El Mérida compra autoestima en Málaga

Las buenas noticias, punto, colchón e imagen aparte, es que dos de los tres partidos que faltan se juegan en el Romano. La mala es que afrontará la próxima cita, nuevamente la más importante de los últimos años del club, sin dos referentes como Luis Acosta y Dani Sandoval, que en un margen de dos minutos vieron amarilla y les tocará cumplir sanción ante el Intercity el próximo sábado. «Da igual, no piense ahora en eso, porque sé que salga quien salga lo va a hacer bien», dijo luego David Rocha.

El propio equipo de David Rocha provocó la bronca de La Rosaleda contra su equipo después de maniatarle y meterle el miedo en el cuerpo durante gran parte del partido. Y desde el principio del todo. Porque lo primero de verdad que le pasó al encuentro fue el tanto de Busi. Apostó el técnico emeritense por darle la primera titularidad de la temporada a Álvaro Juan y meter a Busi por dentro, entre los mediocentros y Chuma, y ambos fabricaron el tanto que abría el marcador. Álvaro Juan buscó al hueco al mediocentro madrileño que, en el mano a mano con Alfonso Herrero, lo batió con tanta tranquilidad como calidad.

El tanto despertó al Málaga, que se hizo rápido con el control y las llegadas del partido, pero sin capacidad para finalizar ninguna de ellas. De hecho, el que seguía tirando era el Mérida: Busi desde el centro del campo en el 14' que atajó Herrero sobre la misma línea de gol y Chuma fuera en el 15' desde la frontal del área. No vio el Málaga de cerca a Palomares hasta que salió el exemeritense David Larrubia, que sustituyó a un lesionado Ramón a los veinte minutos de partido. El propio Larrubia y Dani Lorenzo fueron los jugadores malacitanos que más quebraderos de cabeza le dieron a la defensa del Mérida.

Pero lo más peligroso del Málaga en esta primera parte, salvo otro disparo desde la frontal de Larrubia en el 42' que acabó por encima del larguero, fueron dos penaltis reclamados: uno por mano de Felipe Alfonso en el 23' y otro de Acosta en el 30'. Pero ninguno de los dos fue. El Mérida sabía llevar al Málaga hasta cada una de las bandas para que las jugadas terminaran en centros laterales sin excesivo peligro. Aguantó bien el Mérida el apretón por necesidad de los locales, pero eso conllevaba que le costara salir con muchos jugadores a la contra. A veces a la presión solo iba Chuma y el equipo se estiraba mucho sin resultados.

Tras el descanso, aunque la primera parada la tuvo que hacer Palomares a los pocos segundos de la reanudación, el Mérida pudo ampliar su ventaja en el tramo inicial. La más clara fue una contra clarísima de tres para dos que inició y asistió Sandoval para que Herrero le desbaratara el mano a mano a Álvaro Juan.

Como el Málaga tenía que apretar y arriesgar y este Mérida se siente comodísimo atacando los espacios, imagínense todas las acciones que tuvo así el equipo de David Rocha. Por el contrario, el Málaga también elevó sus prestaciones: ya al menos finalizaba en cada llegada y empezó a aparecer Palomares. En una gran jugada, liderada por Dani Lorenzo, el Málaga encontró el hueco para que Ferreiro se sacase un pase de la muerte que empujó Dioni a placer en el 57'.

Tras el empate, la presión del Málaga se intensificó y al Mérida empezaron a fallarle las fuerzas. A pesar de los recambios, el equipo seguía agotado por el despliegue físico sin balón. Y aunque ambos llegaban a las áreas en igualdad de ocasiones, las del Málaga empezaron a ser más certeras que las del Mérida. Por eso le anularon un gol por fuera de juego en el 79' y por eso terminó el tiempo de añadido encajonando al Mérida a través de faltas y saques de esquina. Pero aguantó y bien el Mérida, que volvió a dar la cara en un gran escenario y ampliar la ventaja con el San Fernando en cinco puntos.