El Mérida no se da por muerto

Esta vez lo hizo gracias a un tanto de Lluís Llácer a los 18 segundos de la segunda mitad. Entró como un cohete al segundo palo para empalar un centro finísimo de Javi Martín, el mejor del Mérida durante todo el partido. Antes del gol, lo mereció por la claridad de las ocasiones que falló. Después del gol, volvió a tener un par de ellas para no acabar el partido tan apurado. Y aunque volvió a acularse atrás, porque ganaba y porque el rival empujaba, jugó con mayor inteligencia competitiva que, por ejemplo, hace una semana en Antequera.

Lleva semanas David Rocha agitando el árbol por si cayera algo y en Valdebebas tocó juntar a Chuma y Mizzian arriba, con un Javi Martín soberbio arrancando desde la izquierda y el mejor Busi de la temporada ayudando por la derecha. Al esquema ayudó también la gran versión en defensa de Beneit y Eliseo Falcón. Y así, todo es mucho más fácil. Porque el equipo sufrió menos y llegó más.

Dentro de la igualdad del choque, los de David Rocha disfrutaron de ocasiones y ataques mucho más claros que los blancos casi durante todo el partido. El Castilla era capaz de masticar más tiempo y mejor las jugadas, pero el Mérida le insuflaba adrenalina a cada acometida: robar, correr, llegar y finalizar.

Empezaron los emeritenses tímidos, con sendos tiros de Busi que se marcharon fuera y al centro de la portería o un medio remate de Bourdal en el segundo palo tras una falta frontal, pero acabó la primera mitad fuerte, con una triangulación a la que no llegó por poco Mizzian dentro del área pequeña, un remate al palo de Chuma tras un centro medido de Busi o una mala decisión de Mizzian cuando había robado alto y se encaminaba a un mano a mano con Mario de Luís.

También el Castilla, al que le está costando mucho este año, tuvo sus acercamientos peligrosos. El mejor de ellos en el añadido de la primera parte, que obligó a Palomares a salir a lo loco y muy forzado… aunque con éxito. Y sin tiempo para aclimatarse a la segunda parte, llegó el gol de Llácer y el panorama cambió por completo. El Mérida ya no tenía prisas y el Castilla las tenía todas, y ahí los de Rocha se manejaron bien.

Tan bien que fallaron la puntilla en las botas de Javi Martín en el 50' (despejó un disparo a bocajarro Mario de Luis) y en las de Chuma en el 70' (interceptó Asencio un chut que iba a gol). Pero nadie se acordará de ellas, porque el equipo consiguió lo que más necesitaba: ganar. Y aún así, sigue estando lejos. Pero compitiendo de esta manera… ¿quién sabe?