¿Qué ha pasado hoy, 10 de febrero, en Extremadura?
Nacho Ramos conversando con Mark Heffernan en la bocana de vestuarios del Romano. J. M. ROMERO
Exdirector general del Mérida

Nacho Ramos: «La clave del proyecto es que Mark aguante muchos años»

R. P

Jueves, 6 de julio 2023, 17:40

Dicen que cuando en Nueva York son las tres de la tarde, en Europa son las nueve de diez años antes. Nacho Ramos ha reducido esa distancia en el tiempo en sus cuatro años en los despachos del Romano. El pasado 1 de julio cerró ... la puerta y dejó atrás una época demasiado intensa en el Mérida. De gerente a director general pero, por encima, hombre para todo siempre.

Publicidad

-¿Ya ha empaquetado todas sus cosas del Romano?

-Sí. Ya está todo el despacho vacío y Alejandro instalado. Cuando vaya me tocará hacerme un hueco en la oficina para ayudar. No han salido muchas cajas de allí, la verdad, dos o tres, porque toda la información está informatizada o se queda en el club.

-¿Cómo se sentirá cuando vuelva y no haga su rutina?

-Será raro. Seré un invitado más que una parte del equipo. Tendré que adaptarme y ayudar en lo que me requieran. Y disfrutar del partido o evento que haya. Pero de esta forma disfrutaré más los partidos. No tendré que estar atento a todos los detalles. Que estos años hacía cuatro o cinco bajas del palco en cada partido. Aunque eso será una cosa que nunca me podré quitar de la cabeza. Ya me pasaba cuando iba a otros estadios, que estoy en el palco y no me puedo quitar de la cabeza que si la seguridad va bien, que si esto, que si lo otro… Imagínate cuando esté en el Romano a partir de ahora.

-¿A quién va a echar más de menos?

-En el día a día no sabría decirte, pero la persona con la que más confianza tenía y me apoyaba más era Raquel. Lo que más echaré de menos será el buen rollo que había siempre al entrar en la oficina. Esas sonrisas, nunca un mal ambiente, siempre una broma… eso te alegraba las mañanas. Ni en los peores momentos había mal rollo. Soy bastante pragmático para eso: el lunes ya había pasado el partido y había que centrarse en el siguiente. La alegría duraba poco y la tristeza, también.

Publicidad

-¿Qué le diría ahora al Nacho de hace cuatro años, cuando entró por esa puerta?

-Que no se puede abarcar todo. En muchas ocasiones hemos querido crecer más rápido de lo que se debería, hemos trabajado y echado horas de más, haciendo proyectos paralelos… y no, lo mejor es centrarse en ir creciendo poco a poco. Y escuchar mucho, sobre todo, a la gente del club que lleva mucho tiempo aquí. Porque parece que está todo inventado y no. Se pueden coger píldoras de cada uno de ellos e ir adaptándolas al proyecto.

-¿Qué le diría entonces a Alejandro?

-Le trasladaría la importancia de mantener la calma y estar muy seguro de lo que uno hace. Muchas veces, en un club de fútbol, nos dejamos llevar por el qué dirán, porque un equipo interesa a mucha gente: afición, instituciones, Federación… pero si estás seguro de algo y crees que es lo mejor para el club, ir para adelante con esa idea y no dejarse guiar por el qué dirán. Hay muchas cosas que no solemos hacer por el miedo a la reacción de la gente.

Publicidad

-¿Y se lo ha dicho?

-Sí.

-¿Cuál ha sido su mayor logro?

-El buen ambiente que ha habido en las oficinas, que se ha trasladado a la parte deportiva con David (Rocha) y abajo al vestuario. La tranquilidad de que, si perdíamos, no pasaba nada, pero a ver qué teníamos que mejorar… Desdramatizar. Crear un clima de tranquilidad para trabajar desde lo deportivo a lo extradeportivo. Con la ayuda de todos, claro. Esa ha sido, para mí, lo más importante de los últimos años.

-¿Y el logro que más disgustos le ha costado?

-La parte financiera: de nóminas, de regularizar todo, profesionalizarlo, avanzar en los patrocinios… Al principio era todo más de andar por casa y lo hemos tenido que ir haciendo de una forma más profesional y adaptarlo a la realidad de la categoría y del club. No ha sido nada fácil cambiar todo eso de golpe. Pero aún se puede mejorar mucho más y Alejandro (Pérez) tiene ese punto para seguir profesionalizando el club desde una capacidad mayor de la que yo tengo porque está acostumbrado a grandes empresas.

Publicidad

-¿De verdad se puede conseguir en un club de estas dimensiones lo que pretende Mark Heffernan?

-Es bastante difícil, pero sí. Lo que Mark pretende es aplicar en la escala Mérida la fórmula de trabajo de un club de máximo nivel. Y cuando hablo de máximo nivel me refiero también a clubes más allá del fútbol europeo: todas las decisiones de los clubes más grandes están basadas en datos o estadísticas. Pero somos conscientes de que tenemos que adaptarnos a los medios y profesionales a los que podemos llegar y pagar para esta categoría en la que estamos. Por ejemplo, los datos no son tan fiables como en la élite. Pero con el tiempo, es posible trabajar en un sistema propio que nos acerque. La clave del proyecto es que Mark aguante muchos años y que cada año se vayan mejorando y adaptando las estructuras del club. Y que la gente vaya creciendo con el club. Este año trabajaremos con dos preparadores físicos, hemos mantenido a Prosi… y eso necesita de su tiempo porque tienes que ir formando a la gente del club para que se vaya adaptando a lo que queremos y hacia dónde vamos, porque por categoría y dinero no podemos traer y pagar a los mejores. Hay que crear un grupo que se mantenga y vaya formándose y creciendo cada año. Y es posible, claro que es posible… sino no querría seguir tan vinculado al club como pretendo. Pero es difícil: esto no es de un año para otro.

-¿Cuánto va a tardar en olvidarse del Mérida?

-Nunca digas nunca, pero a día de hoy lo veo imposible. Llevo tres días fuera del club, de su día a día, y parece como si siguiera allí, llamando a todos cada mañana, preguntando, mirando el mercado de fichajes de todos los equipos… Con el tiempo, supongo, se bajará el nivel de implicación, pero yo sí seguiré yendo al Romano. Mi novia es de Mérida, dejo muchos amigos allí y no creo que nunca me aleje del club.

Publicidad

-¿A qué se va a dedicar ahora?

-No lo sé. Necesito parar un mes. Porque al final, en un club de fútbol, se para muy poco para pensar. Y tengo que pensar y decidir a qué me quiero dedicar. No sé todavía por dónde enfocarlo: seguir en un club, meterme en lo referente a asesoría… me dedicaré estas semanas a darle vueltas a todo y ver también dónde tengo mercado, a ver si me quiere alguien.

-¿No le da miedo tirarse un tiempo sin ingresar en nómina?

-Al principio sí me preocupaba y me daba miedo, pero ésta ha sido una de las mejores decisiones que he podido tomar. Si no me hubiera parado a pensar hubiera elegido la primera opción que me hubiera llegado de algún club… y necesito tiempo para pensar dónde quiero enfocar mi futuro.

Noticia Patrocinada

-¿Qué año ha disfrutado más?

- Los seis primeros meses fueron una locura. Fue llegar, aprender muy rápido, conocer mucha gente y eso lo disfruté mucho. Luego llegaron los malos resultados, el cambio de entrenador y el Covid. Pero como año entero, este último ha sido el que más he disfrutado.

-Y ahora que ha aprendido a contestar preguntas… ¿qué va a hacer sin que le pregunten tanto?

-No lo sé. Me tendré que ir acostumbrando a ir por la calle y que la gente no te pare para preguntar por el club y su día a día: amigos, aficionados, periodistas… Acostumbrarme a la tranquilidad, que a veces también se agradece. Estoy muy ilusionado con lo que viene, pero también por querer seguir tan de cerca la actualidad del club.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.

Publicidad