El Mérida gana y vuelve a ilusionarse con el playoff

Pero lo dicho: mereció este Mérida llevarse el choque, de entrada, simplemente por la apuesta. Es un equipo suicida, entendiendo suicida como calificativo positivo. Alentador. Defiende Falcón y luego los otros tres defensas son dos carrileros largos y un centrocampista. Imagínense los seis restantes. Así que, con balón y necesidad, como en el primer tiempo, el equipo proponiendo es infinitamente mejor que el mismo equipo defendiendo. Mastica la jugada con Miki Muñoz y luego se descuelga con Doncel, Carvalho, Álvaro Juan, Liberto y Eslava. Y cuando encuentran la precisión, son difíciles de defender.

El gol lo mereció mucho antes de que llegara, al filo del descanso. Tanto antes del incidente entre Saúl del Cerro y Antonio Sánchez como después. Aunque las ocasiones más claras llegaron después, con el Yeclano desquiciado y mal defendiendo con uno menos. Iván Martínez le sacó un mano a mano a Liberto Beltrán en el 13' y luego fue el propio palo quien impidió el gol del extremo emeritense un minuto después.

El gran susto del Yeclano llegaría poco después: Falcón frenó a Pau cuando encaraba a Palomares y el Romano sostuvo la respiración hasta que el colegiado se decidió por la amarilla en lugar de por la roja. Esa acción de falta en la frontal y una posterior fue lo más peligroso del cuadro murciano en todo el partido. Se repusieron los de Guilló y volvieron a terminar fuertes el primer tiempo. Véase sino la acción del gol: una jugada genialmente hilvanada entre Eslava, Saúl (el centrocampista que juega de central) y Doncel que empujó a placer este último.

Tras el descanso, la necesidad del Yeclano le obligó a tener más balón y pisar más el campo contrario. Y ahí el Mérida se incomodó. Se incomodó porque en el campo tiene pies para otros menesteres. Pero, a diferencia de otros días, el equipo llevó al partido donde más le interesaba: hacia la nada. Y nada pasó en la segunda parte. Ni el Yeclano inquietó en nada a Palomares ni el Mérida fue capaz de aprovechar los muchos espacios que se encontró cada vez que salía a la contra.

Cambió el Yeclano de sistema para buscarles las vueltas a la defensa emeritense y rápidamente Sergi Guilló dio entrada a Prevedini y Luis Pareja para contener el nuevo dibujo murciano. Y así, compitiendo y sufriendo, fue capaz de dejar su puerta a cero por quinta vez esta temporada e irse a dormir quinto. Su regularidad también paga en casa: cada vez que viaja le da la semana a su afición y cada vez que la recibe, le hace irse a casa feliz y a pierna suelta.