Liberto y Eslava, Eslava y Liberto

Y todo esto subido descaradamente a la chepa de Liberto Beltrán, autor del 1-0, responsable de la expulsión del jugador del Alcorcón y otra vez uno de los mejores de su equipo, y de Javi Eslava, que se marcó la jugada del partido para darle otra victoria en el Romano a su equipo en el tiempo de añadido. Ambos, máximos goleadores y asistentes del equipo, decidieron un choque en el que su equipo no estuvo muy fino. Entre otras cosas, por el trabajo defensivo del Alcorcón.

La grada desalojó el Romano saltando y cantando, pero en los primeros 45 minutos se tragó una evidente partida de ajedrez. Aunque el duelo comenzase con un tiro muy envenenado de Liberto Beltrán a los pocos segundos que desvió Josele a córner, los primeros 45 minutos fue la piscina de bolas de Sergi Guilló y Pablo Álvarez. El Alcorcón, que fue de menos a más, empezó a tapar los pasillos interiores del Mérida, que fue de más a menos. Saúl Del Cerro o Beneit se retrasaban al inicio de la jugada y Nil y Prevedini (que jugó en sustitución del lesionado Felipe Alfonso) ganaban metros por dentro, pero Busi y Liberto no eran capaces de enganchar para darle claridad al ataque romano.

Posicionado en su campo, el Alcorcón realizó un ejercicio defensivo intachable. De hecho, cuando el partido se tomó un respiro por un choque de cabezas de Athuman y Rayco, Guilló llamó a todo su equipo al banquillo local para ofrecerle soluciones. Y en esos últimos cinco minutos de la primera parte, el Mérida generó más que en los cuarenta anteriores. Un centro de Doncel lo remató Busi en el primer palo hacia fuera en el 43 y en un centro de Liberto en el 45 acabó con un remate de Bonaque que, según el colegiado, lo desvió un defensor amarillo con el brazo.

Y aunque es cierto que le dio con el brazo, lo tenía muy pegado al pecho, de ahí el enfado de todo el Alcorcón mientras se retiraban al descanso y de ahí la compensación en las pequeñas faltitas de Holgueras Castellano al inicio de la segunda parte. Porque los primeros compases tras el descanso fueron más animados: que si un tiro de Busi que repelió Josele en el 48, que si Bonaque y el mismo Busi no llegando a rematar un córner muy bien sacado casi en línea de gol en el 49, etcétera, etcétera.

Para colmo, Liberto ganó un duelo imposible con un rival y se plantaba en conducción mano a mano ante el guardameta madrileño cuando lo trabaron y tiraron por detrás. Cuando Álvaro Santiago vio la roja directa, Sergi Guilló ya había cambiado hace algunos minutos a tres centrales y dos carrileros largos. Así que el equipo volvió a relajarse en una jugada a balón parado y Javi Eslava, desequilibrado, empató de cabeza a la salida de un córner a quince minutos del final.

Así que otra vez las prisas, otra vez los nervios, otra vez la mala leche, otra vez a remar. Sergi Guilló metió al partido a los dos últimos en llegar, Herculano Nabian y Miguel Carvalho, para agitar el árbol a ver si le caía algo. Y cayó. Herculano abrió con un leve toquecito a Javi Eslava, que se inventó la jugada del partido: cabalgó, dribló hacia dentro y marcó su décimo gol de la temporada para regalarle al Mérida otra noche de soñar a pierna suelta.