Liberto culmina otro partidazo

Pero como Liberto marcó un señor golazo a un minuto del noventa. Y como Luis Pareja llegó a tiempo de interceptar dos goles casi cantados del Ibiza. Y como el Mérida ganó tras una segunda parte superlativa. Y como todo le está saliendo muy bien porque se lo está buscando y se lo está mereciendo… pues el conjunto emeritense es nuevamente líder de su grupo (a la espera de lo que haga el Real Murcia en el Rico Pérez, que aún estaba jugando al cierre de esta edición). Una jornada más, el equipo tiene menos puntos de los que merece.

¿Y saben por qué? Porque a falta de un cuarto de hora para el final de su partido, el Mérida podría haber firmado una tregua con su rival. El Ibiza, una señora plantilla con un notable presupuesto, había logrado girar el partido porque a los emeritenses ya le fallaban las fuerzas. Y entonces Sergi Guilló metió piernas con Pablo García, Liberto Beltrán y Saúl del Cerro y ordenó a su equipo que volviese a presionar arriba. Y casi en el noventa, tras otra presión alta, robó Doncel, se la cedió a Liberto y desde la frontal del área se inventó una rosca de ciencia ficción para alojar el cuero por toda la escuadra.

Y el Romano estalló, más incluso que la noche ante el Algeciras, porque la segunda parte de su equipo fue una soberana delicia. Posiblemente, peor jugada que aquella de hace quince días, pero seguramente más importante por el rival que tenía enfrente. Tiene razón Sergi Guilló: su equipo puede perder ante una plantilla a priori superior como la del Murcia, puede ganar ante una plantilla a priori superior como la del Ibiza, pero siempre va a ir a buscar al rival, sea quien sea, para merecer más que él. Dicho y hecho.

Ninguno de sus jugadores, ahora mismo, se siente inferior a ningún contrario. Liberto decanta el partido del lado de su equipo; el debutante Pareja salva dos goles casi cantados y se marca una destacada actuación; la lucha de Javi Eslava y sus acciones siendo constantemente agarrado son de nota; la verticalidad de Doncel es una de las mejores noticias del curso; lo de Juanjo y Busi en el centro del campo es para mayores de 18 años; más lo de Beneit, o Climent o… no hay partido en que alguien levante la mano para llevarse su merecido carrusel de elogios.

Por eso da igual que Sergi Guilló decida sacar de inicio a Falcón para meter al debutante Pareja en el eje de la zaga o reservar a Liberto para repetir con Ganet en el centro del campo. Le sale todo bien porque todos rinden. Y así es todo más satisfactorio. Independientemente de que al equipo le costase imponerse en el partido. Porque hasta pasado el ecuador de la primera parte, al Mérida le costó descolocar al rival y encontrar líneas de pase. El Ibiza, cada vez que la tenía, hacía dudar al equipo local.

Pero tras el paso por los vestuarios, el Mérida decidió ser más vertical. Y a partir de ahí empezó a encadenar llegadas más seguidas y remates más peligrosos. Que si dos disparos desde la frontal de Ganet y Doncel, que si un tiro desde dentro del área con rosca de Eslava, que si un cabezazo de Juanjo por encima del larguero, que si chut de Busi para que volviese a lucirse Ramón Juan, que si una media vuelta de Prevedini que salió rozando el palo… Hasta que al final apareció la rosca imposible de Liberto Beltrán que mantiene a todo Mérida en estado de felicidad.

Está en lo más alto de la tabla, juega bien al fútbol, divierte porque es valiente, tiene encandilada a su afición… y aún así merece más premio de lo que hasta ahora lleva. En serio: no se le puede pedir más… aunque Guilló seguramente lo haga.