El Mérida no comparece en Castalia

El Mérida sintió en Castalia lo que el Linares sintió en el Romano. Con la gran diferencia de que el Castellón las metió y que la caraja del Mérida no sólo duró 45 minutos sino 90. Los emeritenses se mostraron tan frágiles y blanditos en defensa como desacertados en lo poco que pudieron atacar. Una cosa es intuir de antemano cómo terminará la película y otra muy distinta tragarse un desarrollo tan cruel.

Hacía tiempo que el Mérida no se compadecía tan inferior a un rival. Las bajas se concentraban en la zona de arriba y se acusarían en la segunda parte… y sin embargo el Mérida perdió el partido por su nefasta defensa y muy pronto. Muy probablemente el resultado y la imagen hubieran sido los mismos con Sandoval, Escardó, Álvaro Juan, Padilla y Elejalde. Y eso es lo verdaderamente preocupante. No las tres derrotas seguidas o las bajas para la siguiente jornada, sino la dinámica en la que ha entrado el equipo, de más a menos desde la primera jornada.

Más allá de la superioridad orellets, lo peor fue la sensación de inferioridad emeritense. El equipo no compitió ni un solo tramo del partido. Lo del Castellón fue un acoso casi desde el pitido inicial. Salió el Mérida aseadito pero, a los cinco minutos, se desmoronó: el primero de los millones de centros laterales mal defendidos acabó en la red. Paró primero Dani Vicente, pero en la segunda jugada, tras pase de la muerte de Medunjanin, el lateral derecho Manu Sánchez hizo el primero de lo que sería el primer hat-trick de su carrera.

Porque a las bajas ya consabidas, se le unió la de José Andrés en portería, tras sufrir una luxación de hombro durante la semana. Él y Llácer por la izquierda fueron las novedades de Rai en el once. Dio igual. Tras el tempranero 1-0, llegó otra clara ocasión de gol en el 12', otra en el 14' y un gol anulado en el 16'. Y en el 18' llegó el golazo de Manu Sánchez, que la clavó en la escuadra del segundo palo desde el pico del área grande.

A partir de ahí, o se relajó el Castellón o espabiló el Mérida, que enlazó sus minutos de mayor peligro subido a los hombros de Akito, la única buena noticia de la debacle del sábado. Indias interceptó un mano a mano escorado del japonés, Beneit lanzó alto desde el balcón del área y Elo cambió la dirección de un tiro de Akito desde la frontal para acortar distancias en el marcador en el 31'.

El tanto emeritense provocó que el Castellón volviese a despertar y tras una ocasión clara en el 32' y otra clarísima en el 34,' Jesús de Miguel remató una jugada de salón dentro del área ante la pasividad y el desconcierto de la zaga emeritense. Entre los centros laterales y las rupturas por dentro, el trivote del centro del campo y la dupla Bonaque-Elo vivieron desconcertados todo el tiempo. El Castellón hacía lo que quería dentro del área, como si enfrente sirviera de sparring un equipo juvenil.

Y si el partido ya estaba muerto, el gol a los pocos segundos de iniciarse la segunda mitad lo mató por completo. Otra vez mucha pasividad para defender un centro lateral que acabó Bonaque metiéndoselo en propia puerta. Casi andando, el Castellón hizo el cuarto y el quinto. Solo los tres chavales que entraron en el último tramo, Borrella, Dabo y Pepe Sainz, sacaron a relucir el orgullo del equipo.

Semana muy dura para el cuadro de Rai, por las lesiones y por las sensaciones. Toca agachar la cabeza y espabilar. Porque una cosa es perder ante un equipo mejor… y otra es no comparecer.