Eslava pone a volar al Mérida

Hace una semana, dos errores individuales le birlaron dos puntos al Mérida. Y dos errores individuales, esta vez del rival, le facilitaron al conjunto emeritense la victoria en El Palmar. Muy merecida por la gran segunda parte que se marcó el equipo de Sergi Guilló. Salió más atrevido y convencido que la primera parte y Javi Eslava lo tradujo en júbilo.

Primero tiró de fe el delantero catalán para aprovecharse de un error grosero de Samu Pérez: por evitar un córner, el guardameta local metió dentro un balón que iba fuera y Javi Eslava lo aprovechó para perfilarse y batir sin ángulo pero a placer en el 58. Y siete minutos después, se aprovechó de una mala salida de los verdiblancos tras la presión alta de su equipo para batir a Samu Pérez muy fácil en el mano a mano. Dos jornadas, cuatro goles y una incidencia brutal en el ataque y la definición de su equipo.

Lo de la segunda parte, muy parecida a la de hace una semana ante el Recreativo, no tuvo nada que ver con la primera. La primera fue una mitad tan seria como bien trabajada de ambos equipos, pero muy poco vistosa para cualquiera que lo viera desde fuera. De hecho, ni Mérida ni Atlético Sanluqueño fueron capaces de paladear una mísera clara ocasión de gol en 45 minutos. Todo se limitó a remates muy forzados dentro del área tras córneres o centros laterales y a disparos desde la frontal fuera o centrados a las manos de los porteros. Llámenlo creérselo un poco más, llámenlo profundidad, llámenlo atrevimiento… pero los dos equipos arriesgaron muy poco.

Los locales comenzaron presionando muy alto y los emeritenses yendo de menos a más en el partido. Cuando los de Sergi Guilló se sacudieron la presión verdiblanca, a quien con el paso de los minutos se le fue acabando el aire, llegaron con jugadas más limpias a la frontal del área local. Pero ahí se quedaba. A los emeritenses a veces les faltaba precisión en el último pase y, otras veces, profundidad para correr al espacio. Por eso, lo más noticioso de toda la primera mitad fue la lesión de Miki Muñoz, que se vio obligado a dejarle la batuta del partido a Pablo Ganet.

Pero tras el paso por los vestuarios, uno se imagina a Sergi Guilló demandándole a los suyos que disfrutaran más… y vaya si lo hicieron. No solo por los tres goles, sino por la sensación de superioridad en todas las facetas del juego. Apenas sufrió atrás y, encima, se dejó varias ocasiones más claras sin materializar. Aparte de los dos goles de Eslava, Pablo García redondeó la goleada después de otra jugada a la contra exquisitamente elaborada. Y dio tiempo para que, encima, debutaran Jack Beer y Matteo Prevedini. Y cuando terminó el partido, fue inevitable acordarse de los dos últimos minutos ante el Recreativo que le impidieron al Mérida ser, al paso por la segunda jornada, líder en solitario de la categoría. Por juego y sensaciones, no hubiera sido descabellado.

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