R. P.
Mérida
Domingo, 24 de marzo 2024, 17:38
El Mérida le duró muy poquito al Recreativo. Media hora, siendo generosos. Compareció un ratito y luego bajó los brazos. Podríamos engañarnos y comparar ocasiones, llegadas y dominio, pero sería un espejismo. El Recreativo llegó, creó y fue mejor con el 0-0 y el ... Mérida hizo ya algo con el 3-0 en contra. Hacia ahí debería encaminarse la autocrítica de este Mérida si quiere salvarse, porque todo lo bueno que hizo en febrero lo está haciendo de mal en marzo. Se arremangó y sufrió para remontar ocho puntos de desventaja y salir del descenso y ahora pretende mantenerse dónde está en punto muerto, al ralentí. Y así no le llega, como no le llegó en la primera vuelta.
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El fútbol es, sobre todo, contundencia. Y si uno puede elegir dónde, que sea en las áreas. Y el Mérida lleva varios partidos, sobre todo los dos últimos, suspendiendo en ambas. Tres le hizo el Alcoyano en apenas cuatro llegadas y otros tres le hizo el Recre en las cuatro primeras aproximaciones. Y así será imposible. El equipo entendió que solo desde la contundencia y solidez defensiva podría crecer y salvar el curso… pero ya se le ha olvidado. Los tres goles son muy evitables.
Primero el de Domínguez al cuarto de hora. Sacó el Recre un córner en corto sin apenas oposición y presión, retrocedió a la zona de tres cuartos y, desde ahí (unos 30 metros), el mediocentro onubense se inventó un disparo con el interior de su zurda para que el cuero entrara limpio a la red. Ni la defensa interceptó el tiro ni Palomares llegó siquiera a rozarlo. Un despropósito.
El segundo de Caye Quintana, a la media hora, fue todavía peor. Tras una jugada larga y pausada, el Recre encontró espacio a la espalda de Damián Canedo; Sergio Díez, con tiempo para pensar, esperó el desmarque de Caye Quintana, que de dentro se salió hacia fuera; ni los centrales le acompañaron ni los mediocentros llegaron a tiempo, y el delantero recreativista dirigió el pie y al primer toque puso la pelota en el segundo palo tan fácil como se saca de centro.
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Y ya el tercero de Trapero en el 37' fue la puntilla. Josiel Núñez centró desde la zona de tres cuartos y mientras Trapero entró a rematar de cabeza solo al borde del área pequeña, todo el Mérida se quedó parado mirándolo. Y ahí se acabó definitivamente un partido que estaba ya finiquitado con el 2-0. Porque, como hace una semana ante el Alcoyano, volvió a fallar en la contundencia y concentración defensiva y el rival volvió a tirar de efectividad. Y la situación del equipo no está para regalar ni para conceder tanto, tal y como hizo en toda la primera vuelta.
Recreativo de Huelva:
Rubén Gálvez; Sergio Díez, Trapero, Rubén Serrano, Pinillos (Antoñito, 10'); David Del Pozo, Josiel; Antonio Domínguez (Manu Galán, 78'), Iago Díaz (Gorka Iturraspe, 78'), De la Rosa (Miguelete, 64'); y Caye Quintana (Álvaro Bustos, 64').
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Mérida:
Palomares; Raúl Beneit (Raúl Prada, 77'), Eliseo Falcón (Bonaque, 46'), Tomás Bourdal, Damián Canedo (Felipe Alfonso, 46'); Luis Acosta, Juanjo Sánchez (Ben Hamed, 77'), Busi (Chuma, 57'), Sandoval; Javi Martín y Mizzian.
Goles: 1-0, min. 16: Domínguez. 2-0, min. 30: Caye Quintana. 3-0, min. 37: Trapero.
Árbitro: Fernando Bueno Prieto, del comité madrileño. Amonestó a los emeritenses Raúl Beneit y Luis Acosta y al onubense Caye Quintana.
Incidencias: Alrededor de 6.000 espectadores en el estadio Nuevo Colombino.
Y eso que a Abel Gómez se le torció el partido nada más empezar por la lesión de rodilla del lateral Pinillos. Pero ofensivamente el Mérida, a pesar de probar esta vez con Sandoval por la izquierda y Javi Martín en detrimento de Chuma por dentro, apenas existió hasta el tramo final de la primera parte. Con el 1-0 tuvo la posibilidad de empatar tras un centro lateral de Busi que no encontró rematador y una jugada dentro del área de Javi Martín en la que tardó en armar la pierna, pero instante seguido llegó el 2-0 de Caye Quintana y el equipo de Rocha volvió a irse a la lona.
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La primera parte finalizó como terminó la primera, con el Mérida llegando y creando ocasiones claras, como un mano a mano de Javi Martín en el 39' o una doble ocasión del propio Javi Martín y Mizzian en el 48', pero el partido ya iba 3-0 y el Recre había empezado a dosificar. De hecho, David Rocha aprovechó la segunda mitad para ir metiendo en dinámica a Bonaque y Felipe Alfonso y probar otras variantes, como la de Pipe en el lateral izquierdo.
Los segundos 45 minutos fueron de propina: el Recre no quería más y el Mérida se veía incapacitado para meterse siquiera en el partido. El duelo se convirtió en un correcalles, en un ida y vuelta, con llegadas de uno y de otro, pero casi de broma. El Recre bajó la intensidad y al Mérida no le salía bien ni los pases, ni los desmarques, ni tan siquiera los disparos.
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Insistía en la previa David Rocha que su equipo, para competir, debía dar el 120 por ciento y que los partidos, al menos lejos del Romano, fuesen largos. Pues en Huelva el equipo dio su peor versión de la segunda vuelta y tiró el partido en apenas media hora de juego. Le toca volver a espabilar porque ha vuelto a descenso (y menos mal, porque el Linares tan solo empató y encima cayó el Atlético B) y el próximo sábado recibe al mejor equipo del momento en la categoría, el Córdoba.
David Rocha soltó tres frases que explican lo que le está pasando al Mérida en las últimas dos semanas: «En otras circunstancias me podría cagar en todo lo cagable, pero hoy no les puedo reprochar nada a mis jugadores. La culpa es mía: el halago debilita y posiblemente no haya podido mantener la tensión competitiva de las últimas semanas». «Me preocupa que esta semana me ha faltado verles brillo en los ojos a los jugadores. He visto muchas miradas perdidas, como si hubiéramos sacado pecho. A ver si la derrota nos vuelve a poner en nuestro sitio». «Ante el San Fernando sufrimos más en el juego, pero el equipo defendía con el cuchillo entre los dientes. Si hubiéramos tenido hoy esa agresividad en el área propia, podríamos haber sacado algo». Porque efectividad del Recre y falta de suerte en algunas acciones aparte, el Mérida ha bajado su nivel en las últimas semanas. «El primer gol nos descoloca. Los tres tantos son muy evitables. Ahí ha estado la diferencia. Y luego en la segunda parte nos ha faltado la fe de creernos que podíamos meternos en el partido. A ver si esto nos sirve como toque de atención», concluyó David Rocha.
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