahí, está creciendo».
El mercado de invierno ha invertido la tendencia de los dos equipos. El Mérida de ahora era el Atlético Baleares de diciembre y el Atlético Baleares de ahora es el Mérida de hace dos meses. «A mí no me sorprende el momento del Mérida porque ha acertado bastante bien con las necesidades que tenía el equipo. Han llegado muchos, con cabeza limpia e indiscutibles, y están sumando desde el principio», opina el de Don Álvaro. Todo lo contrario que su equipo, que acudió tarde al mercado y, entre lesiones y jugadores fuera de forma, algunos fichajes aún no han podido aportar lo que se espera de ellos. «En ese aspecto, estamos todavía medio en construcción».
Eso y su mala dinámica a domicilio, donde tan solo han ganado un partido, en feudo del colista Granada B. «Llegamos el sábado por la tarde a los sitios, jugamos por la mañana temprano y nos cuesta. Y tampoco hemos tenido suerte en algunas circunstancias y momentos de los partidos. Por eso digo que no estamos en ese momento, en el que sí está el Mérida». Este fin de semana, llegarán a la capital emeritense el sábado por la noche y se lo tomarán como un desplazamiento más, aunque sus casas estén abiertas a pocos metros del hotel de concentración.
Y claro que ha habido conversaciones a lo largo de la semana entre Palma y Mérida, como las ha habido durante casi todas las semanas del año. «Es que al final somos amigos. El año pasado se formó un grupo de trabajo que ha derivado en eso», coinciden los dos. De ahí que un cuerpo técnico conozca a la perfección al otro y viceversa. «Las conversaciones son normales. No nos preguntamos qué vamos a hacer el domingo, pero sí hablamos de fútbol». El Mérida le teme más a Juanma que al propio Atlético Baleares, entre varias cosas porque han sido Juanma y Sergio los que han puesto precisamente a competir a su rival de esta jornada.
Ambos creen que, por cómo se ha adecuado la situación, la estadística sólo salvará a uno de los dos equipos. «Es que ya no quedamos muchos. Ojalá alguno de los de arriba dé el bajón y se meta en el lío, pero se ha abierto un poco la brecha», explica Juanma. «De nosotros sólo depende coger al San Fernando. El resto no están a tu alcance ahora mismo. Depende que les entre a ellos un bajón y, además, te obligan a ti a que ya no tengas más», completa Sergio.
Y… ¿volverán? Por supuesto que algún día lo harán. «Yo no tengo la sensación de que esté cerrado». ¿Pero cuándo? «Eso sería una pregunta para Heffernan. Pero la relación es buena, no acabamos mal. No creo que fuera una decisión de la que no se va a mover en su vida. En la última conversación que tuvimos me dijo que quería hacer las cosas a su manera, probar a ver si salían cómo él quería». «Lo que no hay es rencor ni nada por el estilo», cierra Sergio.
Pues eso… que aquí unos a(ene)migos.
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